miércoles, 30 de enero de 2013

Testosterona y honestidad


Un estudio publicado en la revista PLOS ONE muestra que mayores concentraciones de testosterona fomentan decir la verdad. Y, se supone, menores niveles se asocian a la mentira.

¿Serán los calvos menos mentirosos?
¿Tenemos que desconfiar de quienes siguen disfrutando de un envidiable cuero cabelludo a los 50 años de edad?
¿Son las mujeres más mentirosas?

Wibral M, Dohmen T, Klingmüller D, Weber B, Falk A (2012) Testosterone Administration Reduces Lying in Men. PLoS ONE 7(10): e46774. doi:10.1371/journal.pone.0046774

La testosterona es una hormona con bastante mala prensa. Quizá porque se presenta con mayor intensidad en varones que en mujeres. Quién sabe.

El caso es que los autores del estudio investigan a 91 varones jóvenes a quienes administran una dosis extra de esta hormona o un placebo. Se usaron unas sencillas pomadas aplicadas sobre la piel para suministrar la testosterona o el placebo. Los dos grupos no mostraron diferencias en las sensaciones subjetivas experimentadas tras la aplicación de las correspondientes pomadas.

Una vez comprobado que los niveles de la hormona en sangre eran los esperados para el caso del grupo experimental, los participantes de ambos grupos pasaron por un juego de dados en el que se podía mentir para ganar sin que se les pillase. Las condiciones del juego eran claras al señalar que se podía mentir si se deseaba para ganar más dinero.

Los resultados indicaron que quienes recibieron la dosis de testosterona tendían a mentir sustancialmente menos que aquellos a los que se suministró el placebo (véase la figura).


Por tanto, atendiendo a estos resultados, la testosterona no solamente parece jugar un papel en la agresividad, sino que también se encuentra implicada en la conducta pro-social y en un comportamiento generoso o menos egoísta. Algunos otros estudios van en la misma dirección, aunque una relación causal parece mostrarse aquí por primera vez.

A veces es necesario ser muy agresivo para mostrar un comportamiento que la sociedad califica de heroico. La asociación de esta hormona con ambos tipos de comportamientos puede ser, por tanto, bastante razonable (y esperable).

A este estudio se le podría achacar que la personalidad de los individuos evaluados podría influir sobre los resultados. Por ejemplo, rasgos como la 'sociabilidad' podrían influir en el comportamiento honesto.

Pero los autores contemplaron (y midieron) sus posibles efectos. No se observó nada interesante, por lo que mantuvieron su interpretación de que la testosterona influye directamente en el comportamiento honesto.

4 comentarios:

  1. Interesante trabajo que me plantea dos preguntas: (1) por azar no estarían los más inteligentes en el grupo placebo? Esto explicaría que mientan más; se dan cuenta de que no hay repercusión y lo aprovechan (me recuerda a la correlación entre inteligencia y desea lidiad social) y (2) en mujeres pasará lo mismo?

    Gracias por a referencia y el post.

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  2. Qué curioso....Reconozco que si hubiese tenido que formular una hipótesis sobre esta cuestión la hubiese planteado en la dirección contraria.

    Gracias por la referencia,

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  3. David, es interesante y en tu línea de estudiar en laboratorio para acotar relaciones causales.

    M. A.: ¿te sorprende que no hayan medido inteligencia? Se debería hacer más caso a David Lykken y quienes estudian variables de personalidad (en sentido amplio) harían muy bien en medir, por definición, capacidad intelectual.

    Ignoro qué pasaría con mujeres, pero mi predicción es que así será.

    Sergio: es lo que tiene hacer hipótesis...

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