Nick Hornby es un escritor
especializado en narraciones que giran alrededor de la música. Una de sus obras más
emblemáticas es ‘Alta fidelidad’,
publicada en 1995. La historia de Rob Fleming fue llevada al cine por Stephen
Frears, con un resultado bastante digno.
La novela comienza con una memorable
descripción de las rupturas amorosas del protagonista:
“casi de la noche a la mañana, todas aquellas hermanas de uno
o de otro se habían convertido en personas no ya interesantes, sino incluso
perturbadoras
(…) si se me
dan bien las mujeres no es por las virtudes que tengo, sino por las sombras que
no tengo
(…) siempre
me doy cuenta de las cosas con retraso: el pasado se me da muy bien, no el
presente.
El presente
no lo puedo entender”.
En cuanto a la influencia de la
música sobre la vida, Rob posee sólidas opiniones:
“a nadie le preocupa que los niños escuchen miles de
canciones que tratan siempre de corazones destrozados, de rechazos, de abandonos,
de dolor, tristeza, pérdida
(…) he aquí
cómo no conviene planear un buen futuro profesional:
a) rompiendo
con tu novia
b)
suspendiendo un curso
c) yéndote a
trabajar a una tienda de discos
d) quedándote
en las tiendas de discos durante el resto de tu vida”.
Rob, y sus compañeros (Barry y Dick) de
la tienda de discos que regenta (Championship
Vinyl), están obsesionados por las listas, de casi cualquier cosa
relacionada con la cultura: discos, por supuesto, pero también películas y
libros:
“ellos barajan opiniones y yo confecciono listas”.
La narración realmente comienza cuando
Laura, su última novia, le abandona:
“saber que tu sucesor es mejor que tu en la cama es algo
imposible de asumir, y sigo sin saber por qué
(…) la falta
de espontaneidad es el peor enemigo del hombre”.
Decide contactar con sus exnovias
para encontrar una explicación a sus fracasos amorosos. Particularmente
relevante es su encuentro con Charlie. Y su lío con una cantante
norteamericana, de paso por la city.
Rob está constantemente dándole vueltas
a su viaje por el mundo:
“quiero pedirle disculpas a ese pequeño, decirle que lo
siento, que le he decepcionado.
Yo era el que
presuntamente tenía que cuidar de él, pero la he jodido: me equivoqué en los
momentos malos, y ese crío ha terminado por convertirse en mi”.
La historia se precipita cuando
fallece al padre de Laura:
“así como mi padre tiene barba, el padre de Laura tenía
angina de pecho, y punto
(…) si es
preciso que las personas mueran, prefiero que no mueran muy cerca de mi
(…) ¿se puede
ligar con tu ex en el funeral de su padre?
No me lo
había planteado, pero nunca se sabe
(…) esa mujer
que quiere hacer el amor en el sitio al que venía con su padre a dar paseos,
ahora que su padre ha muerto, seguramente es muy peligrosa”.
Rob convive con su alergia al
compromiso y con el miedo a madurar porque en ese proceso vislumbra la presencia
de la muerte. Sin embargo, los sucesos que rodean a la ruptura y el
re-encuentro con Laura producen una metamorfosis:
“si te casas con una persona a la que sabes de sobra que
quieres, a la que tienes bien claro que quieres muchísimo, y si te aclaras de
una puta vez, te quedas libre para un montón de cosas”.
Si quieren pasar un buen rato y les
gusta realmente la música, lean esta novela. Independientemente de cuál sea su edad,
seguramente les traerá buenos recuerdos y conectarán con muchas de las
reflexiones de Rob.
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