Las
universidades fueron concebidas para profesionalizar a los artesanos, formar a
futuros científicos y ser referentes en una sociedad que salía del oscurantismo
medieval. Las Universidades se convirtieron incluso, en algún momento, en
centros que intentaban transformar el status
quo.
Las universidades fueron zonas
cognitivas transgresoras visibles y vivas, en un entorno dinámico y bullente
–cual crisol social cognitivo—y, como tales, con el potencial de devengar y
gatillar importantes agentes de la esfera pública, iniciando el cambio social y
no sólo respondiendo a él. Esta fue una de las aristas de importancia esencial
de la Universidad al asumir el reto de encender
la llama de la novedad y las nuevas ideas en un mundo casi ciego y en
incertidumbre. Allá por los siglos XVIII, XIX y XX.
Hoy, el futuro de la Universidad es una
tautología. Ya ha nacido una nueva estructura, imperfecta, producto de la
anterior, a la que se podría llamar “Universidad-Multiuso”.
¿Cómo llegamos a este estado?
Estas son algunas preguntas
pertinentes: 1) ¿Es la universidad de hoy en día un negocio?, 2) Si no lo es ¿es aún un concepto cuyo ecosistema
es creador de conocimiento y avance social?, 3) ¿Qué elementos llevaron el concepto original a
la situación actual? 4) ¿Es posible rescatar/mejorar/relanzar el
concepto y objeto original de la Universidad?, 5) ¿Hay ejemplos en el mundo que nos sirvan de
referente para recuperar el objetivo original?, 6) ¿O hemos llegado al punto sin retorno y está
emergiendo un nuevo paradigma?
Estas
preguntas se plantearon en Diciembre de 2014 a un thin-tank, desde un grupo de Universidades peruanas privadas, que
serían sometidas en 2015 al primer proceso articulado de acreditación
académica. Proceso urgente ante la proliferación de centros de estudio sin
ningún aval ni corpus académico, sólo dedicado al negocio de matricular y
esquilmar alumnos, con el cuento del título universitario. Ante ello planteamos
una batería de evaluación del proceso que suponía 1) Identificar el presente y el futuro del
negocio, 2) Identificar la sistémica del entorno
universitario y general peruano, 3) Diagnosticar el potencial de mejora o
regresión, 4) Identificar los aspectos mejorables y
recomendar desechar los prescindibles, 5) Comparar el resultado contra otras experiencias
mejores en el planeta, 6) Emitir recomendaciones basadas en evidencias y
casos en marcha.
El trabajo no fue sencillo y nos propusimos
tomar como referencia las estadísticas más consistentes desde 1960. De ahí
partió el estudio cuyos resultados se pueden encontrar en el link adjunto: https://goo.gl/9bhDEP
El siguiente paso fue hacer un poco de historia
de la evolución del concepto y uso de la palabra “Universidad”.
EVOLUCIÓN MODERNA DE LA UNIVERSIDAD: 10 HITOS.
Veamos la evolución de lo que entendemos por “Universidad”.
1. En ‘La tensión
entre cosmopolitismo y nacionalismo. Las universidades eran agentes muy importantes
de cosmopolitismo y de ideas universalistas, de C. Kerr (1963) se afirma: “la sociedad del conocimiento ha traído como
resultado nuevos e influyentes modos de pensar: en efecto, nuevas ideologías
—postmodernismo, neoliberalismo, tercera vía—que son visibles en la educación
superior. Las siguientes seis contradicciones culturales resultan de esas
ideologías: 1) la contradicción entre enseñanza e investigación, 2) la
contradicción entre eficiencia y saber avanzado especializado, 3) la contradicción
entre masificación y democratización, 4) la contradicción entre gerencia y
liderazgo, 5) la contradicción entre opinión y conocimiento, y 6) la
contradicción entre ciencia y tecnología.”
2. En ‘Las
contradicciones culturales de la educación superior en la sociedad del
conocimiento, de F. Ringer (1969) se escribe: “la
educación superior siempre ha estado asentada sobre contradicciones culturales,
el viejo modelo de educación superior, que generalmente se cree ha llegado a su
fin. Pero las universidades fueron también agentes importantes en la creación
de las culturas nacionales. Los académicos desempeñaron papeles preeminentes en
la codificación de las culturas nacionales desde principios del siglo XIX. Otra
contradicción en el viejo modelo de la universidad que se pudiera mencionar es
la contradicción entre el papel de la universidad como productora de nuevo
conocimiento y como reproductora del conocimiento existente. Esta contradicción
corresponde aproximadamente al doble papel de la universidad como agente
progresista de innovación y portador de nuevas ideas y modelos, mediante los
cuales la sociedad pudiera ser transformada, y, del otro lado, la universidad
como bastión conservador del ‘ancien régime’”.
