Recientemente tuve un constructivo intercambio en las redes
sociales a raíz de la publicación de un post en el
que se sostenía que los vascos no presentan un genotipo sustancialmente
diferente del resto de los habitantes de la península ibérica.
Mientras que mi comentario concluía que debíamos aceptar que
la unidad de diferenciación más apropiada era el individuo en lugar del grupo, Eduardo
Zugasti proponía
que el análisis de los grupos era de relevante a muy relevante.
Una cosa llevó a la otra y comencé a consultar a profesores e
investigadores que se suponía poseían sólidos conocimientos sobre evolución.
Algunos que enseñan evolución en la Universidad me contestaron que, en
realidad, ellos no eran expertos en esa temática. Otros, en cambio, se mojaron.
Resumidamente, mi pregunta era si el origen del homo
sapiens se
atenía a la hipótesis ‘Out of Africa’, es decir, que nuestra
especie proviene de ese continente, y, por tanto, somos todos hermanos, siendo
irrelevante, en la práctica, que tengamos rasgos asiáticos, caucásicos o
subsaharianos. Eduardo insistía en que esa clasificación tenía sentido en la
actualidad y que los datos disponibles eran consistentes con su tesis.
Sin embargo, el mensaje de que ese tipo de clasificaciones
carecen de sentido, y, que, por tanto, las ‘razas humanas’ no existen, se ha
convertido en un mantra. Quizá sea cierto. Quizá no. Por eso me puse a
preguntar con entusiasmo a diestro y siniestro.
Algunas lecturas sugeridas por los científicos consultados
apoyaban la hipótesis ‘Out of Africa’ de modo bastante contundente. Otras, en
cambio, no lo tenían tan claro, haciendo referencia a la idea del
multirregionalismo, es decir, el origen diverso, no necesariamente africano, de
las actuales poblaciones humanas.
La discusión de fondo puede ser más o menos interesante a
nivel científico. El problema es que esta clase de debates se trasladan a los
medios de comunicación, se simplifican y se politizan peligrosamente. La
censura comienza a actuar y los científicos a los que se pregunta se echan a
temblar. Dicen lo que se espera que digan para evitar males mayores, y hoy paz
y después gloria.
Esto es lo que me escribió Manuel Martín-Loeches, Profesor
en la UCM y coordinador del área de neurociencia cognitiva del centro mixto
UCM-ISCIII de evolución y comportamiento humanos: “somos
todos de la misma especie y de la misma raza. No hay diferencias genéticas
suficientes entre poblaciones humanas como para que se pueda hablar de razas. Y
esa raza humana nació en África, sí o sí. Es una cuestión de migraciones: los
grupos van viajando y a veces van de seguido a un sitio, a veces se esperan en
otros sitios”.
Y este es el diagnóstico de otro
experto que opta por el anonimato: “la hipótesis
‘Out of Africa’ es evidentemente una simplificación. Probablemente ha habido
‘muchas’ Out of Africa. El tema central es la mezcla de grupos (especies)
filogenéticamente distintos, en particular hablando de la especie moderna (Homo
sapiens)”. Señala que quienes apoyan la hipótesis de la
multirregionalidad se sirven de la información disponible en Australia “porque los aborígenes son rústicos, pero la verdad es que
ignoramos totalmente la biología, la biogeografía y la variabilidad de estas
poblaciones. Cualquier afirmación es superficial”.
En opinión personal de este
último experto, la hipótesis ‘Out of Africa’ se ha impuesto por el apoyo
incondicional de los medios de comunicación y de determinados lobbies
académicos, pero la evidencia no es concluyente. En cuanto al
multirregionalismo, considera que quien apoya esta hipótesis es “gente anacrónica, con métodos de los años 40 y escasa
perspectiva. No tienen enganche porque son muy superficiales, no utilizan
métodos modernos, sino perspectivas demasiado lineales y a menudo ingenuas”.
Concordarán conmigo en que, ante
esta tesitura, es muy difícil llegar a una conclusión. Aunque, a menudo, la
hipótesis del multirregionalismo se ha vinculado a quienes apoyan la relevancia
de las diferencias raciales, parece que la conexión la han hecho los medios de
comunicación (y los rivales académicos de los defensores de esa hipótesis). Sin
embargo, es la hipótesis ‘Out of Africa’ (según ese experto anónimo) la que da
pie a la posible evolución de una ‘raza superior’.
