Van dándose pasos, aunque sean pequeños. Abunda la
investigación, y, a veces, se encuentra algo que engorda el hilo de la
esperanza.
Científicos de la Case Western
Reserve University han descubierto que el bexaroteno, un fármaco para el tratamiento del cáncer, revierte las
deficiencias cognitivas producidas por el Alzheimer. Eso sí, en nuestros primos
los ratones.
El bexaroteno estimula los receptores
retinoides X que controlan la producción de ApoE. Los niveles de beta-amiloide
bajaron un 25% seis horas después de administrar el fármaco. Más de la mitad de
esas placas se 'limpiaban' 72 horas después.
Por otro lado, investigadores del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa han observado que las
sinapsis pueden ganar plasticidad mediante un péptido derivado de una proteína
neuronal implicada en la comunicación entre neuronas.
El péptido en cuestión (FGL)
promueve la inserción de nuevos receptores de neurotransmisores en las sinapsis
del hipocampo. Una vez más, cuando se
administra el FGL a ratas (adultas) mejoran sus capacidades cognitivas.
Xabier Elcoroaristizabal, de la
Universidad del País Vasco, estudia el APOEe4. Un 40% de los pacientes portan el
APOEe4, pero ¿y el resto? Este científico explora otros genes que pudieran
interactuar con el APOEe4: "genes que, de alguna manera, están vinculados con las vías
de neurotransmisión, el estrés oxidativo o la efectividad de los estrógenos
parecen estar relacionados con un mayor riesgo para los portadores de APOEe4".
Actuar cuando se aprecia
MCI (DCL, o deterioro cognitivo leve) especialmente cuando es de tipo amnésico, resulta crucial para comenzar a actuar. Mejor
prevenir que curar.
Puesto que el Alzheimer es, en esencia, un trastorno producido
por la muerte celular, aprender a cultivar neuronas
puede ser particularmente importante. Es uno de los objetivos de la biomedicina, sustituir tejidos dañados por sanos en, por ejemplo,
el cerebro.
José María Pitarke, director de Nanogune, y Gurutz Linazasoro, presidente de Inbiomed, han firmado un convenio para usar células madre, obtener
neuronas e implantarlas en enfermos de Alzheimer. Usarán nanomateriales para acelerar
ese cultivo.
Son conscientes de
que "las
neuronas son las células más difíciles. Solo se han mantenido en un laboratorio
con vida dos o tres semanas, por lo que hay que garantizar que las neuronas trasplantadas
no pierdan su funcionalidad".
Resta hablar, en
este variado post, de, por supuesto,
la inmortalidad.
En la Universidad de Nottingham han «estudiado dos tipos de gusanos, los que se
reproducen sexualmente y asexualmente. Ambos parecen regenerarse
indefinidamente por el crecimiento de nuevos músculos, piel, vísceras e incluso
el cerebro entero».
Esta historia está vinculada a los famosos telómeros, que van perdiendo eficacia (acortándose)
en su tarea de proteger la fiabilidad del proceso de división celular. El
gusano inmortal lograr mantener la longitud de esos telómeros. La enzima telomerasa
parece contribuir a preservar esa longitud.
El mecanismo es más poderoso en los gusanos asexuados, así
que pasarlo bien aleja de la inmortalidad...
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