viernes, 20 de diciembre de 2013

Máximo Sandín y la Otra Biología

Hace unas semanas algunos compañeros, responsables de asignaturas en el primer curso del grado de Psicología de mi Universidad, invitaron a impartir una conferencia a Máximo Sandín, exprofesor del Departamento de Biología de esa misma Universidad.

El título de la conferencia: “La otra evolución. La otra biología”.

Asistí y salí perplejo.

El conferenciante lanzó un mensaje, a un salón de actos repleto de estudiantes de Psicología recién ingresados, que, a mi juicio, debería estar dirigido a estudiantes con un mayor grado de formación.

Sostuvo Sandín que Charles Darwin y su teoría de la evolución eran un charlatán y una mera creencia, respectivamente. En realidad, Darwin propuso su teoría para justificar una determinada tendencia política. Además, la teoría de la evolución es falsa. Según él, las mejores pruebas científicas de las que disponemos han demostrado, sobradamente, que los mecanismos en los que se basa la teoría de la evolución son erróneos.

Los ciudadanos (y científicos) que piensan que la teoría de la evolución es un hecho indiscutible, que ha sido demostrada, son presa de una campaña orquestada, de una especie de conspiración destinada a aceptar un status quo en el que está justificado que haya dominadores y dominados, ricos y pobres.

Darwin y los evolucionistas se sirven de argumentos como la supervivencia del más apto, pero, en realidad, están justificando una sociedad en la que algunos triunfan, y otros fracasan, porque la naturaleza lo quiso así. Oponerse a la naturaleza es estúpido, y, por tanto, los habitantes de este planeta debemos aceptar los hechos.

Entre Darwin y Hitler existe, según Sandín, un asombroso parecido. Para el caso, nos valdría igual leer ‘El origen de las especies’ que ‘Mi lucha’. El movimiento nazi resultó posible porque Darwin puso los cimientos.

Me resulta difícil comprender en qué sentido esta clase de mensajes contribuyen a la formación de los futuros estudiantes de Psicología. Opino que invitarles (u obligarles) a hacer el camino de vuelta sin antes haberles permitido hacer el de ida es, por lo menos, extraño.

Estuve explorando la página web de este exprofesor (que él mismo publicitó en la conferencia) y pude leer dos declaraciones que me sorprendieron después de haber asistido a un acto en el que el mensaje era bastante asertivo (“quien se crea a Darwin es bastante tonto, o, peor todavía, un malvado de la peor calaña”).

 La primera declaración de su web dice:

Aquí no se pretende convencer a nadie, sino aportar información y estimular a la reflexión”.

A mi me dio la impresión de que la conferencia sí pretendía convencer.

La segunda declaración:

Es posible que [quien entre aquí] llegue a conclusiones distintas a las que se plantean en esta página pero, seguramente, mucho más diferentes a la simplista, competitiva y sórdida  concepción de la evolución y de la vida que las revistas científicas más prestigiosas y los grandes medios de comunicación parecen empeñados en inculcarnos”.

El escepticismo es una herramienta básica de la ciencia, y, además, la ciencia es todo menos democrática. Si la minoría que actualmente apoya la perspectiva que defendió Sandín en su conferencia (y que ilustra en su web) están en posesión de la verdad, el ‘tiempo científico’ le dará la razón. Punto.

De hecho, me parece probable que Sandín esté en lo correcto al cuestionar la solidez de la teoría de la evolución de Darwin (y del neodarwinismo). En este blog se ha aportado información que apoyaría la perspectiva de ese conferenciante:


Sin embargo, me parece cuestionable la estrategia seguida en esa conferencia. Pienso que, en lugar de cebarse en paralelismos tendenciosos, el ponente debería haber explicado en qué sentido concreto pensaba que la teoría de la evolución era incorrecta, cuáles son específicamente las inconsistencias con la evidencia y cuál es el mecanismo que él considera más ajustado a los datos de los que disponemos.

Opino que podría haber explicado

a) qué significa exactamente eso de que las bacterias y los virus son un factor clave para desmontar a Darwin (“todo el ADN que no es de origen bacteriano, es, con toda probabilidad, de origen viral”)
b) cómo se puede llegar a saber que los genomas se caracterizan por una conservación plástica y no por las mutaciones aleatorias que subraya la teoría de la evolución de Darwin
c) por qué es más probable la teoría de los equilibrios puntuados
d) por qué las colisiones de asteroides sobre nuestro planeta, pero no las presiones ambientales, explican los cambios en las especies
e) qué significa exactamente que la unidad de ‘evolución’ es la especie (o incluso el ecosistema) y que el miembro individual es irrelevante
f) cuáles son las diferencias entre adaptación y evolución.

