Matt Ridley ha escrito recientemente un excelente
artículo titulado ‘¿Por qué el cambio climático es bueno para el
mundo?’ para la revista ‘The
Spectator’. Según este divulgador de la ciencia, el consenso científico es que
una temperatura más cálida es positiva para la Tierra y sus habitantes (aunque
casi ningún ciudadano parece saberlo): “las buenas noticias no son noticia, así que los medios de
comunicación ignoran los estudios que revelan los beneficios del cambio climático”.
Un planeta más cálido, por ejemplo, reduce el número de
muertes durante el invierno y el coste energético, mejora las cosechas, combate
la sequía y aumenta la biodiversidad. Las bajas temperaturas durante el invierno
aumentan la probabilidad de muertes por fallo cardiaco en mucha mayor medida que
los golpes de calor en verano (“el frío, no el calor, es el asesino (…) y quienes se ven más
afectados son los pobres porque no pueden pagar su calefacción”).
Pero quizá el mayor beneficio del aumento de temperatura es
el incremento en dióxido de carbono, el compuesto que necesitan las plantas
para producir carbohidratos: “el incremento en los niveles de CO2 del aire durante el
siglo pasado, de 0.03% a 0.04%, tuvo un impacto en el grado de crecimiento de las
plantas (…) el 31% de las áreas vegetales del planeta se ha hecho más verde
frente al 3% que se ha hecho menos verde”.
¿Pero no hay ahora más desastres (huracanes, tifones,
tornados, tsunamis, etc.) debidos al cambio climático? No, no los hay, y hasta
el IPCC lo admite en la letra pequeña de sus informes.
Sin embargo, los medios de comunicación siguen seleccionando
cuidadosamente las malas noticias, inundando la pantalla de imágenes de
desastres ambientales y generando una alarma que no se corresponde con la
realidad de los hechos.
Eso si, los medios de comunicación suelen contar con la inapreciable
colaboración del IPCC.
Ridley lo ilustra con un ejemplo en el que este panel de
expertos de la ONU omite las simulaciones positivas sobre escenarios futuros en
los que un calentamiento del planeta puede producir una reducción del número de
muertes causadas por la falta de agua. Su informe final solamente incluye las
simulaciones negativas.
¿Por qué es importante que los ciudadanos sepan la verdad?
“Hay una razón obvia: la política del clima ya está haciendo
daño. La puesta en funcionamiento de energías renovables ha tenido un efecto
despreciable sobre las emisiones de CO2. Pero ha aumentado la necesidad de
energía, reduciendo la competitividad de las empresas, incrementando el precio
de los alimentos, acelerando la destrucción de nuestros bosques, asesinando
miles de exóticas aves de presa y dividiendo a las comunidades”.
El aumento del precio de la electricidad mata a los
ciudadanos. El famoso (y polémico) Bjorn
Lomborg ha señalado que la Unión Europea pagará 165 miles de millones de libras
(cada año durante los próximos 90 años) para sufragar los gastos derivados de
la lucha contra el cambio climático (en su intento de reducir el aumento de la
temperatura en 0.005 grados Celsius):
“es como si decidiésemos someternos a radioterapia porque nuestra
salud es estupenda”.
Los ciudadanos debemos saber lo que está pasando, pero para
alcanzar ese objetivo vamos de ala si confiamos en los medios de comunicación
(y sus interesados aliados).
http://blogs.spectator.co.uk/coffeehouse/2013/10/matt-ridley-a-response-to-my-critics-on-global-warming/
P.S. Nos vemos dentro de un mes por aquí. Me aguarda un duro y
excitante trabajo en la ‘University of Southern California’. Mientras tanto, disfruten, si pueden.
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