sábado, 15 de enero de 2011

Sherlock Holmes

Los policías, detectives, investigadores privados y demás ralea, vienen triunfando en el mundo literario y cinematográfico desde hace tiempo.

Hercules Poirot, Jules Maigret, Pepe Carvalho, Philip Marlowe, Anastasiya Kamenskaya, Kurt Wallander, o, por supuesto, Sherlock Holmes.

Algo leímos de Poirot, Kamenskaya o Wallander, y, recientemente, 'Las aventuras de Skerlock Holmes', una colección de relatos cortos publicados periódicamente en 'The Strand Magazine'. Sir Arthur Conan Doyle eligió doce de esas historias, o aventuras, para un volumen publicado como libro.

La docena de aventuras es aburrida y, además, las historias son ridículamente rebuscadas, llegando casi al punto de la nausea cuando Holmes cobra demasiado protagonismo desplegando su inigualable habilidad para la observación y el razonamiento.

Personalmente me parece de los detectives más desagradables, tanto por su estirada prepotencia como por su sádica tendencia a humillar a Watson por carecer de la más elemental perspicacia.

El propio Doyle es consciente de este diagnóstico. En 'la aventura de las cinco semillas de naranja' hay un revelador fragmento de diálogo entre Holmes y Watson:

-. Holmes: "usted, si mal no recuerdo, concretó, en los primeros días de nuestra amistad, los límites precisos de esos conocimientos míos".

-. Watson: "hice un documento curioso. En filosofía, astronomía y política le puse a usted cero. En botánica, irregular; en geología, profundo en lo que toca a manchas de barro cogidas en una zona de cincuenta millas alrededor de Londres; en química, excéntrico; en anatomía, asistemático; en literatura, sensacionalista, y en historia de crímenes, único; y, además, violinista, boxeador, esgrimista, abogado y con tendencia a envenenarse por medio de la cocaína y del tabaco".

Holmes tiene algunos defectos. ¿Se imagina alguien al detective de Baker Street sin su pipa bien cargada fumando y sentado en el orejero orientado hacia la chimenea de su salón?

Entre tantas digresiones sesudas se desliza, a veces, esa imperfección: "pero fumemos, por amor de Dios, tranquilamente una pipa".

Imagino que, ahora, en este fascinante siglo XXI, habrá que usar la tecnología digital para sustituir su pipa por un chupa chups.

2 comentarios:

  1. Cómo puntuarías al Sherlock de la BBC (http://www.filmaffinity.com/es/film560395.html) en comparación a Greg House?

    Me interesa en relación a lo que comentas de lo "desagrable" y "humillador" que podría ser.


    un saludo

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  2. Greg es un aficionado, pero también único. Ser desagradable es para quien se gana esa opción. A pulso o como sea. No conduce realmente a nada. A Wilson se la pela, pero a Watson no. Salu2, R.

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