martes, 13 de abril de 2010

La descripción del mundo

Antes de la conquista de América, entre el año 1282 y el 1295, el mercader italiano, Marco Polo, recorrió Asia. Algunas de sus vivencias se encuentran recogidas en ‘La descripción del mundo’.

El libro es aburrido, pero hay datos dignos de mención. Los siguientes son algunos.

-. Se refiere al monte Ararat (Armenia) donde se su suponía, ya entonces, que estaba enterrada el arca de Noé. Algunas investigaciones recientes, desbocadas por la imaginación de algunos, han explorado esta hipótesis usando satélites, pero el resultado ha sido fallido.

-. Se hace eco Marco Polo de la historia del viejo de la montaña, el fundador de la secta de los asesinos (Hassan Sabah) cuyo inexpugnable castillo se encontraba en la comarca de Mulecto: “al viejo en su lengua lo llaman Aloadino. Había mandado hacer en un valle entre dos montañas el jardín más bello y grande del mundo; allí había toda clase de frutos y los palacios más bellos del mundo, completamente pintados de oro, de animales y pájaros. Vivían allí donceles y doncellas, los más bellos del mundo y los que mejor sabían cantar, tocar y bailar. El viejo les daba a entender que aquél era el Paraíso. Los sarracenos de aquella comarca de veras creían que ese era el Paraíso; y en este jardín no entraba sino aquel a quien quería convertirse en asesino”.

La historia del viejo de la montaña ha sido revisada en varias ocasiones. Mis dos novelas favoritas son ‘Samarcanda’ de Amin Malouf y ‘Alamut’ de Vladimir Bartol.

-. Al mercader le llama la atención las costumbres de algunos pueblos. Por ejemplo, en ‘Pem’ las mujeres pueden tomar otros hombres cuando sus propios hombres salen de viaje. En ‘Camul’ el forastero puede retozar con la esposa de su anfitrión (“todos los de esta provincia están deshonrados por sus esposas, pero no les causa vergüenza. Sus mujeres son bellas y gozosas y muy alegres por aquella costumbre”).

¿Se puede deducir que a Marco Polo no le resultaría particularmente inquietante, como viajero que era, importar esta tradición?

-. Refiere cómo el Gran Kan ayuda a su gente cuando hay carestía de granos impidiendo que se recauden tributos. “Antes bien, les hace dar su propio grano, a fin de que tengan con qué sembrar y comer; y éste es un noble gesto digno de un gran señor. Eso hace durante el verano; en invierno manda que se averigüe si hay gentes a las que se les hayan muerto sus animales y hace otro tanto. Así asiste el gran señor a su pueblo”.

Esta nota quizá debería ser atendida por los actuales dirigentes políticos. El Gran Kan también recaudaba impuestos, pero lo hacía sabiamente. Era consciente de que ambos se necesitaban y de que no llegaría a buen puerto si se limitase a explotarles.

En el reino de Lambrihay hombres que tienen una cola de más de un palmo de larga; son la mayoría y habitan en las montañas”. Tan parecidos eran esos simios al hombre…

En el reino de Fansur Marco descubre la pasta, esa pasta que tan famosa ha hecho a los italianos: “una vez hecho esto, se tira el agua y la harina limpia y monda que queda se emplea y con ella se hacen tiras anchas de pasta y otras muchas pitanzas también de pasta, que dicho micer Marco comió muchas veces y llevó consigo a Venencia”.

En Maabarcuando se quema a algún hombre, la esposa se lanza al fuego y arde con él. Las mujeres que así se comportan reciben grandes alabanzas de la gente y son muchas las que lo hacen (…) los reyes y los barones, así como la demás gente, sólo se sientan en el suelo, sobre alfombras, y dicen que es cosa que hacen porque están hechos de tierra y a la tierra han de volver (...) no consideran pecado ninguna lujuria”.

A la isla de Seilán viajan los idólatras en peregrinación desde países lejanos “tal como van los cristianos a Santiago, en Galicia”.

‘La descripción del mundo’ termina así: “no hubo jamás en el mundo hombre, ni cristiano, ni sarraceno, ni tártaro, ni pagano, que recorriera tantas tierras por el mundo como hizo micer Marco Polo”.

Un interesante ejemplo de curiosidad, la de Marco Polo. Sus descripciones son realmente soporíferas, pero denotan una frescura que emana de su perplejidad ante las cosas que ven sus ojos. No abundan las valoraciones morales, aunque algunas hay. Los sarracenos, por ejemplo, no son santo de su devoción, pero reconoce sus virtudes.

Termino con un apunte que me tortura desde hace algunos días: los mongoles tuvieron un enorme poder durante un periodo de tiempo nada despreciable. Sin embargo, desde que tengo uso de razón no recuerdo que se haya dicho nada particularmente relevante sobre Mongolia. De hecho, en los últimos años parece que nada sucede jamás en esa región del planeta. ¿Por qué? ¿Se estará preparando silenciosamente el terreno para el nuevo Gengis Kan?

2 comentarios:

  1. En relación a Hassan Sabah existe una versión que dice que para engañar a los soldados los drogaba y después los llevaba al sitio que describe Marco Polo y, después de disfrutar un buen rato los drogaba de nuevo y volvían al lugar inicial. Entonces les hacía creen que habían soñado con el paraiso en el que vivirían si morían matando como asesinos siguiendo sus ordenes. Dado que la droga que utilizaba era hashis a estos soldados/asesinos se les conocía como hashasi y de ahí viene la raiz de la palabra asesino. En cualquier caso si non e vero e ben trovato que dicen los italianos.

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  2. Según otra versión, a Hassan le agradaba llamar a sus adeptos Asasiyun, los que son fieles al Asás, al Fundamento de la fe, y fue esa palabra, mal comprendida por los viajeros extranjeros, la que parecía tener efluvios de haxix. Los asesinos no tenían otra droga que una fe inamovible, constantemente fortalecida por la más rigurosa de las enseñanzas, la más eficaz de las organizaciones, el más estricto reparto de tareas. ¿Será Osama el sustituto de Hassan? Salu2, R

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