Quiero dejar
claro desde este primer párrafo que soy un ferviente defensor de las leyes de la termodinámica. No tanto porque crea que
son verdades indiscutibles, sino porque todavía no he visto ningún caso en que
la realidad se comporte de forma contraria a ellas. La termodinámica enuncia
que el movimiento perpetuo es imposible, que la energía ni se crea ni se destruye
(primera ley), o que no se puede obtener
trabajo de un sistema cerrado (segunda ley).
En
particular el enunciado de la segunda ley de la termodinámica, permitiría que
un sistema estuviera en movimiento perpetuo si no existiera rozamiento, pero
condena a cualquier móvil real a detenerse porque físicamente es imposible
realizar nada que no acumule pérdidas que se materialicen en calor, y aumento
de la entropía. Sin embargo esto es cierto sólo en un sistema cerrado, y el único sistema que podemos llamar cerrado (y eso
suponiendo que la materia oscura le aporte suficiente masa como para detener la
expansión dentro de varios millones de años, lo que todavía está por demostrar)
es el propio universo.
Desde
nuestro punto de vista de hormiga sobre la superficie de este planeta, debo
confesar que la diferencia entre un móvil “perpetuo” o uno que esté en
movimiento durante “mucho tiempo” (pongamos hasta que el sol explote) me parece
relevante sólo a efectos teóricos. En la práctica, todos los sistemas son abiertos
y la segunda ley de termodinámica no es aplicable si entran en juego factores
que no se han considerado en el balance energético. De hecho, existen
mecanismos que están en movimiento ininterrumpido, como las turbinas de una
presa o el pato
bebedor de Jottabich, que utilizan el calor del sol para mantenerse en
movimiento. Estos dispositivos pueden utilizarse para
obtener energía de una forma gratuita e inagotable, al menos mientras el sol
siga calentando la Tierra.
Es por esto
que me resulta
intransigente la postura científica de considerar imposibles e indignos
de estudio todos los mecanismos de energía gratuita que se proponen habitualmente
entre los investigadores que se atreven a trascender la ciencia más ortodoxa.
Es cierto que desde el renacimiento se han propuesto como ejemplos de
movimiento perpetuo no han pasado el examen de la segunda ley, ya sea porque no
funcionaran o porque no eran sistemas cerrados. Sin embargo mantener ese
pensamiento para cualquier propuesta, nos cerrará el camino del conocimiento y
tal vez de acceder a fuentes de energía que actualmente no comprendemos.
En
particular hay dos fenómenos que presentan una gran actividad de propuestas
para-científicas que creo interesante investigar: el magnetismo y la energía de
punto cero. El primer caso es un fenómeno ampliamente conocido, en el que la
teoría establece que ningún trabajo puede extraerse de forma continua de los
imanes, ya sean permanentes o electroimanes. Sin embargo nos sorprenden a diario
mecanismos que parecería que deben funcionar y que muchas veces somos incapaces
de encontrar ningún fallo a su propuesta.
Más allá de
las teorías de la conspiración de las grandes empresas para ocultar al mundo
los descubrimientos que pudieran poner fin a su poder, la mayor frustración de
los sistemas magnéticos de energía gratuita es no verlos en congresos y modelos
reales, y que las anunciadas revelaciones se hayan cerrado siempre posponiendo
o cancelando la presentación. No creo que esa sea una razón para abandonar la
curiosidad: antes de que los hermanos Wright
consiguieran elevar el Flyer, muchos lo anunciaron e intentaron con
anterioridad. Otros por su parte demostraron científicamente que no sería
posible, pero sin embargo, con rigor y tesón, al final Willbur
y Orville lo consiguieron.
La segunda
línea de trabajo que parece prometedora postula que el espacio, incluso vacío,
mantiene un estado de energía cuántica que no es uniforme y cuyas diferencias
pueden aprovecharse para bombear energía al mundo macroscópico. En este campo
nos encontramos todavía en la etapa de recopilar hechos experimentales, y no conozco
otras evidencias que el efecto
Cassimir, pero si se demostrara que esta energía existe, sería como
encontrar un sol en cada punto del espacio, y con ello un gran apoyo para
seguir avanzando en el conocimiento del universo. Tal vez no fuera “perpetua”,
pero sólo con que funcionara hasta que los agujeros negros se evaporen ya sería
un gran descubrimiento para nosotros.
Gracias por su interesante perspectiva.
ResponderEliminarTengo un par de preguntas para usted:
1.- ¿Qué opina de la energía nuclear?
