jueves, 12 de enero de 2012

♂ ≈ ♀

Esta semana algunos medios andan revueltos con el siguiente artículo:

Giudice, M, Booth, T., & Irwing, P. (2012). The distance between Mars and Venus: Measuring global sex differences in personality. PLoS ONE, Vol. 7, Issue 1.

Nos están persiguiendo a los científicos para que confirmemos si los chicos y las chicas somos realmente tan distintos que deberíamos residir en diferentes planetas.

El artículo es, por lo menos, extraño.

Se asume que puede hablarse de una personalidad en sentido general y se hacen cálculos particularmente genuinos que les conducen a la conclusión de que únicamente existe un 10% de solapamiento entre las personalidades, así en general, de mujeres y varones.

En su euforia caen en una contradicción que, a mi juicio, invalida el trabajo.

La secuencia es la siguiente:

1.- Primero denuncian que promediar distintas facetas de la personalidad oculta información relevante.
2.- Segundo, sostienen, en consecuencia, que es preciso distinguir al menos 10 ó 20 rasgos de la personalidad para poder alcanzar alguna conclusión mínimamente informativa --ellos estudian 15.
3.- Finalmente, agregan (promedian) esos rasgos en una única estimación global del grado de separación de la personalidad de ellos y de ellas.

Pero cuando se revisa sus tablas de resultados se aprecia lo que ya sabíamos: existe una ligera ventaja de las chicas en determinados rasgos (p.e. calidez emocional y aprensión) y de los chicos en otros (p. e. estabilidad emocional y dominancia). Pero la única diferencia realmente poderosa se observa en el rasgo 'sensibilidad' a favor de ellas.

Declaran los autores: "estos efectos resumen las diferencias de sexo clásicas que distinguen instrumentalidad (ellos) de expresividad (ellas)".

Para llegar a esa conclusión se estudia una muestra norteamericana de más de 10.000 individuos que habían completado un test de personalidad.

Pero en 2004 la Profesora María Jayme Zaro, de la UB, y quien esto escribe, revisamos el material disponible a nivel mundial, teniendo en cuenta distintos instrumentos de evaluación y decenas de miles de varones y mujeres, llegando a la siguiente conclusión:

"Los hombres son más asertivos.
La persona asertiva es dominante, animosa y socialmente destacada.
La persona poco asertiva prefiere permanecer en un segundo plano y dejar hacer a los demás.
Esta diferencia de sexo favorable a los hombres sugiere una mayor instrumentalidad en ellos que en ellas.

Las mujeres son más ansiosas, vulnerables, gregarias, modestas, francas, altruistas y cordiales que los hombres.
La persona ansiosa es aprensiva, temerosa, nerviosa, tensa y voluble.
La persona vulnerable se caracteriza por dificultades para luchar contra las situaciones de estrés.
La persona gregaria gusta de la compañía de los demás.
La persona modesta es humilde y procura pasar desapercibida.
La persona franca es sincera e ingenua.
La persona altruista se preocupa del bienestar de los demás.
La persona cordial es afectuosa y amistosa.

Estas facetas de la personalidad parecen sugerir que las mujeres están más orientadas a los demás y a las relaciones sociales cálidas que los hombres.
La etiqueta general que puede describir esta situación es expresividad ".

Realmente no hay nada novedoso en el artículo comentado.

Quiero añadir algo más para que el mensaje resulte nítido.

Con una diferencia promedio como la observada en la mayor parte de los rasgos de personalidad considerados, el resultado práctico, en la vida real, será más bien magro.

¿Por qué?

Pues porque las diferencias entre ellos son mucho mayores que la diferencia que en promedio les separa a ellos de ellas.



Si elegimos al azar dos varones de la población y les comparamos por su nivel de estabilidad emocional, su diferencia será más o menos 3 veces mayor que la diferencia que en promedio separa a los varones de las mujeres en ese rasgo de la personalidad.

Ni ellos viven en Marte ni ellas son de Venus, sino que ambos habitan en un planeta llamado Tierra. 

4 comentarios:

  1. Ademas de que vivimos en la tierra, ellas y nosotros, ambos somos el resultado evolutivo de un grupo de primates en los que ha primado más la variabilidad intra-grupo, que la inter-grupal. En cierto modo muchos datos nos dicen que la variabilidad psicológica entre los hombres es más elevada que entre las mujeres. Pero al final, como dices, son más diferentes entre sí dos hombres (o mujeres) cualesquiera elegidos al azar, que las diferencias entre dos "promedios" ideales de "hombre" y "mujer". Así que, como en tantas otras áreas de la Psicologáa, hay poco nuevo bajo el sol de la investigación, pero está bien que se vuelva hablar del tema.
    Saludos

    Antonio

    ResponderEliminar
  2. Agradecido quedo por las aclaraciones y por recordarme el estudio anterior en el que tú habías participado con la profesora de Barcelona. Había recogido la noticia, había accedido al artículo en inglés, pero desgraciadamente carezco de los conocimientos estadísticos suficientes como para hacer el análisis que haces. De todos modos, resumía la noticia en mi archivo de notas con una conclusión parecida: tampoco dice nada novedoso.

    ResponderEliminar
  3. Por cierto, no has puesto título a esta entrada.

    ResponderEliminar
  4. Antonio: gracias por el comentario. Cabe una ligera posibilidad de que Paul tenga algo nuevo que decir, pero debe explicarse mejor.
    Félix: gracias también por tu comentario. Y no seas tan modesto. La entrada tiene un título simbólico.

    ResponderEliminar