'Freedom'
es una novela de casi 700 páginas escrita por este autor de origen sueco y nacido
en Illinois en 1959.
'Libertad'
es una obra maestra de la narrativa norteamericana, según el New York Times.
Su lectura es una delicia y parte del mérito
se le debe atribuir a Isabel Ferrer,
la traductora al español (quien ha obtenido algún premio en reconocimiento a su
exquisito trabajo, generalmente ignorado por nosotros los lectores).
Franzen es
simplemente genial. Sus incesantes ideas narrativas son magníficas.
La novela gira alrededor de tres personajes: Patty, Walter y Richard. Los segundos compañeros de Universidad y la
primera ex-jugadora de baloncesto. Patty contrae matrimonio con el cerebral Walter,
pero se siente atraída por el visceral Richard, músico bohemio, conquistador y algo misógino
("me
encanta que ahora una canción cueste exactamente lo mismo que un paquete de
chicle y dure exactamente el mismo tiempo hasta que pierde su sabor y tienes que
gastarte otro pavo", Richard Katz).
Walter y Patty forman una familia peculiar
("si los
judíos no se hubieran ido a Oriente Próximo, y si no tuviéramos que seguir
apoyándolos, tal vez los países árabes no serían tan hostiles con nosotros",
Joey, retoño díscolo de Walter y Patty). Richard entra y sale de su mundo de un
modo casi aleatorio, siguiendo el ritmo de su disoluta vida.
Lo que le sucede a Patty es clave para la
narración de Franzen, y por eso, a veces, el texto adopta la forma de chocante autobiografía
("la
autobiógrafa tiene ahora cincuenta y dos años y los aparenta. Todos los años,
hacia las fechas de la declaración de la renta, tiene la impresión de que el
año que acaba de pasar ha sido más breve que el anterior. Los años empiezan a
parecerse mucho entre sí"). Walter se entrega a su amor por
Patty, pero, finalmente (muy finalmente) acepta que ella no es para él ("las personas buenas
no se enamoran forzosamente de personas buenas").
En la persecución de su obsesión por los devastadores
efectos que la super-población tendrá sobre el planeta Tierra ("solo queremos que
la gente se avergüence más de tener hijos. Como se avergüenza de fumar. Como se
avergüenza de la obesidad") conoce a su alter ego, una atractiva hindú de ideas particularmente claras.
Durante una buena parte de la historia, Walter se niega a aceptar que se ha
enamorado de ella porque se considera incapaz de traicionar a su distante mujer.
Para cuando Walter se decide a confesarle su
amor a Lalitha, ocurre una desgracia que Franzen explota sin ninguna piedad
para con el lector.
Una curiosidad (y probablemente una campaña
de marketing planificada con esmero) es que esta novela se publicó
originalmente en 2010 sin considerar las más de 200 correcciones hechas por el
autor. Se vendieron miles de ejemplares antes de que se pusiera en circulación
la versión corregida y aprobada por Franzen.
Acabo esta breve reseña con los consejos de
Franzen para los futuros escritores porque me parecen particularmente sugerentes:
1. El lector es un amigo, no un adversario o
un espectador.
2. Escribir ficción sin que eso suponga una
aventura personal del autor solo vale para ganar dinero.
3. No se debería usar jamás la palabra
'entonces' como una conjunción. Para eso disponemos de la palabra 'y'. Usar
'entonces' es la solución del escritor vago para corregir demasiadas 'y' en la
misma página.
4. Hay que usar siempre la tercera persona, a
menos que sea irresistible la tentación de escuchar la voz de una personaje
característico.
5. Investigar demasiado para escribir una
novela es algo que se devalúa cuando la información es gratuita y accesible con
facilidad.
6. La más exquisita ficción autobiográfica
requiere pura invención. Nadie escribió nada tan autobiográfico como 'La
metamorfosis'.
7. Verás más sentado que moviéndote.
8. Dudo que alguien con conexión a Internet
en su lugar de trabajo escriba buena ficción. Cuando escribo, desconecto mi señal
de Internet.
9. Los verbos interesantes casi nunca son realmente
interesantes.
10. Debes amar antes de ser implacable.
Has leído "las correcciones"? También tuvo excelentes críticas.
ResponderEliminarNo, pero seguro que tienes razón. Me encanta cómo escribe este tío. Saludos, R
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