El físico norteamericano de origen
británico Freeman Dyson es una de
las mentes más brillantes de la actualidad y miembro de, entre otras
asociaciones científicas, la National
Academy of Sciences de los Estados Unidos y la Royal Society de Londres.
Comenta críticamente la historia de
los sacerdotes del calentamiento global en un escrito que pude encontrar en
la web. Comentaré aquí algunas cosas
que capturaron mi atención. Este científico de primerísimo orden carece de
pelos en la lengua y eso me gusta porque es necesario en nuestro mundo cada vez
más hiper-regulado y desinformado (aunque sería mejor decir engañado).
Comienza señalando que los modelos
climáticos ayudan a comprender el clima, pero son pésimos para hacer
predicciones:
“No se puede saber lo que va a pasar dentro de diez años”.
El clima es un sistema
extraordinariamente complejo en el que ligeras variaciones pueden tener efectos
profundos (en el mundo real más allá de las simulaciones).
Cuando cambian las concentraciones de
CO2, el reino vegetal se adapta modificando su comportamiento. Los modelos de
simulación propenden a ignorar la vertiente biológica del planeta. Confundir el
modelo con el mundo real es tan tentador como peligroso:
“El mundo real es fangoso y desordenado y lleno de cosas que
todavía no entendemos”.
Pero Dyson va más allá y habla de
cómo la casta del calentamiento global vive de asustar a la población:
“Toda su vida depende de que sea un problema (…) tienen un
enorme interés en que el problema se tome más en serio de lo que es (…)
cualquier cosa que parece mala se informa y cualquier cosa que parece buena no
se comunica”.
¿Niega este científico la realidad
del calentamiento?
No, aunque cuestiona que sea global y
que en determinados lugares del planeta los efectos sean beneficiosos:
“Cinco veces más personas mueren de frío en los inviernos que
las que mueren de calor en verano (…) el calentamiento está ocurriendo donde
hace frío, no donde hace calor”.
¿Es responsable la humanidad de ese calentamiento?
Según Dyson la respuesta es NO.
Así, por ejemplo, la reducción de los
glaciares se ha documentado desde hace 300 años. El aumento del nivel del mar
se viene produciendo desde hace 12.000 años.
¿Cómo se podría moderar la presencia
de CO2 en la atmósfera?
Gestionando la tierra, no la
meteorología:
“Tenemos que observar y medir lo que está pasando en la
biosfera, en lugar de confiar en modelos informáticos”.
Este científico extiende la realidad de
los ciclos climáticos espontáneos al dominio temporal de algunas naciones. Según
sus cálculos, la predominancia de los Estados Unidos terminará en 2070:
“Una serie de países se han turnado en ser la nación más
poderosa.
Primero
España, luego Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos.
Cada
vez duró unos 150 años
(…)
La razón por la que el turno de cada nación más poderosa llega a su fin es que
se sobre-extiende militar, económica y políticamente.
Se
requieren esfuerzos cada vez mayores para mantener la posición número uno y
finalmente la sobre-extensión llega a ser tan extrema que la estructura colapsa”.
Hace casi una década (en 2007), Dyson
suscribió una carta abierta al Secretario General de la ONU –firmada por un numeroso
grupo de científicos—en la que se denunciaba que se estuviese abrazando una
postura oficial equivocada en relación al calentamiento del planeta. El mensaje
clave fue:
Las oscilaciones del clima
no tienen relación con las acciones humanas, y, por tanto, la inversión
destinada a poner remedio a lo irremediable es una terrible pérdida de recursos.
Las conclusiones del IPCC (el famoso
Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas) son,
según ese grupo de científicos, claramente insuficientes. Los informes en los
que se basan las políticas no representan de modo adecuado el consenso entre
los expertos. En contra de lo que puede leerse en esos informes:
1. El cambio climático que observamos
es algo completamente normal.
2. El rango de variaciones de
temperatura en el planeta es el esperable según lo que se sabe por lo sucedido
en los últimos 10.000 años.
3. Los modelos informáticos son
inapropiados para predecir el clima.
Las descomunales inversiones que
ahora se orientan a prevenir lo inevitable deberían dirigirse a proteger
nuestra civilización de los inminentes ataques que nos dirigirá la naturaleza.
Invertir en recortar las emisiones es un sinsentido y aumentará el sufrimiento
humano:
“El enfoque actual de la ONU sobre la lucha contra el cambio
climático distrae a los gobiernos de adaptarse a la amenaza de los inevitables
cambios climáticos naturales
(…)
es necesario ayudar a nuestros ciudadanos más vulnerables a adaptarse a las
condiciones que se avecinan.
Los
intentos para prevenir que se produzca el cambio climático global son inútiles
y son una trágica mala asignación de recursos que se gastarían mejor en los
problemas reales y urgentes de la humanidad”
+ INFO sobre el clima discutida en este
blog:
Estimado Roberto:
ResponderEliminarEl gran Isaac Asimov indicó: "Lo catastrófico no será tanto el cambio en sí como la velocidad del cambio". Puedes leer el texto completo aquí: http://manuelalvarezlopez.blogspot.pe/2016/07/lo-catastrofico-no-sera-tanto-el-cambio.html
Nassim Taleb se centra en el riesgo, ya que sólo tenemos una tierra. Deteriorarla hasta hacer imposible la vida del hombre en ella sería fatal.
Mi opinión es que deberíamos tener un debate basado en la evidencia, y que, como indica Taleb, el riesgo de deteriorar la tierra es gravísimo, aunque la probabilidad sea muy baja.
Considerando lo anterior, hacen más daño quienes exageran y mienten para alertar sobre el supuesto cambio climático que los que lo niegan, o al menos no le dan tanta importancia.
Saludos.
Manuel.
Otrosí: cada día cuidamos más la tierra.
ResponderEliminarGracias Manuel. Interesante Asimov, como siempre, aunque eso de 'cuidar' la Tierra puede llegar a ser arriesgado. Hay demasiadas variables en juego en este sistema complejo en el que vivimos. No comprendemos sus interacciones. Saludos, R
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Roberto. Pasa también con el comportamiento del ser humano. Por eso es bonito intentar descubrirlo.
ResponderEliminarAbrazo.
Manuel.