3. La función
primaria de la sociedad profesional era el entrenamiento y la acreditación del
saber experto (Collins, 1979). La Nueva Clase es más amplia que la
clase profesional del período anterior y las profesiones ahora ingresan desde
los márgenes de la sociedad para tomar el liderazgo moral, político, social y
económico. La teoría de la Nueva Clase venía a ser una teoría de la sociedad
del conocimiento, la cual ha sido desafiada en años más recientes por una nueva
concepción.
La teoría de la sociedad de la
información ha provocado una revisión de la idea de la sociedad del
conocimiento. En esta conceptualización se ve la sociedad del conocimiento como un nuevo tipo de sociedad que es
impulsada por los nuevos acontecimientos en la tecnología de la comunicación y
la información. Algunos de los más importantes procesos de desarrollo
económico en el capitalismo global están relacionados con la aplicación del
conocimiento en las tecnologías.
4. La
tercerización de la enseñanza (Parsons & Platt, 1973). Aunque
la tradición inglesa de educación universitaria asociada con Oxbridge le daba
prioridad a la enseñanza, también allí persistió el supuesto de que había una
unidad de funciones. Hasta en el gran estudio de la universidad estadounidense
de Parsons, el supuesto también era que había una unidad de funciones, aunque
estaba confinada a los cursos de posgrado. Hoy estamos en una situación
diferente. El número de universidades y, lo que es más importante, el número de proveedores de educación
superior ha aumentado. En verdad, la mayor parte de la educación superior
ya no es proporcionada por las universidades. En los Estados Unidos de América,
por ejemplo, existen más de tres mil instituciones de educación superior. Sólo
unos pocos cientos son reconocibles como universidades, y de éstas, no más de
doscientas están basadas en la investigación.
5. Pero, desde los 60, la sociedad
industrial estaba dando paso a una sociedad postindustrial en la que la mayoría
de la población trabajadora estaría más bien en los servicios que en la
industria (Gouldner, 1979).
En la formulación más conocida de esa idea, surge una «Nueva Clase» que abarca
una intelectualidad definida con amplitud. Esta Nueva Clase es más amplia que
la clase profesional del período anterior y las profesiones ahora ingresan
desde los márgenes de la sociedad para tomar el liderazgo moral, político,
social y económico.
6. La
ideología postmoderna condujo a nuevas ideologías que disimulaban varias
contradicciones. Las ideas de Lyotard venían a ser una visión de la educación
como una forma de dominación en la que el principio del ‘performance’ se vuelve
omnipresente (Lyotard, 1984). Es el viraje del pensamiento
postmoderno hacia la recuperación del yo, la comunidad, la religión y la
política. En la academia, la ideología postmoderna condujo a nuevas ideologías
que disimulaban varias contradicciones.
7. Surge
una nueva idea de Universidad, la McUniversidad, la Multiversidad. Aunque es
improbable que la Universidad pueda recobrar el papel que ha perdido, eso no
significa que no puede servirse de una idea nueva (Habermas,
1987). Como institución, la
universidad ha perdido su rumbo en la sociedad del conocimiento. Los grandes
cambios han sucedido en respuesta a las presiones externas y al mero peso de
las contradicciones que han sido generadas por las ideologías nacientes.
8. En la McUniversidad están cobrando forma nuevas
formas burocráticas de administración universitaria (Parker
& Jary, 1995). Se debe reconocer que no puede haber un principio
fundamental, una sola «idea» legitimadora que le dé rumbo a la universidad. La
universidad tendrá que vivir con el hecho fundamental de la complejidad de la
sociedad, como sostiene Ron Barnett (Barnett, 1999). Las universidades pueden
desempeñar un papel importante en la sociedad del conocimiento si aceptan lo
que pudiéramos llamar el principio de la transgresividad, que disminuyen la
autonomía de los académicos y transforman
la universidad en una organización fordista para la producción masiva de
educación superior. En la empresa racionalizada de la McUniversidad
neoliberal existe mayor poder gerencial, centralización estructural, mayor
acogida de estudiantes, la ocasionalización del trabajo y la eliminación de la
ineficiencia. Como ocurre con la ideología neoliberal en general, la legitimidad ha de ser lograda a través
de la eficiencia. Existe también la ideología adicional de la obligación de
rendir cuentas, la cual, en realidad, es cuestión de un aumento de la
contabilidad. La ideología de la tercera vía ha reemplazado la versión más
extrema de la ideología neoliberal, combinándola con un compromiso básico con
el programa de bienestar social y la idea del Estado responsable.
