El Profesor David
Lubinski es responsable desde hace años (comienzos de los 80) de un estudio
longitudinal dirigido a seguir la carrera profesional de jóvenes
intelectualmente precoces identificados antes de los 13 años de edad.
Recientemente me enviaba el último trabajo publicado por su
equipo en ‘Psychological Science’ (‘Who
rises to the top? Early indicators’, Kell, H. J., Lubinski, D., &
Benbow, C. P., 24, 5, 648-659).
En este informe se revisan los datos de 320 de esos individuos (cuyas puntuaciones a los 13 años eran
alcanzadas por uno de cada diez mil evaluados) casi treinta años después.
253 son varones y 67 son mujeres.
Los resultados del seguimiento subrayan sus posiciones de
liderazgo en corporaciones, sistemas de salud, política, ciencia, tecnología,
matemáticas e ingenierías, hecho que los autores ven consistente con su
protagonismo como creadores de nuestra actual cultura.
Esos individuos deberían considerarse, por tanto, como un
tesoro: “el
capital humano excepcional dirige la economía global. En consecuencia, ser
capaz de identificar, atraer y desarrollar ese capital es cada vez más
relevante para las organizaciones científicas y técnicas, y también para los
negocios, en este mundo competitivo”.
Sin embargo, los estudios habituales en los que se
identifican talentos no llegan al 1% superior. Son, por tanto, demasiados
laxos. En el informe que ahora comentamos los autores se centran en individuos
inteligentes que, en sus palabras, “dan miedo” (Scary
Smart).
Los logros alcanzados por estos 300 individuos se agrupan en
dos áreas: ciencias y humanidades. La evidencia se resume en una serie de
figuras de compleja interpretación, y, además, no recogen la verdadera magnitud
de esos logros o la importancia de sus ocupaciones.
Veamos algunos ejemplos (las tablas incluidas en el artículo
son muy ricas en información cuantitativa y cualitativa):
-. En artes y humanidades (a) 24 individuos publicaron 128
escritos creativos y (b) 52 individuos crearon 1.069 obras de arte.
-. En ciencias (STEM) (a) 59 individuos publicaron 392
artículos científicos, (b) 117 individuos desarrollaron 820 productos de
software y (c) 31 individuos recibieron más de 25 millones de dólares en becas.
-. En las organizaciones sucede algo similar, ocupando
posiciones de influyente liderazgo en compañías de alcance mundial.
Los jóvenes precoces son, por tanto, adultos destacados.
Sin embargo, como anotan los autores “es importante apreciar la magnitud de las
diferencias individuales en sus resultados”. Con perfiles de
capacidades similares, algunos individuos superan abiertamente a otros.
Ejemplo: un solo individuo creó 500 obras musicales, es decir, casi el 60% de
las obras musicales creadas por ese grupo.
Lubinski no puede evitar mencionar, en este sentido, la
magnífica obra de Charles Murray sobre el logro humano (Human accomplishment) de
la que nos hemos ocupado en este blog:
El artículo se cierra destacando la necesidad de medir otras
variables para disponer de un cuadro más completo sobre estos individuos
excepcionales (personalidad, compromiso, motivación, etc.). Quizá esto permita
averiguar por qué algunos de ellos sobresalen por encima de los demás.
Pero tengo la sensación de que esa clase de declaraciones son
cara a la galería y para quedar bien frente a quienes se asustan. En
seguimientos anteriores podrían haber intentado evaluar esas otras variables
presuntamente relevantes, pero no movieron un solo dedo (que se sepa).
En resumidas cuentas, estudios como este deberían ser leídos
con lupa por quienes han decidido aceptar la responsabilidad de asesorar a
nuestros responsables políticos, por quienes están permitiendo la tremenda sangría
que supone que nuestro ‘Scary Smart 1%’
abandone nuestro país es busca de otros horizontes.
Los representantes que permiten eso son unos canallas que, a
efectos prácticos, odian a su país, desean su dolorosa y lenta muerte
sociológica. Desgraciadamente, hasta puede que no sea culpa suya, sino de
quienes pueden y deben obligarles a tomar cartas en el asunto a la mayor
brevedad. Nosotros, los ciudadanos de a píe, debemos plantarnos y exigirles que
mimen a quienes realmente pueden generar las condiciones de las que nos
beneficiaremos el resto.
Muchas gracias Roberto.
ResponderEliminarYo a lo mío (del artículo original):
"[...]individuals with such abilities require atypical learning opportunities for optimal growth (Benbow & Stanley, 1996; Colangelo et al., 2004).
Más claro imposible.
Y sobre las "falsas" limitaciones al estudio que comentas, no te digo nada y te lo digo todo :)
un saludo
César, lo tuyo es ser inasequible al desaliento ;-)
ResponderEliminarPienso que el término clave es 'oportunidades'.
Una abundancia de eso es lo que es relevante, pero dudo de que se pueda planificar detalladamente lo que debe hacerse.
Saludos, R