Volvemos de nuevo a ocuparnos en este
blog de este fascinante tópico.
Ya llegamos a una
escalofriante conclusión sobre el particular hacer un par de años, más o
menos.
Ahora se publica un nuevo
estudio hecho con más de 15.000 varones. La meta es producir nomogramas basados en la longitud del
pene, tanto en estado de reposo como en erección.
Por si se lo preguntan, un nomograma
es una representación gráfica de la relación numérica entre dos variables.
En conclusión:
- En estado de reposo la longitud
media (en centímetros) es de 9.2 (SD = 1.6).
- En erección, la media es de 13.1
(SD = 1.7).
Como curiosidad, la circunferencia en
erección es de 11.7 cm (SD = 1.1).
El grupo de investigación, formado
por científicos de ambos sexos, sostiene que esta clase de datos permite
responder a las dudas de quienes sufren al preguntarse por el tamaño de su
pene. Y, siendo concretos, puede ser importante para, en sus propias palabras,
“the assessment
of men complaining of a small penis”.
Ahora la pregunta “¿la tengo pequeña?” puede ser respondida
con datos empíricos.
Javier
Krahe
debería re-escribir su
canción.
Además de la aplicación dirigida a
reducir la ansiedad de algunos varones (small
penis anxiety) los resultados pueden ser útiles para la producción de
condones (y para saber por qué fallan cuando fallan).
Para obtener la gran respuesta, los
autores usan técnicas de meta-análisis. Finalmente se consideran 20
investigaciones según su adecuación para los cálculos necesarios.
Cuando se correlacionó el tamaño del
pene con otros indicadores biométricos (estatura, índice de masa corporal,
peso, digit ratio, volumen de los
testículos, o tamaño del píe) los valores resultaron altamente inconsistentes.
Tampoco hubo relación con la variable edad.
¿Cuándo debería preocuparse
seriamente un varón por el tamaño de su pene?
Según este grupo, cuando ronde los
8.5 centímetros. Ahí se confirmaría que la tiene pequeña.
Seguramente les asalte la pregunta de
si se observaron diferencias entre grupos de varones de distintas etnias. Sin
embargo, los autores dicen carecer de respuestas: “there was only one study of 320 men in Negroids
and two studies of 455 men in Mongoloids”. Observen el poco reparo
que tienen estos médicos en hablar de razas.
El malogrado J. P. Rushton consideraba información de la World Health Organization Global Programme on AIDS Specification and Guidelines for Condom Procurement en su polémica obra 'Race, Evolution, and Behavior. A Life History Perspective' (1997).
Los datos señalaban que con longitudes entre 12.6 y 15.0 había un 51% de orientales, 27% de caucásicos y 15% de negroides. Entre 15.1 y 17.5 había un 17% de orientales, 53% de caucásicos y 59% de negroides. Entre 17.6 y 20.0 había un 2% de orientales, un 15% de caucásicos y un 20% de negroides.
Por tanto, según esos datos, en tamaños bastante dignos (por encima de 15.1) existe una ligera diferencia entre caucásicos y negroides. Los orientales salen peor parados.
El malogrado J. P. Rushton consideraba información de la World Health Organization Global Programme on AIDS Specification and Guidelines for Condom Procurement en su polémica obra 'Race, Evolution, and Behavior. A Life History Perspective' (1997).
Los datos señalaban que con longitudes entre 12.6 y 15.0 había un 51% de orientales, 27% de caucásicos y 15% de negroides. Entre 15.1 y 17.5 había un 17% de orientales, 53% de caucásicos y 59% de negroides. Entre 17.6 y 20.0 había un 2% de orientales, un 15% de caucásicos y un 20% de negroides.
Por tanto, según esos datos, en tamaños bastante dignos (por encima de 15.1) existe una ligera diferencia entre caucásicos y negroides. Los orientales salen peor parados.
Retomando la investigación que estamos comentando ahora, una vez satisfecha la curiosidad sobre grupos étnico-raciales, hay que subrayar que está
limitada porque solamente cuatro de los veinte estudios midieron el pene en
erección (y solo dos de ellos midieron también la circunferencia en erección).
La mayor parte de las medidas se hicieron en reposo.
Los autores recomiendan estandarizar
la medida para futuras evaluaciones. En concreto, esa medida debería hacerse a
nivel del mar en una habitación a 21 grados (Celsius, claro) de temperatura y
sin que el varón haya eyaculado en las 24 horas previas a la medida (a menudo difícil para algunos).
Se preguntan si esas medidas serían
diferentes en condiciones más válidas ecológicamente (“with a sexual partner”). Tengo la
sensación de que es bastante posible que sean algo diferentes.
En el tramo final del artículo se
recuerda (sabiamente) que, por definición, la mitad de la población se sitúa
por debajo de la media. Se ignora cuáles pueden ser las consecuencias de
confirmarle a un varón que, en efecto, la tiene pequeña.
Nunca se sabe dónde pueden llevarnos
los datos.
Lo de la circunferencia será una errata, no? :-)
ResponderEliminarSuena fatal pero eso dice el informe...
ResponderEliminareso no cabe en un vaso de cubata
ResponderEliminarBastante gráfico Óscar. Hablaré con los autores, pero tengo la sensación de que se han hecho un poco de lío con eso de las pulgadas y los centímetros...
ResponderEliminarCreo que la clave es que hablan de circunferencia. A ese valor debe corresponderle aproximadamente un diámetro de 4 cm (2 pi * r), valor ya más creible, :-)
ResponderEliminarEsa debe ser la respuesta M. Angeles. Muchas gracias.
ResponderEliminar
ResponderEliminarNICE!
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