Vivimos en un mundo lleno de incongruencias, de
situaciones que cualquier observador externo plantearía como imposibles. Todos
los años los medios publican cosas tales como “85 personas acumulan más de la mitad de la
riqueza mundial”, o “1400 menores de 5 años mueren al día por falta de agua
potable”.
Son cosas inconcebibles, fuera de todo raciocinio, del
pensamiento lógico, formal. A veces me planteo cómo le explicaré a mi hijo
Adrián este cúmulo de incongruencias cuando llegue el momento, y cómo tendré
que explicarle que parte de la vida, aunque suene raro, consiste en tratar de
incorporar esas incongruencias, de asimilarlas, y de seguir adelante
aprendiendo a vivir con ellas.
Tengo claro que en muchas de estas incertidumbre
aparecen conceptos que pasamos por alto, pero a la vez tan evidentes que parece
mentira que no nos diésemos cuenta antes. Como ya publiqué en un post anterior en este blog, sorprende la visión que tenemos
del mundo, casi siempre afín a lo que vivimos y ajeno en muchos casos a la
realidad. Vimos el tamaño real de África y de otros países en comparación con
lo uno puede tener en mente, en comparación a lo que nos han enseñado.
No hace mucho descubrí algunos gráficos que siguen esa
misma línea, y que no dejaron de
llevarme a la reflexión.
Cerca del Ecuador y en Asia vive “casi todo el mundo”.
Está claro que India y China están repletos de gente.
Visto así quizá deberíamos pensar que lo que ocurra en
este pequeño círculo debe ser algo muy importante porque dentro viven más que fuera.
Sin embargo, si superponemos ese círculo en este mapa está
claro que las lenguas derivadas del Latín (en azul)
no encajan que lo que se habla en este mundo.
Si, ya sabemos que el Chino es el más hablado, pero es
que dentro del circulo hay por lo menos 4 lenguas diferentes derivadas del
latín.
Volvamos ahora a imaginarnos el círculo dentro del siguiente
mapa.
Es posible que los “no data” distorsionen un poco la
realidad del mapa, pero no creo que se desajuste mucho.
Podría seguir así con más mapas, pero seria repetir el
proceso.
Mi mundo, el que le explicaré a mi hijo, siempre estará
fuera del círculo, así lo interpreto, así lo entiendo y así lo vivo, pero creo
que de vez en cuando, para tratar de ver, “entender” y de darle algo de luz a
todo esto, merece la pena darse cuenta
de que dentro del círculo hay otro mundo, mucho más grande que el nuestro.
La rareza, la excepción, los diferentes somos
nosotros, no ellos.
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