lunes, 5 de diciembre de 2016

El enigma de las diferencias de sexo en el juego del ajedrez –por Ángel Blanch

Disponer del indicador Elo de rendimiento en el ajedrez ayuda a estudiar las diferencias individuales. Este indicador varía aproximadamente entre 1000 y 2900 puntos, dependiendo del país y la federación. Un mayor Elo supone una mayor habilidad ajedrecística.

Las personas que compiten habitualmente disponen de un Elo que se actualiza periódicamente en función de los resultados obtenidos en partidas oficiales. En el cálculo se considera, tanto el Elo de un jugador, como el de sus contrincantes durante el periodo evaluado.

Cuando se comparan los Elos de los mejores hombres con los de las mejores mujeres, las puntuaciones Elo de los hombres son significativamente más altas que las de las mujeres.

En el estudio transcultural de 24 países que veremos después, los promedios Elo varían entre 2219 y 2618 puntos para los 100 mejores hombres de cada país (media = 2410, desviación típica = 93), y entre 1612 y 2309 puntos para las 100 mejores mujeres de cada país (media = 2005, desviación típica = 161).

Por otra parte, las diferencias en puntos Elo entre los 100 mejores hombres y mujeres de cada país varían entre 216 puntos (Georgia) y 607 puntos (Portugal), con un promedio de 393 y una desviación típica de 84 puntos Elo.

Con una diferencia de 216 puntos Elo, la probabilidad de obtener una victoria en una partida de ajedrez por parte del jugador más débil es de 0.22, de solamente 0.09 con 393 puntos de diferencia, y de 0.03 si la diferencia es de 607 puntos.

Ninguna mujer ha ocupado nunca el número 1 del ranking mundial.

Únicamente Judith Polgar, gran maestra de ajedrez actualmente retirada, ha llegado a estar situada en el octavo lugar del ranking mundial. En la lista de septiembre de 2016, la primera mujer, Yifan Hou, se encontraba situada en el puesto 95 del ranking de los 100 mejores jugadores del mundo.

Esta marcada diferencia de sexo se ha atribuido a un efecto puramente estadístico, debido al exagerado mayor número de hombres que juegan regularmente al ajedrez de competición.

Por ejemplo, en la lista de jugadores de Marzo de 2014 publicada por la Federación Internacional de Ajedrez, en España aparecen 13960 hombres y 646 mujeres (ratio hombres:mujeres de 22:1).

Esta gran disparidad de participación de hombres y mujeres, puede constatarse en cualquier open de ajedrez de los muchos que se llevan a cabo en nuestro país.

Pero las diferencias en puntuación Elo entre hombres y mujeres también se han atribuido a determinantes biológicos y culturales.

Por ejemplo, al comparar las puntuaciones Elo de los mejores jugadores y jugadoras de ajedrez en seis torneos internacionales entre los años 2010 y 2013, se observó que las diferencias en las puntuaciones Elo entre hombres y mujeres no dependían totalmente en las diferencias de participación (ratio hombres:mujeres 12:1), sino en las diferencias en edad y práctica del ajedrez entre hombres y mujeres, ya que un 70% de las diferencias en puntuación Elo entre hombres y mujeres se explicaban por la edad y por el número de partidas jugadas durante dicho período.

En otro estudio reciente, basado en datos de 24 países, se constató que las diferencias en Elo entre hombres y mujeres eran marcadas en todos los países estudiados. Por otra parte, las distintas tasas de participación no explican totalmente las diferencias en puntuación Elo entre hombres y mujeres.

Este estudio sugiere también una destacable variabilidad entre países, que podría estar relacionada con el tamaño y latitud de cada territorio estudiado. Se observan menores discrepancias en puntuación Elo entre hombres y mujeres en países con un menor territorio o que se encuentran a una mayor latitud. Se observan mayores discrepancias en países con un mayor territorio o que se encuentran a una menor latitud.

Este estudio se está replicando actualmente con datos de países de todo el mundo, con lo que se espera ofrecer una visión más global de este fenómeno.

La variación en el tamaño del país y su latitud podrían relacionarse con las dinámicas implicadas en el entrenamiento y práctica del ajedrez. Por ejemplo, territorios más reducidos pueden tener ciertas ventajas para organizar y consolidar actividades de educación y competición en ajedrez de una forma más ágil y coordinada.

Además, la práctica del ajedrez está muy arraigada en los países del Este de Europa, y se promueve en mayor medida dentro de la familia y la escuela a edades más tempanas.

Todo ello podría estimular una iniciación más precoz en el ajedrez, así como una permanencia más prolongada en este dominio por parte de las mujeres.

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