Mi colega Ana Delgado,
de la Universidad de Salamanca, tuvo la amabilidad de enviarme un provocador artículo
sobre Psicopatología (sabe que me seducen los factores generales).
Caspi, A., et al. (2013). The p Factor: One General Psychopathology Factor in the
Structure of Psychiatric Disorders? Clinical Psychological Science published online 14 August 2013. DOI: 10.1177/2167702613497473
Es un estudio interesantísimo, de carácter longitudinal,
sobre la estructura de los trastornos psicopatológicos. La práctica clínica
rutinaria suele distinguir multitud de trastornos. Sin embargo, esta
investigación demuestra que la evidencia empírica permite identificar tres
dimensiones globales y un factor general.
Las tres dimensiones psicopatológicas fundamentales que
revela el seguimiento longitudinal de una muestra de mil individuos durante
veinte años son:
1) Interiorización: vinculada
a la ansiedad y la depresión.
2) Exteriorización: asociada
a la antisocialidad y el abuso de sustancias.
3) Desórdenes del pensamiento:
relacionadas con los síntomas psicóticos.
Por encima de esas tres dimensiones se encuentra un único factor
(p) que resume la propensión general
de los individuos a desarrollar alguna clase de psicopatología. Una mayor
puntuación en p expresa mayores
problemas vitales, peores historias de desarrollo y un funcionamiento cerebral
comprometido durante los primeros años de la vida.
Los individuos con altas puntuaciones en p experimentan problemas para regular y controlar la relación con
los demás (bajo niveles en la dimensión clásica de personalidad denominada ‘cordialidad’), con el ambiente (baja ‘responsabilidad’) y consigo mismos (alto
‘neuroticismo’).
Así que resulta que las dimensiones que vienen usando los
psicólogos diferenciales para describir la personalidad ‘normal’ desde hace
décadas, tienen algo que decir en la comprensión de los trastornos
psicopatológicos. Menuda sorpresa.
Para un científico que se dedica al estudio de la
inteligencia humana (como es mi caso) resulta entrañable que los autores de esta
investigación hagan un paralelismo con el factor general de inteligencia (g) para explicar sus resultados: “se sabe que la
inteligencia general influye en el rendimiento mostrado ante cientos de pruebas
cognitivas, lo que permite agregar ese rendimiento en una serie menor de
capacidades mentales que, a su vez, se agregan en dominios verbales y
no-verbales los que, finalmente, se agregan en una dimensión general: g,
generalmente medida a través del CI. La mayor parte de la variación en las
capacidades más específicas se encuentra adecuadamente explicada por g”.
El factor p sería
similar: los cientos de síntomas psiquiátricos se agregan en unas docenas de
diagnósticos que pueden resumirse en tres dimensiones que, a su vez, se resumen
en una sola dimensión. El factor p
unifica todos los trastornos y posee, como sucede con el factor g, una relevante base biológica.
Hay que subrayar el valor de esta investigación longitudinal:
es el estudio epidemiológico de esta naturaleza más comprensivo hecho hasta
ahora sobre los trastornos psicopatológicos. Nada volverá a ser igual. O nada
debería ser igual a partir de ahora.
Sostienen los autores, con razón, que agrupar los trastornos,
basándose en los datos disponibles, facilitará la investigación y el desarrollo
de tratamientos eficaces. Los clínicos deberían adaptarse cuanto antes a este
hecho: “comprender
la etiología de p exigirá medidas en los dominios genético, neurológico,
cognitivo y ambiental (…) todos los factores de riesgo se asocian primariamente
con p (…) los trastornos presentan una elevada comorbilidad tanto de modo
concurrente como secuencial”.
Mis colegas expertos en estadística deberían pensar en acoger
con entusiasmo esta clase de investigación. A fin de cuentas, este apasionante
estudio demuestra la necesidad de cuantificar, y, por tanto, les convierte en
protagonistas de una historia de la que, con relativa frecuencia, fueron
excluidos sin más contemplaciones por los clínicos.
¿O no fue así?
Kagan :)
ResponderEliminarLa factoria Caspi&Moffitt son impactantes en la psicologia básica de aplicación profesional... el tiempo lo va diciendo...
ResponderEliminarAsí es Antonio, pero no creas que los metodologos abrazan estas cosas de los chicos del Dunedin sin reservas. Parece que han admitido el modelo Big Five y que eso de unir/colapsar dimensiones de personalidad (o, para el caso, psicopatológicas) les suena rarísimo. Quizá encuentren el fallo...
ResponderEliminarSi bien el estudio es metodológicamente muy relevante por ser longitudinal y sobre una muestra de mil sujetos, la conclusión no es novedosa. Ya viene siendo defendida en otros estudios de Rushton y compañía al defender al factor general de personalidad (GFP) y su polo opuesto, el factor "p" que ahora defiende Caspi.
ResponderEliminarCorrecto JC, no es novedoso en el campo de la personalidad, pero la pregunta es ¿posee este tipo de evidencia relevancia para la práctica clínica?
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