En
el volumen 103 de la revista ‘Personality
and Individual Differences’ se publica un
monográfico sobre la figura de H. J. Eysenck en consideración a los 100
años de su nacimiento. Fue una iniciativa de Philip Corr, quien también se encargó de editarlo.
Conviene
saber que Eysenck funda la ‘International
Society for the Study of Individual Differences’ (ISSID) cuando se jubila,
en 1983.
El
monográfico incluye 34 artículos firmados por D. M. Andrade, R. Ardila, P.
Barrett, S. C. Bowden, G. J. Boyle, L. S. Braga, R. Braithwaite, R. D.
Buchanan, G. Claridge, A. M. Colman, P. J. Corr, L. Ellis, I. M. Evans, M. W.
Eysenck, S. B Eysenck, C. Flores-Mendoza, C. A. Frosch, A. Furnham, M.
Gallegos, J. Glicksohn, L. S. Gottfredson, G. Gudjonsson, S. Kreitler, V.
Kumari, G. J. Lewis, R. Lynn, N. G. Martin, G. Mathews, R. L. C. Mitchell, N.
Myszkowski, D. K. B. Nias, K. O’Connor, G. Ortet, A. M. Perkins, K. V.
Petrides, P Rabbitt, S. J. Rachman, W. Revelle, D. H. Saklofske, B. M. C.
Santiago, L. Stankov, R. M. Stelmack, R. Stevens, M. Storme, J. Strelau, B. R.
Walker, N. Wilson, F. Zenasni y M. Zuckerman.
Su
esposa, Sybil Eysenck, se encarga de
abrir el monográfico escribiendo sobre su marido como científico, psicólogo y ‘family man’. Subraya que la ciencia
estaba, para él, por encima de todo lo demás, pesara lo que pesase. Exploró una enorme variedad de temáticas y algunas despertaron viscerales debates. Ejemplos
son la influencia genética sobre las diferencias de inteligencia, la
contribución multivariada a trastornos físicos como el cáncer (negándose a
focalizarse en un solo culpable como el consumo de tabaco) o el efecto de la
psicoterapia (tan eficaz como la recuperación espontánea).
Comenta
que aunque Hans recorrió el mundo impartiendo conferencias en congresos
especializados, lo que realmente le gustaba era dirigirse a alumnos de escuela,
a los que consideraba bastante más abiertos de mente que sus colegas.
Sybil
relata el triste episodio de la pérdida de la abundante documentación
profesional de su marido que se envió a Alemania poco después de su
fallecimiento en 1997. Pensaban usar ese material para una exposición
permanente en su país natal, pero nunca se ha logrado localizar, a pesar del
denodado esfuerzo de Petra Netter.
Según
ella, Hans nunca se llevaba trabajo a casa. Eso si, organizaban encuentros en
su casa con el personal de su laboratorio. Lamentablemente su familia tuvo que
soportar el acoso de algunos grupos radicales que la habían tomando con Hans
por haberse atrevido a expresar públicamente sus ideas y pensamientos. Llegaron al punto
de plantearse si la vertiente pública de Hans podría llegar a acarrearles
problemas a sus cuatro hijos en el colegio. Increíble, pero así fue. Al llegar
a la universidad, algunos decidieron usar un apellido diferente para
protegerse.
A
Hans le encantaba el futbol (era seguidor del Manchester United) y todos lo que
le conocimos sabíamos que jugaba regularmente al tenis a la hora de la comida,
hecho que recuerda Sybil.
Si
tienen paciencia, léanse los más de 30 artículos, aunque yo me permito
recomendarles su deliciosa autobiografía (Rebel
With A Cause) donde confiesa, entre otras cosas, que…
-.
Aprendió más de su primera novia que de sus padres.
-.
En el Maudsley se le acusaba de
elegir a sus colaboradores—comunistas (y colaboradoras –judías) por su
atractivo físico más que por sus méritos intelectuales.
-. John Raven era negado para los números y rechazaba, incomprensiblemente para él, el concepto de CI.
-. El tacto y la diplomacia no se contaron entre sus virtudes.
-. Una mala conferencia carece de tema central, se pierde en detalles colaterales y sobrestima el nivel de conocimientos de la audiencia.
-. Las discusiones con sus estudiantes se parecían a las contiendas del coliseo romano. Pero los estudiantes de otros países que pasaban por el Maudsley se llevaban ese modo de actuar a sus lugares de origen.
-. Los terapeutas ignoran dos evidencias científicas que deberían tener presentes: (a) la relevancia de la genética y (b) la relevancia de las variables de personalidad.
-. Nuestros cuerpos han sido diseñados para caminar y correr, no para estar todo el día sentados.
-. Los científicos no deberían dejar las tareas de divulgación en manos de personas sin la formación apropiada.
-. En sus estudios sobre el hábito de fumar y la muerte por cáncer de pulmón, pudo observar que de cada 10 grandes fumadores, únicamente 1 fallecía por cáncer de pulmón, lo que sugería que debían existir más causas detrás de esas muertes.
-. Los científicos no debería contribuir a despertar paranoias innecesarias en los ciudadanos: si no sabemos, abstengámonos.
-. El 21% de los niños nacidos en niveles bajos de SES llegan a los niveles más altos, mientras que solamente el 54% de los niños nacidos en niveles altos de SES permanecen en ese nivel. Este mecanismo únicamente se puede explicar por la genética. Los genes son, a menudo, mejores garantías de movilidad social que los sistemas sociales.
-. Quizá dentro de unos años sea posible discutir e investigar seriamente sobre temas tales como el sexo o la raza sin que el resultado de exponer los hechos sea la agresión física, la censura de los escritos o ser tildado de sexista o racista.
-. Un país con un CI medio de 85 no es viable en la sociedad actual; aumentar 10 ó 15 puntos esa media lo haría no solamente viable sino también competitivo. Hay otros problemas, pero, para él, el relacionado con la inteligencia es absolutamente fundamental.
-. La Psicología no puede avanzar más rápido porque carece de los medios económicos necesarios. Según Eysenck, debería existir un grupo de científicos sociales adecuadamente informados, y desvinculados de cualquier asociación política, que sometiese a examen las políticas sociales vigentes. Los informes resultantes deberían ser públicos, para que los ciudadanos pudieran discutirlos abiertamente.
-. La vida es una comedia para quienes piensan, pero una tragedia para quienes sienten.
-. “Una vez llegas a la venerable edad de 80 años, debes actuar como si fueras inmortal (...) después de todo, solamente eres viejo una vez en tu vida”.
Aquí en España el
Profesor Antonio Andrés-Pueyo y yo mismo coordinamos un
libro en homenaje a H. J. Eysenck que se publicó dos años después de su
fallecimiento. Recomiendo su lectura a quienes se interesen por su figura.
En
1996 Hans apadrinó la fundación de la ‘Sociedad Española para la Investigación de
las Diferencias Individuales’ que nació al amparo de su hermana mayor,
la ISSID. El acto tuvo lugar en Barcelona y fue realmente entrañable.
En
Julio de 1997, dos meses antes de su fallecimiento, Hans estuvo en el congreso
bianual de la ISSID celebrado en Dinamarca, donde recibió un merecido homenaje,
como el que se materializa en el monográfico que ahora se publica en el PAID.
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