lunes, 30 de enero de 2017

¡Se busca!: Pensamiento crítico –por Luis Martínez Gálvez

Definamos pensamiento crítico como nuestra capacidad para analizar y evaluar la coherencia de las afirmaciones que la sociedad acepta como verdaderas en el contexto de la vida cotidiana.

Me temo que si la información proviene de un canal habitual de comunicación, la persona la aceptará sin el mínimo intento de cuestionarla.

Antes, esos canales eran más reducidos. Los más populares eran la televisión y la prensa escrita y su número era manejable, la información estaba más concentrada. Además, había más pensamiento crítico, por lo que era más complejo difundir una información falsa.

Actualmente son pocos quienes ponen en cuestión la información que reciben. Se da por buena y se repite en las conversaciones aunque su verosimilitud sea dudosa. Solo es necesario que parezca creíble y que, además, refuerce nuestros prejuicios.

Es habitual encontrarse con una información que captura tu atención. Y piensas “¡qué impactante!”.

Les pondré un ejemplo relacionado con mi trabajo.

Veo una estadística sobre marketing y, como la curiosidad me pierde, me pongo a buscar el origen de la información y los estudios en los que se basa.

Me encuentro varias páginas en las que se explica que esa información es completamente falsa.

¡¡¡No puede ser!!!

Me reviso el estudio original y me encuentro con que la entidad firmante ni siquiera existe.

Las redes sociales, WhatsApp, y, por supuesto, el email, acrecientan el problema. Recibimos mensajes increíbles en nuestra bandeja de entrada y les damos credibilidad, aunque sea fácil verificar si un mensaje sospechoso es un HOAX  (bulo, broma). Basta con hacer una búsqueda “HOAX + el principio del mensaje recibido”. Pero me temo que el problema reside en lo de ‘sospechoso’. Ni siquiera se le pasa por la cabeza esa posibilidad a quien lo reenvía.

Y ni se te ocurra discutirle porque te espetará que lo han dicho en las noticias o que lo ha leído en el digital “XXXX”. Tiene que ser verdad y tu te conviertes en un negacionista.


Asusta la facilidad con la que se nos puede engañar.

Por falsa que sea, una vez soltada la información y asimilada por los ciudadanos será muy difícil detener sus efectos.

Existen incluso casos que han provocado la persecución y el aislamiento de científicos e investigadores que han osado contradecir una determinada información.

Por cada persona que se pregunte si la información es verídica encontraremos cientos que no solamente la aceptarán sin discusión, sino que además la difundirán con entusiasmo.

Cabe destacar el papel protagonista de los medios de comunicación en esta difusión de hoax. Aunque deberían contrastar la noticia, priorizan la captación de las audiencias a la verosimilitud de esa noticia. Como es lógico, esa estrategia conduce a casos bochornosos como los que hemos conocido recientemente.

No pongo ejemplos intencionadamente porque pretendo que reflexionemos sobre la desaparición del pensamiento crítico.

Quiero evitar que este post estimule una discusión provocada por esos ejemplos porque sería irrelevante para su leitmotiv.

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