Algunos científicos, como James Lovelock, proponen que únicamente los países que tengan a su disposición ingentes cantidades de esta clase de energía podrán enfrenarse a los problemas de suministro que nos acecharán a no mucho tardar.
Apuesta decididamente por ella y piensa que es una energía segura y eficiente.
¿Cuál es su opinión?
2.- En un documental sobre cambio en nuestro estilo de vida actual (Zeitgeist, Segunda Parte) se presenta el denominado 'Proyecto Venus' en el que se propone el uso de formas de energía gratuitas para evitar su escasez. Véase:
http://www.thevenusproject.com/
¿Diría que es viable lo que se propone aquí?
Saludos, Roberto---
Muchas gracias por sus interesantes preguntas.
ResponderEliminarEn referencia a la energía nuclear de fisión, de momento la única que tenemos, no comparto la opinión de que es la energía del futuro. Tiene alguna ventaja, es eficiente y no genera emisiones de efecto invernadero, pero acumula residuos que no sabemos tratar, y no me parece que nadie pueda decir que es segura viendo los accidentes que han ocurrido en USA, Rusia o Japón.
En algún caso puede ser inevitable recurrir a la energía atómica cuando otras opciones sean inviables. Todos sabemos que conducir es un riesgo y lo hacemos cada día, pero cuando existan mejores opciones deberíamos elegirlas. Yo soy optimista de que encontraremos otras fuentes de energía mejores que la nuclear de fisión.
Sobre el proyecto Venus, creo que es interesante y una fuente de inspiración de hacia dónde podemos avanzar. Es bueno tener metas ambiciosas, pero soy pesimista en que podamos realizar una mínima parte de lo que está planteando por dos razones. La primera es la falta de recursos para poner en marcha estos proyectos, y que existen otras prioridades donde emplearlos. La segunda, mucho más triste, es que no confío en que la población mundial alcance un consenso y compromiso suficiente para poner en marcha un proyecto global. Con la población dividida por intereses dispares en política, religión y muchas veces enfrentados, estamos todavía muy lejos de alcanzar una nueva civilización mundial, basada en la preocupación por la humanidad y la regeneración del medioambiente.
Un saludo
Iñaki Ascacibar
Estimado Señor Ascacibar (con c de casa):
ResponderEliminar¿Podría usted valorar la información vertida en el siguiente post?
http://robertocolom.blogspot.com.es/2007/11/centrales-nucleares-si-gracias.html
Nótese, también, el comentario sobre los residuos nucleares aquí:
http://robertocolom.blogspot.com.es/2010/11/la-venganza-de-gaia-parte-1.html
¿Son realmente esos residuos un verdadero problema?
Gracias y 1 saludo, Roberto---
Yo soy partidario de un uso consciente y responsable de la energía atómica, y creo que artículos como el primero no ayudan a conocer esta realidad.
ResponderEliminarPor poner un ejemplo, cuando Bernard Cohen hizo su propuesta de comer plutonio, no lo hacía desconociendo los riesgos. En sus propias palabras: No recomiendo comer plutonio a nadie, Pueden sufrir efectos en la salud. He calculado, sin embargo, que las posibilidades de contraer cáncer son las mismas que las probabilidades de que un soldado estadounidense hubiese muerto en la Segunda Guerra Mundial. Puesto que creía que el destino de mi país dependía en gran medida de nuestra aceptación de la energía nuclear, creí que valía la pena correr ese riesgo.
Proponer que la energía atómica es perfecta y no implica ningún riesgo, o que es más seguro pasearse por Chernobyl que por la Estación Central de Nueva York, me parece una irresponsabilidad.
El tema de los residuos, forma parte de los riesgos que hay que conocer y gestionar medidas para mitigarlos. Me parece una temeridad lanzarlos al mar como se ha hecho, pero bien guardados y protegidos hasta que tengamos tecnología suficiente para tratarlos, puede ser una opción segura de gestionar el riesgo que representan.
De todas formas, creo que tenemos mejores alternativas que un uso indiscriminado de la energía atómica.
No creo que nadie sensato proponga que la energía nuclear sea perfecta, sino que se intenta desmitificar su extraordinaria peligrosidad. Disponer de energía es algo crucial y el acoso hacia la energía nuclear es una barbaridad. Eso no quiere decir que no puedan y deban explorarse otro tipo de energías, como la que propones en tu artículo.
ResponderEliminarSeguro que te resulta interesante este video:
http://www.michaelcrichton.net/video-speeches-independent.html
Aquí Crichton explica por qué tuvo que descartar Chernobyl al preparar una novela sobre catástrofes...