9. La cada
vez más ausente función del liderazgo científico. Para
que las Universidades desempeñen un papel central en la esfera pública (Slaughter &
Leslie, 1997) deben ser capaces de suministrar liderazgo para la sociedad
como un todo, así como para sí mismas. Las
normas de la gobernanza externa se están volviendo cada vez más importantes y
están conformando los regímenes de la gobernanza interna hasta un punto en el
que esta última ha perdido la autonomía
asociada con la idea de auto-gobernanza académica, la cual es a lo sumo un
mito anacrónico. En el esfuerzo por ser más eficiente, una de las más grandes
contradicciones está en el conflicto
entre los valores del mercado y los valores de la ciencia y el saber avanzado
especializado. Eso es particularmente evidente en el creciente
involucramiento de las universidades en la industria.
Con el creciente tamaño de las
universidades y la creciente complejidad de sus sistemas organizacionales, la gerencia se torna cada vez más
importante. Es evidente que la
presente generación de líderes universitarios es incapaz de suministrar
liderazgo social. En el pasado muchos líderes universitarios desempeñaron
un papel central en la conformación de valores cívicos y orientación para
sectores más amplios de la sociedad. Hoy
día los líderes universitarios han llegado a no diferenciarse de los
principales ejecutivos de cualquier gran compañía, carentes de visión y de
creatividad.
10. Recrear
la Universidad. El impacto de las nuevas ideologías de la
sociedad del conocimiento puede ser resumido como un factor que trae consigo
nuevas relaciones entre la educación superior, el Estado y el mercado. Pero lo
que surge de eso no es un nuevo tipo de universidad. La «McUniversidad», la
«Multiversidad», la «Universidad Virtual» es, de hecho, un sitio muy
contradictorio de fuerzas. Parecería que la
universidad como institución ha perdido su rumbo en la sociedad del
conocimiento. Los grandes cambios han sucedido en gran medida en respuesta
a las presiones externas y al mero peso de las contradicciones que han sido
generadas por las ideologías nacientes. Es
de importancia esencial el reto de aprender a vivir con la posibilidad de escoger
en un mundo global de incertidumbre (Barnett, 1999) (10). El presente período se caracteriza por una
posibilidad de escoger aparentemente
infinita.
EPÍLOGO
Las universidades fueron concebidas
para profesionalizar artesanos, formar futuros científicos y ser referentes en
una sociedad que salía del oscurantismo medieval.
Las universidades fueron, también,
zonas cognitivas transgresoras en un entorno dinámico y bullente, capaces de iniciar
el cambio social en lugar de limitarse a responder a él.
La Universidad encendió la llama de la
novedad y las nuevas ideas en un mundo casi ciego y en incertidumbre, pero eso
en historia.
El futuro de la Universidad es una
tautología.
Están naciendo nuevas estructuras bajo
el rótulo “Universidad-Multiuso”.
La Universidad clásica ha muerto.
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REFERENCIAS
1. KERR, C.
(1963), The Uses of the University, Cambridge, MA, Harvard University Press.
2. RINGER, F.
(1969), The Decline of the German Mandarins: The German Academic
3. COLLINS, R.
(1979), The Credential Society, Nueva York, Academic Press.
4. PARSONS, T. y
G. PLATT (1973), The American University, Cambridge, MA, Harvard. University
Press.
5. GOULDNER, A.
(1979), The Future of Intellectuals and the Rise of the New Class,Londres,
Macmillan.
6. LYOTARD, J. F. (1984), The Postmodern Condition: A
Report on Knowledge, Manchester, Manchester University Press.
7. HABERMAS, J.
(1987), «The Idea of the University —Learning Processes», New German. Critique,
41, pp. 3-22.
8. PARKER, M. y D. JARY (1995), «The McUniversity:
Organization, Management an Academic Subjectivity»
9. Slaughter &
Leslie, 1997; Etzkowitz & Leydesdorff, 1997; Curie & Newson, 1998.
10. BARNETT, R.
(1999), Realizing the University in an Age of Supercomplexity, Buckingham, Open
University Press.
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