viernes, 12 de diciembre de 2014

The Lamb Lies Down On Broadway

Esta obra del grupo musical Génesis, que recientemente ha cumplido 40 años, cuenta una historia, con comienzo, nudo y desenlace, es decir, es un trabajo conceptual. La narración comienza en Nueva York y fue ideada para ser escenificada.


La esencia del relato se origina en un enigmático texto que Peter Gabriel escribió para la contraportada de ‘Genesis Live’. Tras la lectura de ese texto, William Friedkin, el aclamado director de ‘El Exorcista’, contactó con el músico para que colaborase en el guión de su siguiente película. Pero problemas contractuales imposibilitaron cerrar el trato. El fiasco hizo que el músico se centrase en la historia del disco doble que supuso su contribución final a Génesis.

La historia comienza con Rael paseando por Broadway después de salir del metro, donde ha hecho una pintada con su nombre. Un cordero yace en el suelo de una de las calles del barrio neoyorquino (un probable símbolo de los bajos fondos de la ciudad). Al amanecer, una nube que desciende sobre Times Square comienza a absorber todo lo que encuentra en su camino, Rael incluido. No puede evitar ser atrapado, igual que un mosquito no puede evitar se aplastado contra el parabrisas de un coche.

Perdiendo la consciencia, Rael viaja hacia una especie de universo paralelo escuchando ecos de sonidos de Broadway.

El protagonista despierta dentro de un receptáculo desconocido y, resignándose a su destino, vuelve a dormirse. Cuando recupera el estado de vigilia, el receptáculo se ha esfumado y Rael se percata de que está en una cueva en la que las estalactitas y estalagmitas poseen vida. Queda atrapado en una jaula desde la que ve a su hermano John. Le pide ayuda, pero no la recibe. Al poco tiempo la jaula desaparece y Rael se desploma después de dar vueltas sobre sí mismo como una peonza.

Rael llega seguidamente a una fábrica en la que hay muñecos humanos numerados. Conoce a algunos de ellos, entre los que se encuentran integrantes de su pandilla y su hermano John. Se asusta por su destino y procura aliviar su temor recordando su pasado en Nueva York (su panda, su estancia en el reformatorio o su primer amor –fracasado).


Desde la fábrica accede a una estancia llena de alfombras y extraños seres. Algunos de ellos se arrastran por el suelo. Intenta entablar conversación, pero no lo logra. Decide subir por una escalera de caracol llegando a una habitación de 32 puertas. El lugar cuenta con seres que conversan sobre cuál es la puerta que debe abrirse, pero solamente Lillith (una vieja ciega) puede ayudar a Rael. Todas las puertas, salvo una, regresan a la misma habitación. Al atravesar la puerta elegida, la vieja le abandona en la oscuridad. Rael se asusta, una vez más, pero, al cabo de un rato, una fuerte luz al final de la gruta coincide con un desprendimiento de rocas que le aplastan. Piensa que ha muerto. De hecho cree recibir la visita de la misma muerte (el anestesista supernatural).

Cuando recupera la consciencia, se abre camino a través de las rocas desprendidas llegando a un lugar en el que hay un estanque de agua rosa. Se quita la ropa, se mete en las aguas y se encuentra con una lamia (figura mitológica mitad mujer mitad serpiente). La lamia come de su carne, bebe de su sangre y muere. Rael, a su vez, se come a la lamia muerta y abandona el lago.

Caminando llega a una colonia de seres deformes. John es uno de ellos. Los seres le informan de que ellos también pasaron antes por el lago de la lamia, y que, después, se deformaron.

Rael intenta evitar la metamorfosis visitando a un doctor, quien le explica que la única solución es rechazar el placer extirpándose su pene. Acepta y recibe del doctor su órgano reproductor en un tubo de plástico.

Repentinamente aparece un cuervo y le roba el tubo a Rael. Le pide ayuda a su hermano, pero éste se niega porque el cuervo es un pájaro de mal agüero. Rael sale en persecución del ave, pero cuando está a punto de atraparle, el cuervo suelta el tubo que cae a un río.

En ese momento, observa una apertura en el cielo a través de la que podría regresar a Nueva York. Pero su hermano John, que le siguió en persecución del pájaro, ha caído al río. Rael se olvida de la posibilidad de regresar a su ciudad para salvar a su hermano.

Le rescata depositándole en la orilla. En ese momento observa que, en realidad, no es su hermano John, sino él mismo. Su conciencia pasa fluidamente de un cuerpo a otro. Una nube les envuelve y se disuelven en un resplandor final con el que se cierra el disco.


Esta historia, convertida en canciones, es difícil de seguir porque los textos están repletos de metáforas y admiten múltiples interpretaciones.

Esta es la música:




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