Recurriendo a su fe ciega en la evolución, Richard Dawkins escribe ahora un libro para niños --La magia de la realidad-- destinado a erradicar, desde su raíz, cualquier duda sobre la base científica, real, de la evolución.
Su obsesión anti-religiosa no deja de expandirse, mezclando, sin tino, creencias y ciencia.
Francamente, me ha llamado poderosamente la atención que use la palabra 'magia' junto a 'realidad' en el título de su último libro.
Dawkins acepta que los niños pueden comprender la evolución y conceptos científicos similares, como electrón o fuerza. Eso sí, a partir de los cinco años de edad.
De hecho, propone que la evolución sea una asignatura más del currículo de los chavales. Mientras que la religión se cimenta en mitos que producen más preguntas que respuestas en la mente de los niños, la evolución puede responder sin abrir nuevos interrogantes.
Dawkins promueve el carácter obligatorio de esa asignatura de evolución a través de su Fundación 'Por la razón y la ciencia'. Los creyentes odian la ciencia y son unos descerebrados sujetos a las bajas pasiones de sus sistemas límbicos, según él.
Me pregunto: ¿no le bastaría con promover su visión del mundo dejando tranquilos a los creyentes? ¿o es que necesita de ese agresivo contraste para hacerse oír?
Se declara sorprendido porque algunos padres sigan explicando a sus hijos el mito de Adán y Eva --por ejemplo-- cuando deberían dirigirles a su Fundación para ser iluminados y contagiados por su magia real.
Y no crean que se para aquí, nada de eso. Declara que esa clase de mitos pueden perjudicar el desarrollo intelectual de los chavales.
Me pierdo. Por un lado, dice que la teoría de la evolución es mas fácil de comprender que los mitos. Por otro, que los segundos dañan el desarrollo de la inteligencia. Pero ¿no sería razonable predecir que esforzarse por comprender algo tan complejo y abstracto como un mito sería más beneficioso, como estímulo del intelecto, que captar algo tan simple y concreto como la evolución?
En este blog, que ya tiene su solera, hay bastante información que desmonta el 'argumentario' de Dawkins sobre el carácter prácticamente diabólico --admitiendo esta figura mítica, claro-- de la religión, especialmente de la católica.
Puede revisarse la síntesis sobre el trabajo de Anthony Esolen:
También son especialmente pertinentes las reflexiones sobre una conferencia de Colin Patterson acerca de la teoría de la evolución:
Finalmente, puede ayudar el comentario sobre 'El espejismo de Dios'
Suscribo lo que dices y lo que ya dijiste en su día al comentar el libro "La ilusión de Dios". El rigor intelectual de la crítica que Dawkins hace de la religión es muy escaso; pertenece al género literario del panfleto, muy interesante, incluso valioso, en las disputas políticas, pero poco útil para la mejora de la humanidad. Según Dawkins, el Dios del Antiguo Testamento es un psicópata y los que creemos en Dios debiéramos ir al psiquiatra. No es una buena declaración para iniciar un diálogo constructivo.
ResponderEliminarPor otra parte, está claro que no existe un conflicto serio entre ciencia y religión, salvo si se quiere artificiosamente provocarlo. En la Edad Media, época a quien tanto debemos los europeos, se discutió mucho de ese tema, con posiciones diversas. Una de las más equilibradas, que fue la que cuajó en la doctrina oficial de la Iglesia Católica, es la de Tomás de Aquino, mente privilegiada. Y desde luego en aquella época se veía claro que religión y ciencia trabajaban juntas para erradicar la superstición y la ignorancia de las mentes humanas. Eso sí, cada una en su ámbito, dando respuesta a preguntas diferentes, con métodos parcialmente diferentes.
Gracias por tu comentario Félix. Mucho debe volverse a decir sobre la mal comprendida edad media. Aquino es, también, una figura que debería rescatarse del olvido. Lo que tiene que decir sobre razón y fe resulta particularmente pertinente para Dawkins.
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