jueves, 6 de mayo de 2010

Cuando los Bancos Financian a la Psicología

El BBVA ha financiado un estudio sobre el efecto de las distintas estructuras familiares en el desarrollo psicológico de los niños.

Las estructuras consideradas de un total de 214 familias (del País Vasco, Andalucía, Cataluña y la Comunidad Autónoma de Madrid) con niños de edades comprendidas entre los 3 y los 10 años, son: tradicional (N = 39), monoparental (N = 39), reconstituidas (N = 31), homoparentales (N = 31), con embarazos múltiples por reproducción asistida (N = 39) y adoptivas (N = 35).

Los resultados se han publicado en:

Oliva, A., Parra, A., Antolín, L., Arranz, E., Martín, J. L. y Lamb, M. (2010). Diversidad familiar y desarrollo psicológico: un estudio pionero realizado en España. (Cap. 8, págs.: 143-157).En E. Arranz y A. Oliva (Coords.). Desarrollo psicológico en las nuevas estructuras familiares. Madrid: Ed. Pirámide.

Los principales resultados son:

(1) No se encontraron diferencias entre los seis tipos de estructuras en cuanto a la calidad del contexto familiar.
(2) Tampoco hay diferencias en el nivel de estrés familiar.
(3) No se observan diferencias en el nivel de ajuste psicológico de los niños.
(4) Los niños de las familias adoptivas presentaron un peor ajuste escolar.

La conclusión general es, por tanto, que cualquier estructura familiar es válida para garantizar un adecuado desarrollo psicológico del niño. Eso si, declaran los autores que para que eso suceda debe existir una serie de condiciones fundamentales: (a) la promoción del desarrollo y de un ambiente estimulante, (b) ausencia de conflictos, (c) cuidados de calidad, (d) un estilo de crianza democrático y (e) una buena red de apoyo social.

Sin ánimo de ser excesivamente asertivo, pero conviene subrayar que esta conclusión general puede significar que la familia es irrelevante para comprender las diferencias en el desarrollo psicológico de los niños, en cuyo caso, este estudio pionero en España apoyaría a la teoría de la socialización a través del grupo de iguales de Judith R. Harris.


Por cierto, la matización final sobre las condiciones fundamentales “para que eso suceda” es muy, muy discutible.

4 comentarios:

  1. Este es el blog del Sr. Oliva, por si le quiere hacer llegar directamente sus valoraciones.

    http://alfredo-reflexiones.blogspot.com/

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  2. Una conclusión demasiado precipitada. En todo caso lo irrelevante es el tipo de estructura familiar, no la familia, ya que algunas variables relativas al contexto familiar: niveles de estrés, apoyo, estilo parental, calidad de la crianza, etc,... si mostraron relación con con el nivel de ajuste infantil.
    Un saludo

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  3. Gracias por tu comentario. Desconozco los detalles de vuestro estudio, pero los datos disponibles en otros contextos culturales son bastante contundentes al mostrar el reducido efecto a largo plazo de las variables que separan a unas familias de otras (el llamado ambiente compartido en los estudios de genética conductual). En una primera aproximación, vuestros datos parecen apuntar en esa dirección, aunque puede que España sea diferente... Salu2, R

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  4. Estoy de acuerdo en la importancia del non shared environment. De hecho algunas de nuestras variables contextuales pueden considerarse medio no compartido, por ejemplo, el Parent Stress Index tiene una dimensión claramente relacionada con el niño/a concreto. También la escala HOME.
    En mi memoria de titularidad (hace 15 años) ya dedique un capítulo muy extenso a la genética de la conducta, por lo que soy sensible a conceptos provenientes de dicha disciplina.
    Un saludo

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