miércoles, 10 de octubre de 2012

deCODEme


Recientemente Antonio Villarreal entrevistó a Kári Stéfansson, responsable de 'deCODE Genetics', una empresa islandesa que ha estado muy ocupada construyendo una base de datos que incluyese información genética de la población.


Desde 1996 'deCODE Genetics' ha hecho y publicado una serie de relevantes estudios sobre el papel de los genes en trastornos como el Alzheimer. Según Stéfansson, los datos de los que dispone su empresa son esenciales para avanzar, tanto en investigación como en el desarrollo de aplicaciones clínicas.

En sus comienzos, esta empresa fue vista con enorme suspicacia debido a su carácter privado. Pero, con el tiempo, empresas similares de otros países como Inglaterra se han unido al esfuerzo de acumular datos genéticos poblacionales.

'deCODE Genetics' ofrece actualmente un test genético personalizado (deCODEme) cuyo coste está por debajo de los mil euros.


En teoría, los resultados del test pueden revelar las probabilidades de llegar a padecer determinadas enfermedades en un futuro. Por ahora, el test deCODEme posee una orientación puramente clínica, está destinado única y exclusivamente al paciente. Al menos eso dice Stéfansson.

Villarreal aprovecha para preguntarle sobre el llamado ADN basura, es decir, sobre el supuesto descubrimiento reciente de que el 80% del genoma sirve para algo, de que es, en contra de lo que se pensaba, funcional.

Stéfansson se despacha a gusto comentando que le parece una tontería puesto que los biólogos evolucionistas siempre tuvieron claro que todo el genoma debe ser funcional. En caso contrario el proceso evolucionista habría desechado el ADN basura a distinto ritmo en los diferentes miembros de la especie, por lo que cada genoma tendría un determinado tamaño diferencial.


El caso de 'deCODEme' es un ejemplo bastante adecuado de cómo la medicina se transforma, cada vez con mayor entusiasmo, en una disciplina personalizada. A cada mes que pasa cobra mayor fuerza la declaración de que no hay enfermedades, sino enfermos. Con cada paso adelante tecnológico nos aproximamos más a un cambio de mentalidad y de praxis.

Mucho es lo que tenemos en común los miembros de la especie humana, pero, en la práctica, nuestras diferencias poseen un extraordinario interés en la salud y en la enfermedad. Capturar indicadores personalizados de vulnerabilidad es crucial, especialmente para contribuir a la prevención. Por eso se me escapa lo de que 'deCODEme' es para pacientes.

No hace falta ser muy sagaz para percatarse de que 'deCODE Genetics' quiere hacer negocio. Y es su obligación como empresa privada. El segmento de la población dispuesta a pagar mil euros para conocer su perfil de fortalezas y debilidades genéticas no es en absoluto despreciable. Pero, quizá, podríamos preguntarnos: ¿realmente queremos saberlo?

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