viernes, 15 de enero de 2010

Pirate Latitudes

Terminé de leer ‘Pirate Latitudes’, la novela póstuma de Michael Crichton que se publicó el 24 de noviembre de 2009. No albergaba demasiadas expectativas positivas porque el propio autor no decidió en vida enviarla a la imprenta. El manuscrito se encontró en el disco duro de su ordenador y sus allegados optaron por editarla.

Es una novela de aventuras sin más. Carece del toque personal del autor que ha logrado cautivarme en tantas ocasiones. Es una historia lineal, y bastante simple, en la que se desaprovecha la oportunidad para poner algunas cosas en su sitio.

La historia gira alrededor de la colonia inglesa de Jamaica, concretamente Port Royal, y los ataques piratas de los británicos sobre los galeones españoles que transportaban el oro americano hacia Europa. Ese oro que promovió el despegue del viejo continente y que pudo ser posible por el espíritu aventurero de los conquistadores españoles. Lejos de ser reconocido por Francia, Italia, Alemania, Inglaterra o los Países Bajos, ese esfuerzo alimentó la conocida como leyenda negra, una historia de Crichton habría usado de haberse documentado como era habitual en él.

El protagonista es una educado pirata americano que todavía depende de la corona inglesa, el Capitán Hunter (un apellido muy apropiado a la historia). Casualmente descubre que un galeón español, cargado de riquezas, se ha visto obligado a anclar en la isla de Matanceros. El pirata elabora un plan para tomar el fuerte de esa isla, presuntamente inexpugnable, y hacerse con el botín de ‘El Trinidad’.

Apenas hay sorpresas y la documentación, repito, es claramente incompleta. Los españoles son perezosos, los franceses elegantes y los ingleses astutos. Cuando el barco de Hunter, el ‘Cassandra’, pone rumbo a Matanceros, ocurre algo que pone en un brete sus planes, pero, como cabe esperar, lo superan con astucia.

Cazalla es el jefe español que se opone a los planes de Hunter, pero es rápidamente anulado. Es Cazalla un capitán drogadicto y cruel, pero al menos se le reconoce don de lenguas (“dijo en un inglés muy bueno”) algo que no le sucede a Hunter a pesar de ser universitario (“no sabía ni una palabra de español”).

En la novela hay huracanes y pulpos gigantes en un intento tímido y poco convincente de introducir elementos relevantes en una historia de piratas. Recuerda demasiado a la famosa producción de Walt Disney.

Aún así, y sabiendo que el propio Chrichton no habría aprobado la publicación de ‘Pirate Latitudes’ en su actual estado, se reconoce, de vez en cuando, su buen criterio. Por ejemplo, en el diálogo de Sanson, uno de los piratas, con Hunter:

-. No solo les roban a los indios, sino que se roban entre ellos. Felipe es un mal rey que se deja engañar abiertamente.
-. Se engaña a todos los reyes, dijo Hunter. Forma parte del papel de rey.

También se debe aceptar el diagnóstico de que los españoles son marineros mediocres.

Según ha llegado a mis oídos, Spielberg está preparándose para rodar una película basada en la novela. ¿Será capaz de completar lo que su buen amigo no pudo hacer?

1 comentario:

  1. Yo tambien senti decepción al leer esta novela. Pero no por eso se reduce mi admiración por el autor. A fin de cuentas, él mismo optó por no publicarla.

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