martes, 27 de abril de 2010

José Tomás en Aguascalientes

El toro bravo es una criatura increíble que ataca a su contrincante hasta morir. Lucha en lugar de huir. No existe nada igual en el resto del reino animal.

Un equipo de científicos declara haber demostrado que el toro bravo, en la plaza, no sufre, sino que pelea con bravura por su vida. La explicación reside, esencialmente, en el especial sistema de liberación de endorfinas de esta criatura. El informe se encuentra disponible entre la documentación que maneja la comisión que debate en Cataluña sobre el toreo.

Pero, por si acaso, aquí tenemos una breve síntesis.

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El profesor Juan Carlos Illera del Portal, Director del Departamento de Fisiología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, ha estudiado el estrés y los mecanismos neurofisiológicos desarrollados por el toro de lidia. Estas son algunas de las conclusiones:

-. La mayor amenaza, el mayor factor estresante del toro en la lidia, es el momento de la salida, cuando se enfrenta a la plaza y el bullicio. Esa amenaza desencadena una reacción o bien de lucha o de huída (acometida o no), después tantea la situación dentro de la plaza (mira, observa, controla) y, finalmente, desarrolla la respuesta agresiva, mediante la movilidad o exhibición de agresión.

-. Es muy raro que un toro salga a la plaza y se tumbe a dormir. En cambio, en otras especies, una incapacidad para enfrentarse o depresión aparece ante un estímulo estresante.

-. Se lleva estudiando los valores de las hormonas liberadas ante situaciones estresantes durante casi 12 años. El toro de lidia tiene un mecanismo especial de adaptación, y no sufre el mismo estrés que otro tipo de animales.

-. Durante la lidia, el toro bravo libera una extraordinaria cantidad de beta-endorfinas. Por tanto, el toro no sufre dolor durante la lidia. Ante el dolor, la respuesta habitual es la huída, por lo que el toro no volvería, por ejemplo, a acometer al caballo con la normalidad con la que lo hace.
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El toro bravo pelea por su vida hasta morir, o hasta matar.

La reciente cogida de mi vecino, el diestro José Tomás, en la Plaza de Toros de Aguascalientes, es un ejemplo más de que el toro bravo se enfrenta en un combate tu a tu con el torero.

Háblese menos y véase más:


El ataque del toro mejicano le ha roto al torero las venas femoral, safena e ilíaca, a la altura del triángulo de scarpa. Su estado ha sido gravísimo. El propio público de la plaza tuvo que donar sangre para atender al diestro.

A los cobardes les encanta la demagogia practicada desde el sofá, pero también les fascina, en otras lidias, sentirse seguros gracias al sacrificio de los demás.

3 comentarios:

  1. Excelentes noticias:

    http://www.elmundo.es/elmundo/2010/04/27/toros/1272341073.html?a=720f08d30fb996825f8e8ccf6ad4a9f2&t=1272367445&numero=

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  2. "A los cobardes les encanta la demagogia practicada desde el sofá", dices.
    Con los razonamientos tan bien hilados que abundan en tu blog, en cuanto tocas el tema de los toros, eres tú mismo el que entras en una curiosa demagogia. Todos tenemos en la vida cosas que nos gustan y que no intentamos justificar. Y entiendo que te apasionen las corridas de toros, pero parece que te cuesta admitir que te gustan con todas sus consecuencias.
    Afirmas que la cogida a José Tomás es un ejemplo de que el toro y el toreo pelean de tú a tú. Eso no es cierto. Mueren 6 toros en cada corrida, y muy pocos toreros son cogidos. El picador, aunque el profesor de veterinaria defienda que no hace daño al toro, como mínimo, merma su fuerza y su capacidad de ataque. Por eso se inventó la suerte de varas, que no tiene nada de arte ni espectáculo. De tú a tú sería dejar al toro solo en la plaza, según entra, contra el torero. Y nadie es capaz de torear así.
    Que los toreros, con José Tomás como pionero, estén arriesgando cada vez más para conseguir animar a los aficionados, es un hecho. Pero nada más.
    Y si José Tomás triunfa por que es el que más en peligro se pone, quizá sea por que mucha gente no disfruta de esto por el arte, si no por el morbo o la tensión. Eso no es malo. Pero defender otras razones sí que es bastante demagógico, a mi parecer.

    Un saludo

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  3. Ismael:

    Jamás fui a una corrida de toros, ni tengo intención de hacerlo en un futuro.

    Admito, no obstante, que defiendo el arte del toreo, aunque no creo que sea demagógicamente. El estudio de Illera sobre el sufrimiento del toro se puede replicar y averiguar si sus resultados son precisos o no lo son.

    Es verdad que existe una enorme desproporción entre el número de muertes por cada bando. Como ser humano este hecho me parece deseable (seguro que si fuese toro bravo no estaría demasiado contento).

    Pregunté a expertos en toreo (yo no lo soy) sobre el por qué del picador, que me parece particularmente agresivo (y gratuito para lo que se espera ver en la plaza). Su respuesta fue que si no se redujese el poderío del toro, el torero no tendría absolutamente nada que hacer en el combate. Tu mismo lo dices, correctamente: “De tú a tú sería dejar al toro solo en la plaza, según entra, contra el torero. Y nadie es capaz de torear así”.

    Por tanto, tienes razón: no es un combate, exactamente, de tu a tu, sino entre un auténtico animal, muy poderoso, y un individuo bastante debilucho que compensa su desventaja con habilidad.

    José Tomás es valiente, por eso se pone en peligro. Una consecuencia es que el público admira su modo de lidiar.

    La valentía se admira también en otros escenarios de la vida, aunque algunos minimizan las expresiones de valentía, a veces, tildando al valiente de loco.

    Salu-II, R

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