martes, 18 de enero de 2011

DQB1*0602

Laura Tardón describe los supuestos efectos de este gen sobre la calidad del sueño, según un estudio publicado en la revista ‘Neurology’.

El gen en cuestión se ha vinculado a la narcolepsia, pero –qué raro—poseerlo es necesario e insuficiente.

Insuficiente para manifestar ese trastorno, pero promotor de dormirse por las esquinas.

En el estudio de ‘Neurology’ se consideró una muestra de 129 adultos, algunos de los cuales (N = 37) poseían la variante problemática del DQB1*0602.

Durante dos noches los participantes estuvieron metidos en la cama diez horas, pero en las siguientes cinco noches únicamente se les permitió dormir cinco horas. Cuando no estaban en proceso de dormir, se les permitía jugar, ver la televisión o leer.

Se evaluó la calidad del sueño, valorándose los episodios de somnolencia, así como su rendimiento en tareas de atención y memoria.

Se observó que los participantes con la variante problemática decían sentirse más cansados, en general, pero su atención y su memoria no diferían de los controles. Parece, por tanto, que dormir mejor no pone una alfombra roja al rendimiento cognitivo.

En resumen, un ejemplo más de lo lejos que estamos todavía de comprender las complejas interacciones de los genes, y la estructura y función biológica, con la conducta psicológicamente relevante.


Goel, N. et al. (2010). DQB1*0602 predicts interindividual differences in physiologic sleep, sleepiness, and fatigue. doi:10.1212/WNL.0b013e3181f9615dNeurology October 26, 2010vol. 75 no. 17 1509-1519

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