Tarde, pero el Ministerio de Educación parece aceptar ahora que promover la igualdad y la excelencia en el proceso educativo son objetivos compatibles.
Llegar a las metas básicas que la educación persigue puede (y debe) hacerse usando distintos caminos. Algunos chavales requieren programas de ayuda, de refuerzo, de compensación. Otros exigen más retos, mayor estimulación.
Vuelve a diversificarse la formación, desde la ESO, en un camino mas orientado al pensamiento concreto y otro enfocado hacia el razonamiento abstracto.
La aplicación de esta importante medida supone cambiar la ley educativa aprobada en 2006. Gabilondo parece dispuesto a ello, pese a quien pese. Entiende ahora que la educación debe estar por encima de los manidos pactos políticos.
Algunas de las medidas asociadas son:
-. Los centros podrán agrupar materias para reducir su número en los primeros cursos de la ESO.
-. Se establecerán evaluaciones nacionales de diagnóstico a los alumnos de los distintos centros.
-. Se harán flexibles los caminos de ida y vuelta entre la ESO, la FP, el Bachillerato y la Universidad.
-. Se revisará el problema de la escolarización de todos los alumnos.
No sabemos donde terminara este nuevo intento por arreglar las cosas con realismo, pero las líneas maestras no suenan mal. Como siempre, el problema vendrá al materializarlo, cuando deba pasarse del diseño sobre el papel a la realidad de los centros educativos. Tampoco sabemos si los políticos abandonaran sus deseos de protagonismo ilimitado y dejaran que los profesionales de la educación hagan su trabajo.
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