miércoles, 8 de mayo de 2013

Vivir puede matar y mata: un problema evitable


Un comité de expertos europeos se ha reunido recientemente en Berna (no confundir con el bar de Laredo, Cantabria, en el que sirven unas rabas de calamar que quitan el sentido) capital de Suiza (si, lo recuerda usted bien, ese país en el que se blanquean capitales a dos manos).


Han debatido apasionadamente sobre la urgencia de preparar avisos, vitales para la humanidad, en dos espacios físicos de extraordinaria relevancia social.

El primero corresponde a las habitaciones (las alcobas, vaya) de las parejas europeas. Se está pensando, muy seriamente, 'recomendar' la instalación de un dispositivo holográfico con sensores capaces de detectar una actividad inminente de intercambio de fluidos en el lecho. Ante los primeros síntomas de interacción entre los miembros de la pareja, el sistema disparará una señal de alarma que incluirá mensajes verbales sobre la posibilidad de que el resultado sea un embarazo.

Los mensajes urgirán a la pareja a pensar en lo que puede suceder si culminan el proceso que han iniciado impelidos por sus instintos más primarios y repugnantes. La intensidad de los avisos irá en aumento si los miembros persisten en su censurable actitud. Llegado el caso se proyectarán sobre el techo de la alcoba imágenes aceleradas del ciclo que transcurre entre el nacimiento y la muerte. Las imágenes gore de cuerpos en avanzado estado de putrefacción se sincronizarán con textos como los siguientes:

“¿Realmente están ustedes dispuestos a pasar por todo esto?”
“¿Quieren traer a este mundo a alguien condenado a morir?”

Asumiendo que los ciudadanos son, de hecho, unos descerebrados, y, por tanto, aceptando que las imágenes holográficas de las habitaciones tendrán solamente un éxito parcial, los expertos reunidos en el centro de convenciones de Berna han ideado un plan B del que se han mostrado particularmente orgullosos, según informa la agencia EFE.

Aprovechando la tecnología desarrollada por el HBP (financiado por la UE) se propone instalar en los quirófanos de los Hospitales un dispositivo capaz de comunicarse con los bebés que están a punto de entrar en este cruel mundo. De acuerdo, los bebés no hablan, ven mal y oyen peor, pero pueden pensar. El sistema informático se sincronizará con las ondas cerebrales del bebé para avisarle de los peligros que supone salir del útero materno para lanzarse vertiginosamente por el canal vaginal de su mamá y ser atrapado por las garras del médico.

Se usarán todos los medios éticamente aceptables para disuadirle de dar un paso que solo puede conducir al holocausto. Usando una especie de código Morse, fácilmente asimilable por el bebé, se insistirá en el mensaje:

“Vivir puede matar y mata”

Entrevistado por el administrador de este blog, el periodista de la agencia que recoge el resultado del encuentro se mostró entusiasta para con las medidas descritas: “aunque habrá quienes muestren sorpresa, la persistencia adecuada, calculada detalladamente, logrará convencer al mayor de los escépticos”.

Hay que conseguir que los ciudadanos tengan reparos ante la sola idea de procrear. Deben vivir obsesionados con las grandes preguntas:

¿por qué debería traer a este mundo a alguien condenado a morir?
¿no constituye ese acto convertirse en cómplice de asesinato?
¿no resulta éticamente deseable evitar el sufrimiento ajeno?
¿qué mejor modo de evitar ese dolor que lograr que la gente deje de nacer?

Ese sería, desde luego, nuestro gran triunfo ante la muerte.

Habríamos alcanzado la inmortalidad definitivamente.

¿No es un logro del que sentirse orgulloso?

Los expertos celebraron el éxito de la convención yéndose de cenita con un selecto grupo de banqueros de nombre impronunciable.

4 comentarios:

  1. De algún modo, eso lo intentaron ya los shakers, una bella corriente religiosa que oraba mediante el baile y se abstenía del sexo. De ese modo, la secta duró poco: no hubo reproducción familiar y las conversiones no suplían la falta de hijos. Tú mismo puedes hacer la analogía con esa propuesta: acabaremos con la muerte, claro, porque acabaremos con la vida. Sin seres humanos vivos, no habrá seres humanos muertos. En España hemos probado a importar niños, pero no funciona del todo.
    Para algunos autores, esa profunda vinculación entre el acto sexual, que da vida, y la muerte, es lo que le confiere a la relaciones sexuales la potencia emocional que tienen.
    Para terminar, comparto con vosotros una bella canción de los shakers: It's a gift to be simple": http://www.youtube.com/watch?v=amcGIfMu0bw&feature=share&list=PL06017D5827252220

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  2. Ignoraba la existencia de esa secta, pero veo que son claramente unos 'visionarios'.

    El eros/tanatos es un clásico, pero no por eso deja de resultar interesante.

    En cualquier caso, el post pretende denunciar algo un poco diferente e invitar a pensar en qué jardín nos estamos dejando meter (no precisamente el del Edén).

    Saludos, R

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Me pregunto a veces, supongo que como tú, hasta dónde vamos a llegar en algo tan contra natura como el rechazo de la natalidad. Es curioso como se defiende con viruelencia a veces la naturaleza y lo natural en el ámbito de la ecología, y luego se rechaza y reniega de la naturaleza humana. Curioso.

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