Satoshi Kanazawa se está ganando, a pulso, fama de heterodoxo. Es un psicólogo evolucionista que ha formulado la teoría de que la capacidad intelectual se desarrolló para resolver problemas novedosos en términos evolucionistas.
Hace algún tiempo presentamos sus evidencias favorables al hecho de que los vespertinos son más inteligentes que los matutinos porque vivir la noche es más reciente en términos evolucionistas.
Ahora nos dice este científico que los más capaces intelectualmente son también excelentes bebedores. El consumo de alcohol (cerveza, vino y licores) tal y como se hace en la actualidad (la propia sustancia ingerida y el método de consumo) es novedoso, en el sentido comentado anteriormente.
Los datos de Reino Unido y los Estados Unidos apoyan la hipótesis: existe una tendencia a un incremento sistemático en el consumo de alcohol con el aumento de capacidad intelectual. La tendencia se mantiene aunque se controle el efecto de variables como el sexo, la etnia, la religión, el estado civil, el número de hijos, el nivel educativo, los ingresos, las tendencias depresivas, la satisfacción con la vida, la red de amistades, el número de parejas recientes, así como el nivel educativo de la madre o del padre. La gráfica muestra los resultados –fuente: National Child Development Study (NCDS), Reino Unido. Algo similar ocurre en Estados Unidos.
Kanazawa no se preocupa por el hecho de que beber en exceso pueda tener consecuencias negativas sobre la salud: “que la conducta de beber sea perjudicial para la salud y que no tenga ninguna consecuencia positiva es irrelevante para la hipótesis”.
Esa hipótesis es irrelevante para la salud, limitándose a predecir que mayores niveles de capacidad intelectual se asociarán a conductas novedosas en términos evolucionistas. Puesto que el consumo reciente de bebidas alcohólicas –incluyendo aquí cogerse una melopea de campeonato—es algo novedoso, los datos resultan consistentes con la hipótesis.
Apostaría que la socióloga Linda Gottfredson no está demasiado de acuerdo con Kanazawa. Esta autora lleva ya un buen número de años procurando información en la que se muestra cómo la capacidad intelectual se relaciona con la salud, tanto física como mental. Sus trabajos caen dentro de la denominada ‘epidemiología cognitiva’.
Cómo se conjugan ambas de evidencias será algo que habrá que discutir.
Y se vislumbra diversión…
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ResponderEliminarespero tu gentil respuesta.
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Franck
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¿Y qué se debe hacer exactamente?
ResponderEliminarSalu2, R