En un post anterior dijimos que volveríamos sobre la obra de Defoe para reseñar algunos de sus frecuentes mensajes morales. Vamos con ello. Sin adornos ni sesudos comentarios.
Juventud: “en unos cinco o seis días había conseguido una victoria tan completa sobre la conciencia como la que hubiese deseado cualquier joven decidido a no verse inquietado por ella”.
También: “los jóvenes no se avergüenzan de pecar, y sin embargo, sienten vergüenza por arrepentirse”.
Bienestar: “a veces sucede que la prosperidad de la que abusamos se convierte en el instrumento de nuestro mayor infortunio”.
Providencia: “todos los males deben ser evaluados en función del bien que esconden, y teniendo en cuenta que siempre puede haber algo peor”
“Siempre podemos hallar algún consuelo que haga que la balanza entre el mal y el bien se incline a favor de este último”
“No codiciaba nada, ya que poseía todo aquello de lo que podía disfrutar”
“La naturaleza y la experiencia me habían hecho percatarme de que todas las cosas de este mundo carecen de valor, a menos que podamos utilizarlas de algún modo”
“No sabemos valorar lo que podemos disfrutar hasta que lo perdemos”
“Hoy amamos lo que mañana odiaremos. Hoy buscamos aquello de lo que huiremos al día siguiente. Hoy deseamos aquello que mañana nos hará temblar de miedo”
Religiosidad: “di gracias a Dios de todo corazón por haberme revelado que era posible ser más feliz en este estado de soledad que si hubiese estado acompañado por otros hombres y rodeado de todos los placeres del mundo”
“A nosotros [Viernes y Crusoe] todas las disputas, riñas, conflictos y divergencias que existen en el mundo acerca de la religión, ya se trate de sutilezas doctrinales o de asuntos relacionados con el gobierno de la iglesia, nos resultaban totalmente inútiles, como lo son, según creo, para el resto del mundo”
Miedo: “el miedo al peligro resulta diez mil veces más temible que el propio peligro. La angustia que nos causa el mal que esperamos recibir es mucho peor que el mal en sí mismo”
“El miedo a padecer algún mal causa más amargura que la que produce el sufrimiento, sobre todo cuando no hay manera de librarse del temor”
Deseo: “hay algunos resortes secretos de los sentimientos que se activan cuando vemos algún objeto de deseo, o aún cuando no viéndolo, el objeto se hace presente por el poder de la imaginación. Entonces la fuerza del deseo hace que queramos abrazar el objeto con tanta ansia que su ausencia resulta insoportable”
Agradecimiento: “la gratitud no es una virtud que sea inherente a la naturaleza humana. Los seres humanos no siempre se comportan conforme a la ayuda que han recibido en el pasado, sino que a menudo lo hacen de acuerdo con las ventajas que esperan obtener en el futuro”
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