Deberíamos congratularnos de que
haya científicos que, generosamente, dediquen tiempo a explicar algunas cosas
con rigor y distensión sirviéndose de la agilidad y libertad que permite internet.
Recientemente leía un artículo del
diario El País preparado por Jaime Prats en el que en el título se resume el
contenido (Mejor
jugar con los nietos que el brain training).
Pero, ¿qué concluye realmente el
estudio en el que se basa el periodista para construir su historia?
Usando las palabras de los autores: “el entrenamiento
cognitivo presenta una eficacia modesta para mejorar el rendimiento en adultos
sanos”. De hecho, el resumen de la investigación señala que el
efecto observado en su meta-análisis equivale a algo más de 3 puntos en la
escala de CI (con media de 100 y desviación estándar de 15).
Recientemente comenté otro
meta-análisis sobre el efecto del entrenamiento usando la famosa tarea de
n-back, donde se alcanzaba una conclusión similar. El efecto también equivalía
a algo más de 3 puntos de CI. Por cierto, en ese comentario intenté explicar
por qué un efecto tan modesto como ese en el caso individual, podía acarrear un
visible resultado en la población. No lo repetiré ahora. Pero si pueden hagan una visita a ese enlace.
El meta-análisis que describe Prats
analiza 52 estudios en los que se consideran casi 5.000 individuos. Como es
habitual, observan una extraordinaria heterogeneidad a través de los estudios.
Algunos encuentran poderosos efectos. Otro no. Algunos llegan por arriba hasta
un inverosímil valor de 22 puntos de CI, mientras que otros encuentran efectos
negativos de 11 puntos de CI.
¿Por qué las oscilaciones entre
estudios son tan grandes?
Esa situación de dispersión ha
llevado a algunos científicos a dudar del carácter casi sagrado que se le
concede en la actualidad a los meta-análisis. Hans J. Eysenck hizo un fino análisis crítico de
este modo de intentar integrar los resultados dispares de la investigación científica. Consideró
este autor que esta técnica de análisis no puede sustituir a la investigación
de calidad cimentada en una sólida base teórica. No solamente propuso que
resultaba inútil, sino incluso contraproducente.
De entre el listado de estudios
considerados en el meta-análisis, es relativamente sencillo encontrar investigación
de mayor y de menor calidad.
Por otro lado, mientras que Prats
hace referencia explícita en su artículo periodístico a que los juegos de brain training no sirven para prevenir
los trastornos degenerativos, observen lo que dicen los autores del
meta-análisis: “nuestras
resultados no pueden generalizarse a los mayores con problemas, particularmente
la población de riesgo que presenta deterioro cognitivo leve, para quienes los
resultados no son concluyentes”.
Además, reconocen que su combinación
de evidencias ignora lo que sucede con las medidas que en concreto se usan en
cada uno de los estudios para valorar los cambios que suceden después del
entrenamiento. Una combinación distinta podría derivar en otras conclusiones, admiten.
Finalmente, dándole argumentos a autores
como Eysenck, se confiesa que en sus análisis “la eficacia cambia según el factor cognitivo
considerado y se encuentra muy determinada por las elecciones que se hacen en
el diseño de cada uno de los estudios (…) aún hay mucho margen para mejorar la
investigación destinada a explorar el efecto de esta clase de intervención no
farmacológica”.
En resumen, planificar una
investigación con esmero y cuidar los detalles parece mejor estrategia que
combinar estudios sustancialmente heterogéneos en los que cambian demasiadas
variables relevantes.
Leyendo a Prats es fácil una visión sincretista
que puede materializarse en preguntas:
¿Por qué los abuelos deben decidir entre jugar con sus nietos o invertir una parte de su tiempo de ocio en jugar al brain training? ¿Por qué no pueden jugar
con sus nietos al brain training?
Y quien ha dicho que jugar con lis nietos sea beneficioso a nivel cognitivo?
ResponderEliminarLa lectura del artículo periodístico de Prats a mi me desazonó bastante; en lugar de presentar los datos de manera sencilla y posibilitar que la gente reflexiones, va paulatinamente tomando partido contra las empresas que desarrollan programas de entrenamiento cognitivo sin ningún argumento sólido.
En mi opinión ese tipo de artículo periodistico no ayuda a divulgar lis resultados científicos sino a crispar a la población. Su contenido denota en muchos momentos que no domina el tema del que habla, pero lo denosta: lamentable.
Y en otro orden de cosas, ¿se ha planteado este Periodista el malestar que que puede haber causado a los mayores que no tienen nietos y habían encontrado una actividad placentera en los juegos de Brain Training?
Gracias por el post, Roberto, yo lo tenía en el tintero, así paso a otro tema,
Saludos
Totalmente de acuerdo MA. Desgraciadamente los medios siempre van a ganar frente a la divulgación hecha por científicos en la red. Al menos por ahora. Aunque dudo de que la situación se mantenga durante demasiado tiempo. No estaría de más que hicieses tu propio análisis de ese artículo. Cuatro ojos ven más que dos. Saludos.
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