miércoles, 17 de julio de 2013

Un gimnasio para el cerebro (Brain Fit Club)

La evidencia acumulada hasta ahora dista de ser concluyente. Algunos estudios apoyan la idea de que realmente se puede mejorar nuestras capacidades a través del entrenamiento cognitivo. Otros no.

Álvaro Pascual-Leone, especializado en técnicas de estimulación magnética transcraneal (TMS), está probando el uso del entrenamiento (cognitivo, físico y social) para tratar trastornos como el Alzheimer o para atenuar el efecto negativo de la edad sobre las capacidades.

Los resultados que dice estar encontrando su equipo sugieren que los individuos entrenados retrasan la aparición de los síntomas de deterioro y minimizan sus efectos perjudiciales.

Usan una serie de ejercicios de ‘brain training’, incluyendo videojuegos especialmente diseñados, además de consejos nutricionales, sesiones de música, así como clases de meditación y de yoga, para organizar sus programas de estimulación.


Además, cuando el paciente desarrolla una determinada sesión de entrenamiento cognitivo, el personal del laboratorio estimula su cerebro con un dispositivo TMS para ayudar al proceso mental.

Según expresan los científicos implicados, los programas de estimulación deben ser divertidos para ser realmente útiles. Pasarlo bien, divertirse durante el proceso de entrenamiento, contribuye a liberar en el cerebro sustancias químicas beneficiosas para el aprendizaje.

Pero además de divertido, el entrenamiento debe suponer un reto para el individuo.

En la vida cotidiana, esos retos se materializan en la búsqueda de nuevos modos de hacer cosas similares.


En el Brain Fit Club se recomienda que cada individuo encuentre la dosis apropiada de estimulación. No hay una regla general.

Se combina el ejercicio físico (especialmente la actividad aeróbica) con los juegos mentales y la interacción social, persiguiéndose un enfoque integral de la estimulación. Y se espera que el individuo extienda lo que aprendió en el Club a su propio contexto vital.

Los medicamentos siguen sin ayudar realmente a combatir los trastornos degenerativos del cerebro.

Si esa clase de enfoque integral demuestra un efecto positivo duradero (algo que está por ver) entonces millones de personas verán cómo mejoran sus vidas, como vuelven a disfrutar de eso que estaban perdiendo.

Considero que hay que ser optimista con esta perspectiva, pero no triunfalista. Las pruebas siguen sin ser contundentes y, cómo me suele recordar mi colega Richard Haier, “extraordinary claims require extraordinary evidence” (Carl Sagan).

NOTA: este documental del programa ‘Redes’ puede resultarles interesante:



1 comentario:

  1. Muy productivo muchas veces creemos que el único ejercicio que existe es el físico,pero si deterioramos nuestra mente y no la ejercitamos de una manera disciplinada,los años cobraran eso.

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