El ponente podría haber expuesto, con claridad, en qué sentido los siguientes puntos contradicen la teoría de la evolución de Darwin:

1.- La vida es un fenómeno inherente al universo (“si los cambios genéticos fueran aleatorios, los organismos actuales tendrían muy poco que ver genéticamente con los primeros seres vivos que habitaron la Tierra”).
2.- El lenguaje de la vida es extraordinariamente preciso y está claramente definido (“la evolución se produce por integración de sistemas complejos que se organizan en sistemas de mayor complejidad”).
3.- Existe una tendencia inexorable hacia una mayor complejidad.
4.- El término ‘transformación’ expresa mejor los hechos conocidos que el de ‘evolución’.

Podría haber concretado declaraciones como la siguiente: “los nuevos datos están descubriendo una naturaleza que resulta de unas características y un significado radicalmente opuestos a los de la vieja Biología: de cooperación frente a competencia, de comunidades frente a individuos, de integración en el ambiente frente a lucha contra él, de procesos explicables científicamente frente al absurdo azar sin sentido”.


Pero quizá no era ese el principal objetivo de la conferencia.

7 comentarios:

  1. Es una pena que hayas conocido a Sandín en esa circunstancia y a esta altura de su vida. Últimamente su mensaje se ha vuelto muy extremista, posiblemente por el poco eco que tuvo antes cuando su mensaje era mucho más desarrollado pero también muy técnico.
    Yo le conocí cuando era profesor en activo y me hizo llevarme a leer dos libros de Darwin "El origen del hombre" y "El origen de las especies" y me impresiono el carácter político-social de ellos.
    Compre un libro de Sandín que publico en 1995 "LAMARCK y los mensajeros" donde explica su idea de la función de los virus en la evolución y me pareció aún demasiado técnico para un público general como soy yo, muy interesante, no tuvo ningún eco.
    Esas preguntas que planteas creo que las contesta en este libro, lo tengo que tener por casa.

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  2. No dudo de que su mensaje pudo haber sido interesante. Razón de más para que fuese decepcionante esa orientación jocosa y sobrada hacia quienes pueden discrepar de su postura. Valoro lo que hizo, no lo que pudo hacer. A mi juicio desaprovechó una oportunidad para hacerse entender. Si fracasa al explicar su postura a un grupo de personas inteligentes, es posible que su tesis tenga lagunas importantes. Saludos, R

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  3. Siempre hubo una batalla ideológica en torno a la interpretación de la Teoría de la Evolución. Primero estuvo la batalla de los creacionistas, quienes insistían en mantener un cierta telelogía en el proceso (la famosa discusión sobre la teoría del diseño que sigue enervando a algunos forofos de la teoría de la evolución como Dawkins). Además estuvo la batalla ideológica en torno a las implicaciones socio-políticas del darwinismo. Hay aportaciones muy valiosas y para mí siempre fue importante la de Kropotkin, quien escribió El apoyo mutuo mostrando que Huxley hacía una interpretación sesgada y poco científica del proceso de evolución, olvidando el papel central de la cooperación. El libro de Kropotkin es absolutamente recomendable, también hoy día.
    Tienes razón, Roberto: son disputas científicas que se deben resolver con investigación científica, teniendo mucho cuidado de las proyecciones de la teoría en campos ajenos a la misma (darwinismo social).

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  4. Muchas gracias por la recomendación de Kropotkin. Seguro que en alguna ocasión puedes desarrollar su perspectiva en este espacio. Hay ideas que difícilmente pasan de moda.

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  5. Reproduzco un párrafo de un artículo publicado por Javier Sampedro en El Pais, 31/08/2005. Es revelador de la batalla.
    «La demonización cristiana del darwinismo tiene más de manía histórica que de argumento teológico. Cuando embarcó como naturalista en el H:M:S: Beagle, Darwin se sabía de memoria la Teología Natural del reverendo William Paley, un libro que demostraba la existencia de Dios mediante los evidentes signos de diseño que muestran los seres vivos. Y el origen de las especies puede leerse como una refutación meticulosa y obsesiva del libro de Paley "hasta el estilo de los argumentos, la elección de los ejemplos, los ritmos y las palabras" según ha documentado el evolucionista Stpehen Jay Gould. La selección natural es una teoría par fabricar diseños sin necesidad de diseñador; una teoría hecha a medida para pulverizar los argumentos del reverendo, uno por uno y sin compasión. Paley no fue una víctima colateral de la evolución. Darwin fue por él y lo corneó. Por eso no le perdonan.»
    Si Sampedro está en lo cierto, no favorece mucho la imagen de Darwin como científico, creo yo. Aunque el artículo está escrito para desprestigiar a los creyentes y, en concreto, a Ratzinger.

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  6. Es una batalla estúpida. Darwin pudo plantearse destruir a Paley por motivos extra-científicos, pero sus colegas deben valorar su contribución según la capacidad de la teoría para dar cuenta de los hechos. Punto. Y, desde esa perspectiva, la teoría de la evolución de Darwin se apoya evidencia discutible. Los dogmas científicos también existen porque sus practicantes son humanos. Espero ansioso el momento en el que la ciencia puedan hacerla androides. Quizá no falte demasiado.

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  7. Sandín no está solo, ver mi libro: "Darwinlandia" en google.

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