Hace tiempo se viene diciendo que las campañas de prevención pueden incitar a hacer lo que no se pensaba hacer y se deseaba evitar.
Ahora el Ministerio de Igualdad admite que es posible que algunos maltratadores actúen siguiendo el llamado ‘efecto imitación’. Las noticias sobre esta clase de crímenes incrementan la probabilidad de nuevos hechos en más de un 40%.
“Si otros actúan y resuelven su ‘problema’, yo también puedo hacerlo”.
Se ha observado que, en 2010, el 70% de las muertes han ocurrido dentro del rango de los dos primeros días transcurridos desde el asesinato previo, cubierto con detalle por los medios de comunicación.
La cobertura de los mass media facilita al futuro asesino información que le habilita para tomar la decisión de actuar. El Ministerio de Igualdad se plantea, en consecuencia, colaborar con los medios de comunicación para establecer unas pautas que eliminen los elementos facilitadores de las noticias.
Se sigue insistiendo en que la mujer debe denunciar cuanto antes. Algo similar deben hacer las personas que sean testigos de hechos sospechosos. Sin denuncia no hay nada que hacer. En gran parte de los casos de asesinato, la víctima no había denunciado.
Pero la cosa no está clara. Ayer tuvimos una reunión en mi comunidad de vecinos para plantear el caso de una pareja que, diariamente, vive episodios de extremada violencia. El vecino del piso adyacente dio el paso de llamar a la puerta para averiguar qué sucedía. El resultado fue que el hombre le golpeó con un ladrillo y la mujer le gritó que se metiera en sus asuntos. Alguna vecina ha sido amenazada por la pareja (él y ella) por interesarse por la situación. La Policía ha acudido al domicilio, pero la mujer ha declarado que los vecinos conspiran contra ellos para que abandonen la urbanización. El miedo se ha instalado en la comunidad, se siente amenazada por un individuo extraordinariamente violento y teme por la vida de la mujer.
¿Cómo interpretar este caso?
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