viernes, 11 de octubre de 2013

La brecha tecnológica de las pequeñas y medianas empresas españolas –por Luís Martínez Gálvez

Vivimos en un país donde se dan circunstancias que denotan la falta de políticas acordes a nuestros comportamientos. Desaprovechamos grandes oportunidades, que tenemos delante de nuestros ojos, porque miramos hacia otro lado y nos centramos en variables que no aportan absolutamente nada.

A nivel popular, en España hablamos de que nos diferenciamos del resto de nuestro entorno por muchas cosas, de ahí la frase de Napoleón que hizo popular Manuel Fraga traducida al inglés “Spain is different!”.

La situación no es diferente en el mundo de la tecnología.

Los datos:

* Más del 42% de la población posee Internet de banda ancha frente a nuestros vecinos de Europa que lo poseen de media en un 39%
* Un 55,2% de usuarios móviles utilizan smartphones frente al 47,6 % de media en Europa

Es una diferencia significativa si tenemos en cuenta la distancia en renta entre nuestro país y las economías de nuestros vecinos del norte. Quizá podría aprovecharse esa ventaja para potenciar nuestra maltrecha economía.

Es un hecho que las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) han revolucionado el funcionamiento de la economía actual. Los modelos de negocio han cambiado completamente. La prensa y la industria musical son dos buenos ejemplos que, además, son fáciles de entender. Se han globalizado las cadenas de suministro, ahora existen centros logísticos desde donde se reparten las mercancías globalmente, se han transformado nuestros puestos de trabajo, y la sanidad y la educación han sufrido cambios profundos.

Se supone que estamos aprovechando esa cercanía de la población a las nuevas tecnologías para sacar fruto de la infraestructura existente y los altos niveles de uso.

Pero no, los datos dicen que se está creando una brecha entre los países del Sur y los del Norte a pesar de todo.

Analicemos las razones por las que el resto de la población no utiliza estas nuevas tecnologías. Me esperaba encontrar motivos económicos, pero no (una vez más). En el 68 % de los casos es por falta de interés. No tengo datos, pero aseguraría que ese grupo está compuesto por las generaciones de los años 60 y 70 del siglo pasado, quienes, casualmente, ocupan los puestos de dirección en las empresas españolas.

El miedo a lo desconocido y la tendencia a situarnos en nuestra zona de confort, pueden ser un freno a la implementación de tecnologías en nuestras empresas y con ello a la falta de competitividad con nuestros vecinos del norte.

Esta falta de interés es ejemplar en las compañías pequeñas y medianas. Se desconoce generalmente el beneficio que pueden aportar las nuevas tecnología en la empresa, se ve como un mal necesario, o como un coste, en lugar de como una inversión. En vez de estructurar un plan a largo plazo, se actúa según la necesidad de cada momento (o de la moda). El panorama es desolador. Las aplicaciones están completamente desintegradas, desactualizadas y carecen del mantenimiento necesario. Es, por tanto, un sistema altamente ineficiente.

Es esa falta de diseño estructurado el que reduce la percepción de la
efectividad de instalar cualquier sistema de gestión, pareciendo más un inconveniente que una solución. Así se reafirma la idea del mal necesario. En resumen, la pescadilla que se muerde la cola.

No estoy diciendo que los empresarios tengan que salir mañana por la mañana corriendo a comprar smartphones, tabletas y ordenadores de última generación, o programas que estén de moda.

Nuestros empresarios tienen que hacer un esfuerzo por acercarse sin prejuicios a estas nuevas tecnologías, interesarse por ellas y aprender a usarlas para ayudarse a preparar un plan estructurado para su empresa.

Naturalmente, tendrán que asesorarse para alcanzar ese objetivo, pero, una vez implementado el plan, los empresarios conseguirán herramientas para aumentar la probabilidad de tomar las decisiones correctas. Serán más competitivos y reducirán la brecha tecnológica actual, algo absolutamente necesario para competir con los países del norte de Europa en igualdad de condiciones.

4 comentarios:

  1. ¿Tienes alguna información de ESTO ?
    ¿Te parece una información seria?

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  2. Estimado Gregorio, tu pregunta nada tiene que ver con esta interesante entrada. Para esa clase de impulsivas incursiones considero más adecuado que tengas a bien usar mi correo institucional en la UAM (roberto.colom@uam.es). Saludos cordiales, Roberto---

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  3. Estoy de acuerdo con el autor del post. Nuestro tejido empresarial, especialmente el mediano y pequeño, necesita ser más competitivo y eso pasa, en buena medida, porque estas empresas aprovechen todas las posibilidades qué las nuevas tecnologías les ofrecen.

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  4. Claro, por supuesto Sergio. Pero lo que creo que el autor 'denuncia' es que no es nada fácil que esos empresarios vayan a dejarse asesorar por personal cualificado porque no lo consideran una inversión, sino un gasto relativamente innecesario. No llegan a visualizar que sea una verdadera oportunidad para expandirse, para crecer, por desgracia. Seguramente los representantes deberían trabajar seriamente en esa dirección. Saludos, R

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