Esta entrevista al neurocirujano Andrés Lozano estaba esperando en el disco duro de mi ordenador a
que le prestase la debida atención.
Este médico desarrolla su actividad profesional en Toronto y
se encarga de casos verdaderamente extraños (en plan Greg House, pero en el mundo real).
Lo que, en esencia, hace Lozano es estimular eléctricamente distintas
regiones del cerebro para influir sobre los estados y comportamientos de
individuos con depresión, anorexia, drogadicción o Alzheimer, entre otros.
La técnica corresponde a la famosa Deep Brain Stimulation
(DBS).
Estos pacientes están dispuestos a casi cualquier cosa
después de haber probado toda clase de tratamientos. El equipo de Lozano
explora en qué lugares del cerebro parecen tener su origen los síntomas. La
estimulación eléctrica puede estar orientada a aumentar o a reducir la
actividad de las regiones problemáticas.
En la entrevista menciona un caso en el que se trataba a un
paciente obeso. Al estimular determinadas regiones para ayudarle a controlar su
apetito, se observó un aumento extraordinario en su capacidad de memorización.
De ahí su equipo ha pasado a centrarse en esa zona para actuar sobre los
pacientes con Alzheimer en los que el deterioro de la memoria es sustancial.
El entrevistador (Nuria Ramírez) se anima con una pregunta
inquietante: “si
podemos mejorar la memoria de las personas con Alzheimer, ¿por qué no
intentarlo para mejorar la inteligencia en personas sanas?”
A lo que Lozano responde: “ya me han escrito varias personas
interesándose por ello. Tengo pacientes dispuestos a operarse, a ser conejillos
de indias para mejorar su inteligencia. Sería una neurocirugía cosmética, que
hoy no es ética, pero ya veremos dentro de 30 años”.
Es realmente interesante su explicación sobre el modo de
actuar:
1.- Obtener una imagen del cerebro del paciente haciendo una
resonancia magnética.
2.- Seleccionar la diana.
3.- Operar al paciente despierto, lo que supone perforar su
cerebro para colocar los electrodos en la zona de interés.
4.- Durante la operación se registra la actividad de las
neuronas del paciente para averiguar dónde se está y cuáles son los efectos de
la acción del neurocirujano.
5.- El paciente colabora activamente durante la operación.
Afortunadamente, no siempre es necesario abrirle el cráneo al
paciente. En determinados casos basta con usar ultrasonidos para, por ejemplo,
acabar con las neuronas que están generando la sintomatología.
Es recomendable esta TED Talk de Lozano:
En esa charla podrán apreciar los impresionantes avances que
se están haciendo mediante el uso de la DBS. Lozano muestra sobrecogedores casos
de temblor y distonía, pero también
discute cómo se pueden enfocar los problemas relacionados con el estado de
ánimo (p. e. depresión) o los trastornos cognitivos y de memoria relacionados
con la enfermedad de Alzheimer. Estos pacientes dejan de consumir glucosa en
una serie de regiones relevantes para la cognición (se apagan) y la DBS podría
ayudar a ‘encender’ esas regiones una vez más.
Medio en broma pregunta a la audiencia si estarían interesados
en estimular su fórnix (una estructura cerebral
que conecta el hipocampo con el hipotálamo, así como ambos hemisferios) para
incrementar su inteligencia.
La audiencia ríe en respuesta, pero ¿y si fuera realmente
posible? ¿Seguirían riendo?
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