Cindy Meston y David Buss han publicado el libro titulado
'Why Women Have Sex'
Entrevistan a más de 1.000 mujeres de distintos lugares del planeta y los resultados revelan que, según ellas, existen 237 razones para practicar sexo.
La mayor parte de esas razones no están relacionadas con el romance o el placer.
Los autores las dividen esa razones físicas, emocionales y materiales.
Ellas dicen usar el sexo para, por ejemplo, aumentar su autoestima y mantener a sus amantes. Cindy Meston declara que las mujeres practican sexo "para promocionarse, obtener dinero, drogas, intercambiar, vengarse, o para recuperar a su pareja. Para sentirse mejor ellas mismas o para que sus parejas se sientan mal".
Según la autora, "las mujeres usan el sexo en distintas fases de sus relaciones, como señuelo, para poner a prueba al hombre y mantenerlo a su lado. Como un deber. Para librarse de él o ponerle celoso".
Meston muestra su sorpresa porque nunca pensó que hubiera tantas razones, desde meramente altruistas hasta realmente malignas.
La perspectiva de Meston y Buss es evolucionista, por lo que argumentan según nuestro pasado como especie. Repasan las cosas que atraen a los hombres y a las mujeres, recurriendo a argumentos manidos como que se busca la simetría como signo de un buen 'stock' genético y los recursos --en el caso de las mujeres.
Los hijos deben ser saludables, de ahí la relevancia de elegir una pareja genéticamente apropiada, pero también hay que mantenerles, por lo que resulta relevante la existencia de abundantes recursos materiales.
Pero la elección es delicada.
Seleccionar a una pareja como George Clooney o Antonio Banderas puede no ser una buena inversión para la mujer, porque ellos tienen un programa distinto al de ellas.
Esa clase de chicos no gustan precisamente de la monogamia. Y se pueden permitir el acceso a distintas mujeres con relativa facilidad. Alguien menos atractivo, pero más fiable, puede ser mejor elección.
Muchas de las mujeres entrevistadas declararon practicar sexo por puro placer físico, hecho que encaja con la existencia de una 'comisión sobre el orgasmo femenino' en la Organización Mundial de la Salud.
Las mujeres dicen usar el sexo, además, para que sus parejas no busquen en otra parte. Los autores recogen esta declaración: "la mayor parte del tiempo me tumbo y me dedico a repasar el día mientras él actúa. Gimo de vez en cuando para que sepa que sigo ahí y al terminar le digo que ha sido fantástico. Estamos felizmente casados".
La escena se ajusta bastante bien a una estrategia instrumental, alejada de la presunta expresividad que caracteriza a las mujeres. Pero seguramente se trata de un caso individual difícil de generalizar. O quizá no. Quién sabe.
De todos modos falta aquí el por qué del sexo para los hombres. Entrevistarles a ellos puede deparar, también, algunas sorpresas. Predigo que ellos usan el sexo para aumentar su autoestima, mantener a sus amantes, promocionarse, obtener dinero, vengarse, sentirse mejor o para que sus parejas se sientan mal.
A lo mejor no somos tan distintos aunque pueda parecerlo.