En 1990 escribí un ensayo titulado ‘Estudios
sobre los fundamentos de la cognición’ para una minoritaria colección
universitaria. Sus contenidos se basaron en el análisis conceptual que presenté
en mi tesis doctoral. El prólogo fue escrito por Ángel Rivière Gómez. Es una obra compleja en la que se subraya la
relevancia de la acción para comprender la cognición (“las representaciones mentales deben conectarse
a las acciones y a las percepciones de los individuos para cobrar valor
psicológico”) y en la que se expone el problema de las diferencias
individuales en los procesos cognitivos.
Se destacaba allí la relevancia de la
biología, olvidada por los psicólogos cognitivos: “los procesos mentales usan millones de
neuronas para sumar espacio-temporalmente acciones ligeramente desfasadas que
producen una sensación de continuidad en la conciencia” (a la que
ahora denominaríamos memoria operativa o working
memory para ser más modernos).
Uno de los protagonistas de la
historia contada en aquel ensayo fue Allan
Paivio y su teoría del código dual,
es decir, el modelo que propone que en los procesos de pensamiento operan dos
sistemas representacionales con propiedades estructurales y funcionales
diferentes que interactúan:
1.- El sistema verbal: actúa
secuencialmente, procesa información concreta y abstracta, posee carácter
descriptivo y semántico, y no contiene una réplica isomórfica del estímulo
sensorial.
2.- El sistema de imágenes mentales: actúa
en paralelo, procesa información concreta, conserva análogos perceptivos y es
extraordinariamente dinámico.
Recientemente, Paivio (a punto de
cumplir 90 años de edad) ha publicado ‘Intelligence,
dual coding theory, and the brain’. Me atrajo el título porque su
venerable teoría del código dual (Dual
Coding Theory, DCT) se encuentra rodeada por la inteligencia, a la
izquierda, y por el cerebro, a la derecha.
Es un extenso artículo en el que,
además de hacer un erudito viaje por la historia, vincula la DCT con los
modelos sobre la inteligencia humana: “la distinción entre capacidades cognitivas verbales y
no-verbales ha sido una característica distintiva de las teorías psicométricas
de la inteligencia”. Sin embargo, según el autor, “esas teorías
ignoran la conexión funcional entre los sistemas verbal y no-verbal necesaria
para explicar el rendimiento intelectual en tareas basadas en la interacción
del lenguaje y el conocimiento no-verbal”. Su artículo subraya el
olvido del procesamiento referencial entre ambos sistemas.
Los sistemas de la DCT constituyen
entidades estructurales internas, interconectadas referencialmente, para
permitir la vinculación sinérgica de la mente verbal y no-verbal: “el motor esencial
de nuestro intelecto”.
La siguiente figura compara la escala
Wechsler y la DCT. Mientras que el Wechsler mide las diferencias individuales
de inteligencia, la DCT representa las estructuras y procesos generales que
subyacen a la cognición: “los modelos son directamente comparables al vincular la DCT
a las diferencias individuales”.
Paivio se refiere a otro protagonista
del ensayo de 1990 con el que comienza este post,
Stephen Kosslyn, quien “abandonó sus
primeros intentos de modelar computacionalmente las imágenes mentales porque se
convenció de que la metáfora computacional era inadecuada, moviéndose hacia una
aproximación basada en el cerebro”. Las representaciones abstractas
no permiten captar todos los detalles necesarios para, por ejemplo, razonar
ante los
problemas del test de Raven.
La revisión del autor canadiense
finaliza con el cerebro, preguntándose si el procesamiento referencial se
manifiesta en los estudios neuropsicológicos sobre la inteligencia. Recurre al
modelo P-FIT en busca de información, pero descarta su relevancia para la DCT:
“la
interpretación de resultados que hacen Jung & Haier excluye el aspecto
crucial de la DCT” al mantener separados el dominio verbal y
no-verbal. Algo similar les sucede, según Paivio, a otros estudios sobre el
soporte estructural de la inteligencia en el cerebro (por ejemplo, Gläscher et al., 2010, o Colom
et al., 2009).
Sin embargo, la descripción que hace
Paivio de estos estudios me lleva a pensar que hace una interpretación peculiar
de su enfoque y de sus resultados. Me temo que fracasa el comprender que la
interacción que él subraya se produce a través de g. A diferencia de lo que sostiene al comienzo de su artículo (“la memoria domina
al resto de la funciones mentales porque dependen de ella –debemos recordar el
pasado para valorar los objetos y eventos del presente, anticipar futuros
eventos, satisfacer nuestras necesidades, resolver problemas que proceden de
sus conexiones y subrayar el lenguaje”) la facultad mental que
permiten integrar el resto de las funciones, incluyendo la memoria, el
procesamiento verbal y el no-verbal, es la inteligencia. Y la inteligencia es,
esencialmente, g.
Es interesante el estudio de Reichle
et al. (2000) que se comenta en esta revisión, y en el que se compara a
individuos con alta capacidad verbal, por un lado, y con alta capacidad
viso-espacial, por otro. El mismo enfoque empírico que se adopta, dicho sea de
paso, en el trabajo de tesis doctoral del que proviene el ensayo con el que
comenzó este post.
Reichle et al. observaron que “los individuos
verbales activaban en menor medida el área de Broca cuando usaban una
estrategia verbal que cuando usaban una estrategia visual. Y al revés, los
individuos visuales mostraron una menor activación en la corteza parietal
izquierda cuando usaban una estrategia visual”. El mismo patrón
conductual se observó en aquella tesis doctoral para esos dos tipos de
individuos cuando se les pedía razonar, deductiva e inductivamente, sobre
contenidos fácil y difícilmente ‘visualizables’.
En suma, Paivio pretende llamar la
atención sobre la relevancia de explorar las interacciones entre el sistema
verbal y el no-verbal para mejorar nuestra comprensión sobre los mecanismos que
subyacen a la inteligencia humana. Además, subraya la relevancia de servirse de
las tecnologías actuales para explorar el cerebro. Sin embargo, tengo la
sensación de que su reflexión adolece de una falta de comprensión de los
detalles sobre la investigación de la inteligencia.
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