viernes, 19 de febrero de 2016

Galileo’s Middle Finger. The Search for Justice in Science

Tuve la oportunidad de ver a Alice Dreger en acción en el último encuentro anual de la International Society for Intelligence Research (ISIR). Ahí me entraron unas ganas enormes de leer el ensayo que hoy comentaremos (dedicado, por cierto, a Johannes Kepler).

La obra gira alrededor de las tormentosas relaciones entre activistas (sociales) y científicos en relación a la identidad humana (Alice se sitúa en medio de los rayos y truenos):

Science and social justice require each other to be healthy, and both are critically important to human freedom

La autora confiesa que el imperativo moral más urgente en la sociedad actual es la búsqueda de evidencia. Y las autoridades que legislan son pésimas en esta tarea. Fue la revolución científica la que hizo posible la llegada de la democracia:

Galileo ultimately made our democracy posible

La identidad sexual es el primer tema que explora Dreger (“human sex is practically fractal”). En su recorrido (Alice in Genderland) informa al lector de que es raro que los activistas acrediten la evidencia cuando se opone a sus objetivos políticos. Contrasta cómo los cirujanos han tratado a los individuos intersexuales (personas nacidas con genitales ambiguos) y la experiencia personal de estos seres humanos:

All of these people were simply asking to be given basic rights that were automatically accorded to all other humans

Un personaje relevante es Michael Bailey, autor de ‘The Man Who Would Be Queen: The Science of Gender-Bending and Transsexualism’ (2003) y para quien la idea de ‘cerebro de mujer encerrado en un cuerpo de hombre’ debía ser eliminada por anticientífica. La identidad de género no sería, para Bailey, categorial sino, imagino, dimensional. Las acusaciones dirigidas hacia él producirían palidez en un piel roja.

Varias son las ‘sucias’ historias que narra Dreger alrededor de la obra de Bailey:

Most people didn’t read the book; they read only the reports of Bailey’s alleged abuse

Ninguna novedad para quienes nos dedicamos al estudio de la inteligencia humana. Las mismas truculentas historias se repiten revistiéndose de distintos mantos, pero la esencia permanece.

Se subraya que la gente desea escuchar historias simples sobre hombres y mujeres, naturaleza y crianza, bueno y malo. Y existen quienes satisfacen ese deseo si eso contribuye a obtener alguna ventaja personal. La red de redes ha destrozado el ‘Cuarto Estado’ y los gobiernos incluyen humanos decepcionantes. Ahora más que nunca, las democracias deben proteger, incluso agresivamente, la investigación científica.

Otro de los temas tratados es el escándalo suscitado por el meta-análisis publicado en 1998 por Rind, Tromovitch & Bauserman en el que se concluía que el efecto del abuso sexual en la infancia era, a la larga, bastante menos devastador de lo que se pensaba. La cosa llegó hasta el congreso de los Estados Unidos, con el beneplácito de la American Psychological Association y su Presidente en aquel entonces (Raymond Fowler):

The APA might have done more to correct the public mischaracterization of the Rind paper
(...) what if, in order to prove how important truth seeking is, we made a point of studying the most dangerous ideas imaginable?
What if we even really studied race and IQ
(…) what if we came together in the ivory towers, barricated the doors, and looked at the skies?

El ciudadano debe aprender a exigir que se le demuestre lo que se dice, en lugar de confiar en la narrativa de algunas seductoras personalidades. Primero debe ir la evidencia y después la justicia social, aunque nos obligue a mirar lo que no desearíamos ver. La libertad para preguntarse, pensar libremente, hablar abiertamente e investigar es absolutamente esencial para nuestro mundo democrático. Olvidar esa consigna destruirá nuestra sociedad y la convertirá en totalitaria.

La historia de la American Anthropological Association (AAA) –orientada por Patrick Tierny—contra Napoleon Chagnon (amigo de Edward O Wilson) es paradigmática de la dominancia de la política sobre la evidencia:

A story of what happens when liberal hearts bleed so much that brains stop getting enough oxygen

En su acoso, basado en los presuntos abusos de Chagnon durante sus estudios de campo con los Yanomamo, la AAA ni se molestó en contactar con el principal interesado para que pudiera defenderse de los cargos:

make it so unbelievable that people have to believe it” (the number-one rule in making shit up)

Dreger recomienda que los científicos acosados sean más ofensivos que defensivos, pero, eso si, cuidando su lenguaje. Además, deberían apoyarse mutuamente cuando se eleven cargos infundados, en lugar de suponer, gratuitamente, que si hay humo debe haber fuego:

They had to stand up, for themselves, but especially for each other and for the facts
(…) they had to call on the Susan Lindees and Alice Dregers as neccesary to see that science was not abused in the service of identity politics (and personal vendettas) run wild

Hay otros casos que la autora revisa brevemente, como el de E. O. Wilson (y su episodio de la socio-biología) o el de la psicóloga Elizabeth Loftus (acosada por demostrar que hay personas que se inventan sus recuerdos, incluyendo los relacionados con supuestos abusos en la infancia).

Desgraciadamente, el verdadero periodismo de investigación languidece. Y aunque Internet ha facilitado organizarse para agitar el árbol, también alimenta las distracciones y un falso sentido del éxito:

The people in power just wait it out, knowing that the attention deficit caused by the Internet overload will mean the mob will move on to the next house tomorrow, sure as the sun comes up in the morning

Los académicos se encuentran seriamente amenazados porque aumenta el número de contratos temporales. Además, se les amenaza con el despido si no capturan fondos más allá de las puertas de la universidad. Su utilidad no se valora por la producción de conocimiento de alta calidad, sino por la cantidad de proyectos capaces de sumar a la maquinaria económica de la universidad. La competición (publicar mucho y pronto en revistas de alto impacto) prima sobre la obtención de un conocimiento fiable.

El activismo social sin una base sólida de conocimiento solo puede conducir a un desperdicio de recursos. Y quienes están preparados para obtener ese conocimiento, es decir, los científicos, se encuentran permanentemente amenazados desde distintos frentes. Pero conviene recordar:

Freedom of thought and freedom of person must be erected together
(…) justice and morality require the empirical pursuit

Hay que empeñarse en que el ciudadano consiga información fiable:

Evidence really is an ethical issue, the most important ethical issue in a modern democracy.
If you want justice, you must work for truth.
And if you want to work for truth, you must do a little more than wish for justice
(…) people don’t really get that good intentions can’t safe you from hell
(…) we need people pushing for truth and for justice if we’re going to get both right

Amen.

Luchen contra la tentadora hiperactividad y fugacidad a las que nos invitan las redes (sociales o antisociales) y dediquen una parte de su tiempo a leer este excelente ensayo de Alice Dreger.

Seguro que les aprovecha.


2 comentarios:

  1. Este libro... lo dejamos en cola de lectura o le damos prioridad!!!!

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  2. Querido Antonio: ya sabemos lo que puede pasar con las colas de lectura. Póntelo en la lista para Semana Santa. Pienso que lo disfrutarás, pero me consideraré inocente si no es el caso ;-)

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