Simplificar es relevante para el avance del conocimiento, pero no hay que llegar más lejos de lo estrictamente necesario. En el caso del efecto de los genes sobre la conducta esta precaución resulta especialmente pertinente.
Ahora se da a conocer el resultado de que el gen CYP2E1 parece asociarse a cómo responde la persona al alcohol. Según la versión del gen, así es la respuesta.
Los resultados concretos se han publicado en la revista 'Alcoholism: Clinical and Experimental Research'.
El estudio se basó en comparar hermanos que tenían al menos un padre alcohólico. Los participantes ingerían un preparado que contenía alcohol y se les pedía responder una serie de preguntas sobre sus efectos.
El gen CYP2E1 se encarga de codificar una enzima que contribuye a metabolizar el alcohol, aunque la mayor parte del alcohol es procesada en el hígado por la dehidrogenasa.
CYP2E1 actúa en el cerebro produciendo radicales libres que pueden afectar a las células de ese órgano. Una versión del gen hace que la persona sea más sensible a los efectos del alcohol, lo que pudiera ser resultado de un mayor torrente de esos radicales libres.
Realmente es poco probable que un solo gen pueda explicar la sensibilidad al alcohol, del mismo modo que lo es para las demás cosas que se nos puedan ocurrir.
No cabe duda de que la variabilidad genética es importante para comprender las diferencias que nos separan psicológica y conductualmente. Pero la predicción por defecto es que el número de genes relevantes es extraordinariamente elevado. La mayor parte de los resultados disponibles son consistentes con ella.
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