Por otro lado, quizá convenga
considerar que es discutible que nuestro origen africano o multirregional tenga
algún poder informativo sobre la posible clasificación actual de poblaciones
humanas (o grupos étnicos --o usen ustedes el término que les parezca) a partir
de la información genética actualmente disponible.
No son pocos los científicos que han perdido la confianza en
la integridad y honestidad de sus colegas cuando se atiende a esta clase de
temáticas. La libertad de expresión salta por la ventana rápidamente y las
lenguas se atan con fuerza al paladar, por si acaso.
Los psicólogos diferenciales han explorado las diferencias (y
semejanzas) entre distintas poblaciones y grupos humanos, incluyendo las
diferencias según origen étnico. El resultado invariable ha sido, en palabras
del poco sospechoso Arthur R. Jensen
que “la
diferencia promedio es relativamente pequeña comparada con el rango de
variación dentro de cada población; de hecho, no es mayor que la diferencia
promedio entre hermanos biológicos criados en la misma familia”. Idéntica
conclusión promueven Richard Herrnstein
y Charles Murray en la famosa ‘The Bell Curve’: “la primera cuestión a recordar es que las
diferencias individuales son mucho mayores que las diferencias entre grupos”.
La medicina moderna reconoce la relevancia de las diferencias
entre razas en varias propiedades físicas, en la susceptibilidad a determinadas
enfermedades, o en la respuesta a los fármacos. Los forenses se sirven de
características raciales en sus labores de identificación. Sin embargo, no son
pocos los científicos que pierden esta perspectiva general al moverse hacia las
propiedades conductuales y psicológicas.
La famosa obra de Cavalli-Sforza,
Menozzi y Piazza (The history and
geography of human genes) basada en el estudio de las diferencias entre
poblaciones humanas en las frecuencias alélicas, revela agrupamientos según
distancia genética. Se observó que la mayor distancia se produce entre los
grupos africanos (negroides) y el resto (mogoles, caucásicos, asiáticos del
sur, aborígenes americanos y esquimales, y aborígenes de Australia).
Entrar en discusiones sobre cómo denominar a estos grupos es
improductivo. Parece tener mucho sex
appeal en los mass media y en determinados
lobbies académicos de corte
postmoderno, pero es irrelevante para el trabajo científico.
En resumen,
1) La evidencia de la que dispone actualmente la ciencia no
parece permitir concluir, por ahora, si el origen del humano moderno está
exclusivamente en el continente africano (hipótesis ‘Out Of Africa’).
2) Determinar ese origen no parece relevante para que pueda
hablarse con propiedad de grupos poblaciones distinguibles, aunque altamente
solapados, en la actualidad.
3) El estudio de las frecuencias alélicas permite distinguir
grupos humanos según su distancia genética.
4) Esas diferencias poseen relevancia médica, y, por tanto,
podrían ser también relevantes a nivel psicológico.
5) En la práctica, la distancia que separa a los miembros de
cada grupo es sustancialmente mayor que la distancias que, en promedio, separa
a los grupos.
Por tanto, la insistencia de Zugasti (entre otros) sobre la
relevancia de las diferencias de grupo parece estar justificada. No obstante,
el impacto esperable de esas diferencias de grupo es de mucho menor calibre que
las diferencias individuales dentro de cada grupo (algo que Zugasti debería
admitir). Concuerdo con Herrnstein y Murray cuando sostienen que las personas
deberían ser consideradas como individuos, no como miembros de un determinado
colectivo social. Las características individuales son más importantes que las
identidades de grupo.
Aquí les dejo algunos enlaces por si se desea profundizar.
Human Evolutionary Tree:
Analysis of two competing theories on the origin of Homo
Sapiens:
The Origin of Us (interesantes documentos visuales):
Anthropology’s obsession with African origins:
Re-examining the ‘Out Of Africa’ Theory:
Are there human races?
Modern human origins:
Muy claro y muy bien expuesto. En su día no lo leí, pero, al volver a citarlo, lo he leído con provehco
ResponderEliminarGracias, Félix. Me alegra que te aproveche. Salu2, R
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