Este autor está preparando un libro titulado
'¿Qué
hacer con España?' y presentó en Septiembre un extenso avance en el
diario El País.
En esencia, lo que Molinas propone es
modificar el sistema electoral del país para que la situación pueda desatascarse.
Solamente ese cambio podrá terminar con la élite conformada por la clase
política aislada, de hecho, de la población a la que supuestamente representa:
"los políticos
españoles son los principales responsables de la burbuja inmobiliaria, del
colapso de las cajas de ahorro, de la burbuja de las energías renovables y de
la burbuja de las infraestructuras innecesarias".
El cambio de sistema
electoral que propone Molinas se basa en un sistema
electoral mayoritario en el que los elegidos serían responsables antes
sus votantes en lugar de tener que rendir cuentas a los dirigentes de sus
respectivos partidos.
El sistema electoral
instaurado durante la transición del franquismo a la democracia (un sistema proporcional
corregido, con listas electorales cerradas y bloqueadas) y la descentralización
del Estado mediante el sistema de autonomías, son los factores que han envenenado
el sistema. El advenimiento de una clase política profesional resultó
inevitable. El servilismo dirigido a la auto-perpetuación también.
Esos políticos se han
especializado en capturar las rentas creadas por los ciudadanos, y les importa
un rábano generar condiciones para crear riqueza. La clase política va a lo
suyo: atizar un sistema de captura de rentas para detraerlas de la mayoría de
la población en beneficio propio, y, por supuesto, sin crear nueva riqueza.
La crisis proviene, en
esencia, de ese mecanismo propio de vampiros. Los
políticos españoles desprecian la educación, odian la innovación, la ciencia y
la investigación, y abominan de los emprendedores. Las rígidas regulaciones
disuaden a quien desea hacer algo para crear riqueza, a quien tiene una idea, a
quien busca la novedad, a quien desea cambiar las cosas.
Los políticos
ocultan las reformas que deben hacerse recurriendo a recortes y subidas de impuestos. Según Molinas, ganan tiempo para ver si escampa y se evitan los cambios
que necesariamente deberían hacerse para mejorar la actual situación. Piensa
que nuestra casta política está dispuesta a abandonar el euro con tal de evitar
esos cambios que atentarían contra su poder para capturar las rentas de los
ciudadanos. Preparan a sus representados produciéndoles dolor a través de esos
recortes y predisponiéndoles al regreso a la peseta. La soberanía nacional (es
decir, su mecanismo de captura de rentas) está en juego.
La única salida
a esta estrategia suicida es reducir el poder de las cúpulas políticas. En un sistema mayoritario los ciudadanos atesoran poder de decisión sobre
los elegidos y sobre sus partidos. Pero en el supuesto caso de que este cambio
pueda lograrse, lo más probable es que llegue demasiado tarde. Habremos vuelto
a las cavernas. Los representados tendremos que vestirnos con pieles de oveja
mientras que los lobos deglutirán compulsivamente daiquiris, a nuestra salud,
en una paradisiaca playa.
http://politica.elpais.com/politica/2012/09/08/actualidad/1347129185_745267.html
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