miércoles, 13 de octubre de 2010

Gaia (Parte 1)

La idea de Gaia, la Madre Tierra, está relacionada con las concepciones panteístas que a menudo han suscrito los filósofos de la antigüedad. Baruch Spizona es un ejemplo destacado.

Gaia supone que, desde sus comienzos, el planeta azul, nuestro hogar –pero no solamente nuestro—se ha auto-regulado para propiciar las condiciones necesarias para la vida.

En la obra de James Lovelock (Gaia. Una nueva visión de la vida sobre la Tierra) se discute la hipótesis de que “la biosfera es una entidad autorregulada con capacidad para mantener la salud de nuestro planeta mediante el control del entorno químico y físico”.

Se trata de un texto publicado hace más de 30 años, pero en el que ya se dice que las discusiones sobre el medio ambiente se encuentran tan politizadas que hasta los científicos parecen encontrarse en un tribunal de justicia en el que algunos hacen de abogados defensores y otros de fiscales. Sin embargo, no es esta “la mejor forma de descubrir las verdades científicas”.

La hipótesis de Gaia proviene del encargo que se hizo a algunos científicos de concretar cuáles era los factores que debían buscarse en la exploración de otros planetas para comprobar la existencia de vida. Por ese camino se descubrió que una atmosfera tan improbable como la de la Tierra solo era posible manipulándola desde la superficie mediante la vida misma: “la atmósfera era una extensión de la biosfera”.

Las consecuencias de esta hipótesis son extraordinarias. Gaia es “una entidad compleja que comprende el suelo, los océanos, la atmósfera y la biosfera terrestre. El conjunto constituye un sistema cibernético auto-ajustado por retroalimentación encargado de mantener en el planeta un entorno física y químicamente óptimo para la vida”.

Si la hipótesis es correcta, entonces el intento actual por parte del Homo Sapiens de regular y controlar a Gaia resulta bastante estúpido y hasta puede llegar a ser contra-producente.

Un ejemplo sobre cómo funciona la mente lineal y simplista del Sapiens cuando se compara con Gaia corresponde a la denostada contaminación: “el efecto de lanzar grandes cantidades de productos derivados de la combustión de combustibles fósiles a un atmósfera controlada por la biosfera puede ser muy distinto del efecto que estos gases tendrían sobre una atmosfera inorgánica y pasiva”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario