domingo, 8 de mayo de 2016

Políticos –por Luís Martínez Gálvez

Después de seis meses, los políticos españoles nos vuelven a convocar a las urnas, ya que ellos no han sido capaces de formar gobierno.

No sé qué quieren de nosotros.

Nuestra voluntad se reflejó en la votación de diciembre de 2015. Parece que no lo entendieron y tampoco que están para resolver los problemas de los ciudadanos. Se les pedía que llegaran a un acuerdo para formar gobierno, pero parece que les interesa ocupar sillones en vez de buscar la forma de consensuar un gobierno y resolver los problemas de España.

El espectáculo ha sido lamentable y de un coste económico difícil de cuantificar.

Por mucho que nos muestren cifras económicas positivas, la realidad es que las empresas han notado un parón en las ventas que parecía que remontaban a finales del 2015.

La incertidumbre no es buena para la actividad económica.

Además, estas nuevas elecciones supondrán un gasto estimado de 160 millones de euros.

¿Puede permitírselo España con la situación económica actual y un paro del 20%?

Los políticos de los partidos, incapaces de formar gobierno, deberían dimitir por ética, por no hacer su trabajo y por defraudar a los ciudadanos que les otorgaron su confianza.

Los resultados de unas nuevas elecciones se me escapan, pero barrunto que en seis meses no ha cambiado la opinión de la gente, al menos no tanto como para que haya un vuelco electoral.

¿Entonces?

Juegan con nuestro hartazgo.

Las encuestas dependen del cocinero, pero en algo coinciden todas: un aumento significativo de la abstención.

Eso es precisamente lo que parece gustarles, una democracia no participativa.

Igual que cuando preguntan a sus bases, no consiguen una respuesta por encima del 50 %, pero declaran que la propuesta ha sido aprobada por la inmensa mayoría. Aspiran a que si la gente se queda en casa, la cosa puede cambiar, ya que cuentan con los incondicionales que votan ciegamente derecha o izquierda.

La irresponsabilidad es mayúscula. Si se repiten, más o menos, los resultados –como hoy mismo anuncia el CIS, aunque suba o baje alguno—no habrá la aritmética clara que quieren los políticos.

¿Qué van hacer?
¿Convocarnos de nuevo dentro de otros seis meses?
¿O se sentarán a formar un gobierno?
Pero, entonces, ¿por qué nos han hecho perder siete u ocho meses?


Como diría un famoso entrenador de futbol ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

He buscado respuestas a esta pregunta y propongo las siguientes: egoísmo, soberbia, odio, intereses y menosprecio.

Y he recordado, también, aquella definición de Pio Baroja sobre los españoles:

"La verdad es que en España hay siete clases de españoles...
Sí, como los siete pecados capitales:
los que no saben;
los que no quieren saber;
los que odian el saber;
los que sufren por no saber;
los que aparentan que saben;
los que triunfan sin saber, y
los que viven gracias a que los demás no saben.
Estos últimos se llaman a sí mismos políticos y a veces hasta intelectuales".


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