miércoles, 15 de septiembre de 2010

Hawking

Este autor, fácil de reconocer por el gran público debido a su apariencia, declara ahora, en su nuevo libro (The Gran Design) que las leyes de la física son incompatibles con la existencia de Dios.

Según él, los humanos existen debido a un proceso espontáneo de creación. Ese proceso dio origen al Universo y este promueve a los humanos.

Naturalmente Richard Dawkins aplaude con entusiasmo este ataque a quienes poseen creencias religiosas.

Existen incógnitas sobre este proceso espontáneo de creación, pero nada que la ciencia no pueda resolver andando el tiempo, concuerdan ambos científicos.

César Nombela ha razonado que la ciencia no permite demostrar la existencia de Dios, pero tampoco su inexistencia.

Es absolutamente correcto decir que la religión se basa en la fe, pero la ciencia, con alguna frecuencia, suscribe como ciertas cosas que ni se han demostrado ni parece que sea probable hacerlo. A esto se le llama ‘axioma’.

No pocos desarrollos científicos obedecen a la aceptación de estos axiomas formales indemostrables.

El bienestar psicológico de algunos humanos puede depender de la aceptación de los axiomas religiosos. ¿Por qué no dejarles tranquilos?

A veces, la ciencia, lejos de promover el bienestar humano estimula la creación de herramientas de destrucción. El proyecto Manhattan, por ejemplo, es prueba de ello (lean, si pueden, el excelente libro ‘El piloto de Hiroshima’ reeditado por Paidós recientemente).

¿Por qué Haw-king o Daw-kins están tan empeñados en destruir la fe religiosa? ¿Se gana algo con esa actitud para estimular el bienestar del Homo Sapiens?

El famoso lema de los autobuses, que tanto dio que hablar, decía que ‘Probablemente Dios no existe’.

¿Qué diferencia formal hay con la declaración de que ‘Probablemente Dios existe’?


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