miércoles, 25 de noviembre de 2015

El desvanecimiento (fadeout) de las ganancias de inteligencia

John Protzko, de la Universidad de California en Santa Bárbara, publica un meta-análisis sobre el desvanecimiento de las ganancias de CI en el seguimiento practicado después de dar por terminado un programa de mejora. El Head Start o el Abecedarian son ejemplos famosos de esta clase de programas. Algunos de esos programas parecen conservar un efecto positivo para, por ejemplo, el rendimiento escolar, pero todos admiten que, para el caso del CI, el desvanecimiento es inevitable.

El autor usa una serie de criterios para incluir el estudio en su meta-análisis:

1) Los participantes provienen de la población general y no presentan síntomas clínicos.
2) El diseño es aleatorio a nivel individual.
3) La variable de interés se obtiene de una medida aceptada de CI.
4) La intervención incluye al menos dos medidas después de dar por terminado el programa.
5) La intervención comienza antes de que los niños vayan a la guardería (como en los programas de intervención temprana).

El meta-análisis considera cualquier tipo de intervención (cognitiva, nutricional, etc.), aplicando un modelo de efectos mixtos: el origen de cada estudio corresponde al momento en el que termina la intervención y la variable ‘tiempo’ son los años desde que finaliza el programa. Tanto la pendiente como el origen pueden variar, lo que permite analizar cuáles son los aspectos de la intervención que producen valores más altos en el origen o diferentes grados de desvanecimiento.

La pregunta a responder es:

¿se conservan los beneficios sobre el CI derivados de la intervención temprana?

Finalmente se incluyen 23 estudios que consideran 7584 participantes.

Los resultados permiten concluir que la intervención mejora el CI (d = 0.368, es decir, 5.5 puntos de CI). Pero esa mejora se desvanece, como se muestra en la siguiente figura.


Además, las intervenciones que comienzan más tempranamente no poseen mayores efectos que las que empiezan más tardíamente. Tampoco es relevante el tiempo que dura la intervención.

Ahora bien, ¿se produce el desvanecimiento porque el grupo control alcanza al experimental? ¿o declina el grupo experimental hasta equipararse al desarrollo normal del grupo control?

Como muestra la siguiente figura, lo que sucede es que el grupo experimental pierde lo que ganó. Es decir, existe un desvanecimiento en sentido estricto.


El supuesto efecto de la práctica no puede explicar el fenómeno porque, de ser así, el grupo control, cada vez más familiarizado con los test, mejoraría sus puntuaciones.

A partir de aquí, el autor discute el resultado según distintas posibilidades.

1. ¿Se produce el desvanecimiento porque, en realidad, la ganancia nunca existió, fue irreal?

Se responde negativamente. La figura anterior sería imposible si la ganancia no fuese real. El grupo control debería mejorar. No es el caso.

2. ¿Se debe a que los participantes olvidan el conocimiento adquirido durante la intervención?

La respuesta es también negativa, porque los efectos positivos demostrados sobre el rendimiento escolar no encajarían.

3. ¿Hay desvanecimiento porque los participantes regresan a su hábitat natural, cognitivamente más empobrecido, al terminar la intervención?

Los casos en los que se estudian niños de ambientes NO deprivados, pero que también muestran desvanecimiento, permite responder negativamente:

“While the majority of studies included in this meta-analysis use children that come from poverty, critically, the work on LCPUFA supplementation (Helland et al., 2003, 2008) did not specifically use children from poverty yet still experienced the fadeout effect

4. ¿Se debe a la ‘fuerza gravitatoria’ de la genética? Es decir, se puede mover el nivel intelectual gracias a la intervención, pero, una vez termina, las aguas vuelven a su cauce natural.

Según el autor, eso no es demasiado verosímil porque el desvanecimiento tendría que ser más veloz, debería manifestarse rápidamente. Sin embargo, el desvanecimiento es lento y progresivo. Además, sabemos que las diferencias genéticas cobran mayor protagonismo a edades más avanzadas. Las intervenciones que comienzan antes deberían revelar un desvanecimiento distinto a las que comienzan más tardíamente. Pero ya vimos que no es eso lo que ocurre.

Entonces, ¿cuál es el papel del ambiente al mejorar el CI?

El autor rechaza los modelos de interacción recíproca entre el ambiente y la inteligencia. Usa el ejemplo del efecto positivo de los suplementos nutricionales durante el embarazo. Cuando los niños del grupo experimental tienen cuatro años de edad, presentan un CI mayor que el grupo control (una diferencia de cuatro puntos). Esa intervención aumenta el CI sin influir sobre el ambiente, pero cuando los chavales llegan a los siete años de edad, la ganancia se ha desvanecido. Por tanto, esos niños no crean o buscan ambientes congruentes con su mayor CI, lo que, a su vez, contribuiría a mejorar todavía más su CI. El desvanecimiento de las ganancias contradice ese modelo de interacción recíproca. Por tanto, es el ambiente el que debe influir positivamente en el CI.

Esta última posibilidad se denomina ‘modelo reactivo unidireccional’: el CI reacciona a las demandas del ambiente, desarrollándose cuando las demandas aumentan y encogiéndose cuando esas demandas se reducen. Cuando, por ejemplo, se compara niños de edad muy similar, pero que asisten a cursos escolares distintos, los del curso superior presentan mayor CI.

El desvanecimiento se produce, según el autor, porque los niños regresan a sus ambientes deprivados. No hay ninguna razón para asumir la permanencia de las ganancias de CI una vez finaliza la intervención.

Los modelos correlacionales parecen consistentes con una interacción recíproca, pero los modelos experimentales contradicen esa perspectiva. Por el contrario, estos modelos experimentales apoyarían que el aumento de las demandas en el ambiente logra mejorar el CI. Pero las ganancias se desvanecen porque se reducen las demandas del ambiente al terminar el programa de intervención (adaptación unidireccional).

A mi juicio, este informe es interesante, pero el autor se contradice (o yo me estoy perdiendo algo).

La respuesta a la pregunta (3) expuesta anteriormente es incongruente con el modelo reactivo unidireccional. Según los resultados discutidos por Protzko, se produce desvanecimiento aunque los chavales no provengan de ambientes deprivados. Según ese modelo, las ganancias no tendrían que desvanecerse. Pero se desvanecen.

En tanto no dispongamos de un modelo genéticamente informativo, seguiremos sin una respuesta convincente a por qué se produce el desvanecimiento. El autor no se preocupa por esta opción porque los participantes de los estudios que se analizan son asignados aleatoriamente al grupo experimental y control. Es razonable, naturalmente, pero cuando se compara longitudinalmente hermanos biológicos que difieren por su CI, y que han crecido en el mismo hogar (es decir, que comparten nivel socioeconómico familiar), se observa que el hermano de mayor CI logra mejores resultados sociales que el de menor CI.

¿No apoyan estos resultados longitudinales un modelo causal inverso al favorecido por Protzko?

El huevo correspondiente al CI iría antes de la gallina ambiental.

O tal vez no. Ya se verá. Eso seguro.



3 comentarios:

  1. Muy interesante el artículo, sobre todo porque sigue dejando dudas que obligan a seguir investigando y pensando. Quizá resulte algo pesimista para quienes dedicamos parte de nuestro trabajo a programas que tienen, entre otros objetivos, mejorar la inteligencia de las personas.

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  2. Filosofía para Niños escapa al alcance de este artículo. Por eso es necesario obtener evidencia sobre programas de mejora a muy largo plazo. No hay, salvo lo que tu estás haciendo. Abrazo, R

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