Vale, me han pillado, me inventé el término descaradamente,
pero el efecto tiene miga y enseguida verán por qué.
La marca de preservativos TheyFit (y la ambigüedad se hizo palabra) llevó a cabo un estudio
con veinte mil individuos con pene (es decir, varones) del Reino Unido (también
conocida como Gran Bretaña, aunque lo de ‘Gran’ va a menos como veremos).
El resultado observado logró que el maxilar inferior de los
analistas, expertos en medición, se precipitara sobre el teclado (estropeando
la barra espaciadora, qué casualidad):
El tamaño del pene (en estado de erección) se ha
reducido, en promedio, más de 2 centímetros durante la última década.
Concretamente, el tamaño promedio del pene erecto de los
varones se ha reducido, según el estudio, de 15,2 a 12,9 centímetros.
Realmente escalofriante.
¿Por qué se ha producido esta reducción en tan preciado
miembro corporal (‘Paquito’ es una frecuente denominación cariñosa)?
Ni idea, aunque se especula con la influencia de los
pesticidas y fertilizantes sobre el sistema endocrino. Y de ahí, al miembro en
cuestión.
Consulté a algunas féminas que oscilan a mi alrededor sobre
el particular y ellas proponen que la cosa puede deberse a la falta de uso.
Bastante Lamarckiano, pero eso me dicen.
Nótese que el efecto ‘pitilin’ es contrario al efecto
‘Flynn’:
Nuestro pene se reduce a medida que nuestra
inteligencia aumenta.
¿Existirá alguna inquietante conexión?
El Profesor J. P. Rushton
observó que los asiáticos eran (como grupo) más inteligentes que los europeos y
éstos eran más inteligentes que los africanos. Pero con el tamaño del pene
sucedía lo contrario: los africanos lideraban, seguidos de los europeos y los
asiáticos eran quienes la tenían más pequeña.
Cierto es que publicar esos datos le valió más de un disgusto
personal, pero ahí está el dato.
Por mi parte, preveo estudios a gran escala para demostrar
que el efecto ‘Pitilin’ es mundial (incluso universal) con conclusiones
relativas a la cantidad de centímetros que el pene se reduce por década, etc.
Desde luego habrá variaciones culturales, pero los
científicos encontrarán explicaciones para las desviaciones sobre el robusto y consistente
patrón general.
Modelos de simulación de altísima complejidad mostrarán
sorprendentes gráficos que buscarán representar el punto 0, el momento en el
que el pene dejará de existir. Una versión de ‘El increíble hombre menguante’
centrada en una parte bastante específica de ese hombre, a saber, la serpiente
de un solo ojo (o ‘Paquito’).
Dejará de morder y su veneno se convertirá en un líquido
inofensivo.
Los varones no podrán soportar la coyuntura predicha por los
modelos y se suicidarán en masa como los Lemmings.
Las mujeres heredarán la Tierra.
Los problemas de la humanidad pasarán a mejor vida.
P.S. Un amigo de Euskadi me recuerda que no debemos perder la
esperanza, que siempre nos quedará Nacho Vidal…
Podemos llegar a se como una especie de gusanos cuyo nombre concreto no recuerdo. Decía la noticia que en esa especie de gusanos, el macho había quedado reducido a un órgano alojado en el sendo de la hembra cuya única función era fecundar los óvulos de la hembra. El refrán popular algo basto, por cierto, lo tiene claro: el hombre es la parte desechable de un... pene
ResponderEliminarNo deberíamos minimizar la sabiduría del refranero popular. La experiencia acumulada, aunque basada en promedios, posee un cierto poder predictivo.
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