domingo, 13 de diciembre de 2015

Tender un puente en la frontera más transitada del mundo –por José Ignacio (Iñaki) Ascacibar

Las fronteras entre países son zonas donde la cultura y forma de ser de dos pueblos se fusionan para crear un territorio con personalidad propia, que participa de las características de los dos, pero también independientes y diferentes a ambos.

La frontera entre Estados Unidos de América (EEUU), y su vecino del sur los Estados Unidos Mexicanos (México), es la más transitada del mundo, con 3.185 Km de largo, y un volumen de cruces peatonales que supera los 50 millones anuales, a los que hay que añadir otros 12 millones que cruzan ilegalmente sin registro.

De toda esta línea, destaca la ciudad de Tijuana y su vecina San Diego como uno de los puntos de mayor desarrollo y lugar elegido para cruzar la frontera por gran parte de los migrantes y sus familias que se desplazan en vacaciones.

Por la mayor oferta de destinos [con 4.7 millones de pasajeros anuales, Tijuana es el quinto aeropuerto de México y el segundo en número de destinos nacionales que pueden volarse sin escalas, sólo superado por el aeropuerto de Ciudad de México] y el menor precio de los billetes, muchos de ellos prefieren volar desde el interior de México al aeropuerto de Tijuana y seguir el viaje por carretera, antes que volar directamente a su destino en EEUU.

Los datos de venta de los billetes y las encuestas realizadas a los pasajeros, indican que un poco más de la mitad de los viajeros del aeropuerto tienen su origen o destino en los Estados Unidos de América. Hasta ahora, estos pasajeros tenían que cruzar por uno de los cruces peatonales, Otay o San Isidro, que en época de vacaciones pueden tener colas de 3 ó 4 horas de espera.


Geográficamente, el aeropuerto de Tijuana está lindando con la frontera, de la que sólo lo separan 60 metros ocupados por la carretera Tijuana – Tekate. Con estas condiciones, no es extraño que ya en 1970 se empezara a pensar en proyectos para conectar ambos puntos y facilitar el paso de los pasajeros.

Varios intentos acabaron en fracaso por falta de financiación, voluntad política o porque no pudieron vencer las trabas administrativas, pero el 3 de agosto de 2010 el presidente Barack Obama firmó el decreto presidencial que autorizaba la apertura de un nuevo punto fronterizo frente al aeropuerto, lo que reactivó la idea y sirvió para poner en marcha ya de forma imparable todo el proyecto.

Este nuevo cruce fronterizo no será de uso abierto, sino exclusivo para los pasajeros que vayan a volar en las próximas 24 horas desde Tijuana, o que hayan llegado al aeropuerto en el mismo plazo de tiempo.



Durante dos años se trabajó en el proyecto desde ambos lados para resolver los problemas habituales en todas las obras, y otros nuevos fruto de la necesaria colaboración de dos equipos con filosofía y normativa diferente, pero en 2013 empezó finalmente la construcción de esta infraestructura única en el mundo, que concluyó en octubre pasado.

Un puente de 150 metros, con dos pasillos independientes para las personas que viajan al Norte de los que van al Sur, cruza sobre la frontera y la tierra de nadie para conectar el aeropuerto con un edificio construido en EEUU.

Este edificio está separado en dos mitades: en una se reciben y documentan los pasajeros que van a volar desde el aeropuerto de Tijuana, y se dirigen al puente que los lleva a llegadas internacionales del aeropuerto, donde pasan el control de migración y aduana, y se pueden dirigir a tomar su avión. En la otra mitad del edificio, personal de Customs and Border Protection recibe a los pasajeros que cruzan a EEUU, y una vez comprobada su documentación y entrado al país, pueden acceder a los distintos servicios de las instalaciones y medios de transportación terrestre.

La distancia recorrida por los pasajeros en cualquiera de los dos sentidos para pasar los controles de salida, cruzar la frontera y hacer la entrada al otro país, es de 150 metros.


Las instalaciones se abrieron el miércoles 9 de diciembre, y desde entonces funcionan para aportar una mayor calidad y mejora del servicio de los dos millones de pasajeros que anualmente cruzan esta frontera.

En una época en que estamos más habituados a escuchar mensajes de separatismo, odio y segregación, es reconfortante ver que todavía se realizan proyectos en los que prima la concordia y amistad entre los pueblos.




1 comentario:

  1. Excepcional, Iñaki, cómo, sutilmente, señalas el camino hacia la integración. Lástima que será poco apreciada la relevancia de que algunos trabajen mientras que otros debaten interminablemente sobre el sexo de los ángeles (para quienes, por cierto, las fronteras son irrelevantes).

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