En China no se andan con chiquitas y quienes no son chinos (pero sí son
'vacas sagradas' de la genética) se apuntan al carro sin pensárselo dos veces.
Zhao Bowen es un científico chino (el joven de la foto) decidido a encontrar las
claves genéticas de los individuos extremadamente inteligentes sirviéndose,
entre otros, de los datos norteamericanos de Robert Plomin.
Es uno de los proyectos de investigación del laboratorio de genómica
cognitiva del BGI, una compañía
privada de Hong Kong subvencionada
por el estado chino:
http://www.genomics.cn/en/index
En ese laboratorio se
están usando 100 potentes máquinas de secuenciación genética para desvelar los
secretos de más de dos mil muestras de ADN (o sea, más de tres billones de
pares de bases) de individuos con un CI (Cociente Intelectual) de al menos 160
(recuérdese que la media de la población se sitúa en 100).
Zhao desea publicar
los primeros resultados cuando muchos de nosotros nos vayamos a la playa este
verano.
Observen lo que dice
este científico: "la gente cree que éste es un tema polémico, especialmente en
el Oeste, pero no es ese el caso en China, donde los estudios sobre el CI se
ven como un reto científico que debe financiarse".
Además de los casos facilitados por Plomin, el proyecto explora el ADN de
personas campeonas en las famosas olimpiadas de matemáticas y ciencias. Pero
también pueden enrolarse voluntarios a través de la web del centro, siempre que cumplan el estricto requisito de poseer
un extraordinario CI. Hasta ahora se han apuntado 500 personas por esa vía del
voluntariado.
Aunque la tecnología
que se aplica es magnífica, la empresa es compleja.
En el caso de la caza
de los genes de la estatura se precisaron más de 10 mil voluntarios para llegar
a la meta. Y el resultado supuso aceptar
que alrededor de mil variaciones genéticas eran responsables, y eso en parte,
de las diferencias de estatura.
Para la inteligencia
se compararan los genomas de más de dos mil individuos extremadamente
brillantes (según sus CI) con varios miles de personas de la población general.
No habrá que esperar
mucho para saber dónde puede llegar el proyecto de Zhao.
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