Diane Halpern es, desde hace tiempo, una autoridad en la investigación de las diferencias de sexo. Coincidí con ella en un encuentro celebrado a puerta cerrada en 2008 en el Cold Spring Habor Laboratory de Nueva York. No me impresionó su modo de enfocar el estudio de este tema socialmente tan relevante. Eso sí, es una científica muy bien conectada e influyente, ninguna duda sobre ello.
Recientemente ha coordinado a una serie de científicos para acallar las voces que se elevan apoyando una educación diferenciada según sexo. El breve artículo, que se ha publicado en 'Science', lleva el siguiente título "La pseudociencia de las escuelas para chicos y para chicas".
23 SEPTEMBER 2011 VOL 333 SCIENCE www.sciencemag.org
Admiten los autores que acompañan a Halpern que no existen estudios suficientemente serios para sacar conclusiones sólidas sobre si educarles por separado mejora su aprovechamiento escolar. Aún así, declaran, con determinación y entusiasmo, que esa clase de educación acrecienta los estereotipos ligados al sexo.
Atribuyen los efectos positivos detectados en algunos estudios a la novedad, el sesgo de las muestras y el anecdotario al que se recurre para reforzar la idea de la educación separada.
El artículo se habrá publicado en la prestigiosa 'Science' pero realmente no dice algo medianamente revelador, salvo que se opta porque las cosas sigan como están hasta que se demuestre lo contrario. Es decir, que los colegios sigan siendo mixtos porque se supone y admite que eso promueve una mejor socialización.
La declaración de 'hasta que se demuestre lo contrario' quizá sea algo tendenciosa. ¿Cuándo se ha demostrado que es mejor unirles para aumentar su rendimiento? Yo no lo recuerdo...
Si como Halpern y sus colegas dicen, no hay diferencias entre unos colegios y otros, ¿por qué no dejar que sean los padres quienes decidan? ¿por qué no darles autonomía? ¿por qué tiene que decidir el Estado por ellos?
Además, pueden existir opciones intermedias, como colegios mixtos para todos los espacios comunes que no sean el aula. Las chicas maduran antes, en eso los científicos están de acuerdo. Existe un desfase según sexo, por lo que puede no ser insensato considerar ese hecho.
Socializarse es relevante, pero eso no sucede solamente en las aulas. De hecho, al aula se va a aprender matemáticas. ¿No serían el patio o el comedor lugares más adecuados para facilitar esa socialización? Al patio o al comedor no se va a aprender matemáticas, sino a interactuar.
Si los estudios rigurosos no existen, ¿por qué no planificarlos y materializarlos en lugar de seguir especulando sirviéndose del efecto halo que promueve la revista 'Science'?
La educación mixta perjudica a los chicos en el periodo más revoltoso de la adolescencia. Si ese efecto existe, pero se puede evitar, se logrará reducir el abandono escolar, claramente más preocupante a día de hoy en ellos que en ellas.
Sobre este relevante aspecto, Halpern mantiene un ruidoso silencio.
Finalmente, no puedo resistirme a comentar un fenómeno que conocemos bien desde los años 60: las diferencias entre colegios son magras cuando se comparan con las diferencias que se observan dentro de cada colegio. Por tanto, comparar colegios sin más puede conducir a conclusiones engañosas.
Subráyese, para cerrar este artículo, que los colegios están para enseñar matemáticas. Esos colegios no tienen por qué adjudicarse una tarea que puede ser más propia de los padres y de los propios chavales.
El intervencionismo excesivo se aleja de la democracia que presuntamente suscribimos.
¿Coeducas o segregas? http://carmesi.wordpress.com/2013/02/04/coeducas-o-segregas/
ResponderEliminarMuchas gracias por el enlace Paco!
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