viernes, 8 de abril de 2016

Modificar conductualmente la conectividad del cerebro

La estructura y el funcionamiento del cerebro sustenta la cognición y la conducta. Pero, como es natural, el camino es de ida y vuelta: nuestras acciones voluntarias también pueden modificar el órgano que flota apaciblemente dentro del cráneo. Al menos en principio y, también, según las evidencias previas de las que se dispone.

El estudio que comentaremos se basa precisamente en esta idea. En concreto, se consideran pacientes con esclerosis múltiple (EM) para mostrar que un programa de entrenamiento cognitivo mejora la conectividad funcional de sus cerebros.

La EM produce efectos heterogéneos sobre las funciones cognitivas según el paciente, pero generalmente se encuentran afectadas la velocidad de procesamiento, la memoria, la capacidad atencional y el control ejecutivo. El efecto funcional es visible en su vida cotidiana. La rehabilitación de esas funciones es, por tanto, crucial.

Una estrategia para promover la recuperación de las funciones dañadas se basa en programas de entrenamiento cognitivo. En este sentido, en Italia se puso en marcha un programa, basado en un videojuego, que los pacientes completaban en sus domicilios, sin necesidad de acudir a ningún centro asistencial para proceder a una estrecha supervisión. Ese videojuego, construido sobre los conocidos problemas del Brain-Training, había sido comercializado por Nintendo.

En el informe que estamos revisando, los científicos se centran en el tálamo porque su mal funcionamiento se asocia a una serie de problemas clínicos en la EM. En concreto, se pretende averiguar si la efectividad clínica demostrada del videojuego, se asocia a una mejora de la conectividad del tálamo.

Se dividió aleatoriamente a 22 pacientes, la mitad de los cuales completaron el programa de entrenamiento durante 8 semanas, en sesiones de 30 minutos 5 días a la semana. Los problemas del videojuego exigían memoria, atención, procesamiento visoespacial y cálculo. La adherencia al programa se fue valorando según los resultados registrados en la consola.

Una vez analizada la conectividad funcional en estado de reposo de los pacientes y de un grupo de individuos sanos, se observó, en primer lugar (en la baseline), que los pacientes presentaban menor conectividad en el cerebelo, las cortezas frontal y occipital, el núcleo caudado y el tálamo.


Los pacientes que completaron el programa de entrenamiento mostraron mejoras en las funciones cognitivas evaluadas en la línea base, comparativamente con los pacientes que sirvieron de control, y que, por tanto, no jugaron.

En cuanto a la comparativa centrada en los datos de neuroimagen, los resultados mostraron que los dos grupos de pacientes mejoran su conectividad occipital y parietal. Pero quienes completaron el videojuego aumentaron también su sincronización bilateral en la corteza cingulada posterior y en la corteza parietal lateral, así como una reducción de su sincronización en el vermix y la corteza dorsolateral prefrontal (DLPFC).

En el seguimiento se observó que el aumento de la conectividad funcional en reposo fue mayor, en el grupo que completó el videojuego, en el cingulado posterior, el precuneo y la corteza parietal lateral, y menor en el cerebelo y la corteza dorsolateral prefrontal.

Además, los cambios en la conectividad funcional del tálamo mostraron una correlación con los cambios en los tests clínicos de función cognitiva: cuanto mayores fueron los cambios de conectividad, más visibles fueron las mejoras en los tests cognitivos.

Los autores subrayan el interés de sus resultados debido a que el incremento, asociado al entrenamiento con el videojuego, de la conectividad funcional del cingulado posterior, el precuneo y la corteza parietal lateral, corresponde a regiones posteriores de la red por defecto (default mode network, DMN) generalmente asociada a la cognición y a la actividad cerebral compleja:

Nuestros resultados sugieren que la rehabilitación cognitiva mejora la comunicación del tálamo con la DMN”.

Es interesante la observación de que el cerebelo también parece responder al entrenamiento cognitivo. Y que responde reduciendo su conectividad funcional. En nuestro equipo hemos observado sugerentes resultados también para el cerebelo, en respuesta a un entrenamiento cognitivo basado en la famosa tarea n-back, con individuos jóvenes y sanos.

Los autores reconocen que sus resultados deben considerarse tentativos, puesto que se trata de un estudio exploratorio, piloto, con un reducido número de pacientes.

Tenemos aquí, por tanto, un caso más de posibles efectos beneficiosos derivados de completar un entrenamiento cognitivo. Incluso de un entrenamiento basado en un videojuego comercializado.

Sin embargo, la creciente corriente de escepticismo sobre esta clase de programas de entrenamiento, puede atentar peligrosamente contra la obtención de recursos para seguir indagando. Quienes disponen de medios para financiar la investigación pueden asustarse ante las llamadas a la cautela de algunos científicos.

No seré yo quien diga que la cautela sea innecesaria. Pero una cosa es ser precavido y exigir pruebas, y otra muy distinta barrer de un plumazo un fértil campo de investigación con considerables aplicaciones prácticas potenciales.


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